domingo, 23 de enero de 2011

Otro estúpido artículo sobre el tabaco.

Son muchas las cartas que se han recibido en la redacción de los Amigos de Ligasalsas pidiendo que aclaremos nuestra posición sobre la polémica generada por la ley antitabaco, ley que entró en vigor en nuestro país el pasado 2 de enero y que ha sido capaz, por primera vez en la historia de la democracia española, de mezclar y revolver las ideas de los dos principales grupos generadores de opinión que hay en este país, es decir los columnistas y tertulianos del Grupo Prisa y los de El Mundo y la Cope.

Por si acaso hubiera por aquí algún espíritu puro que no esté familiarizado con ellos, les diré que los primeros suelen ser bastante progres y se caracterizan por opinar con aparente conocimiento de causa de cualquier asunto siempre y cuando no se trate de un partido de fútbol (“es que a mí el fútbol….”, repiten con una pose estudiada que parece mezclar el sofoco de tener que reconocer su ignorancia en un tema, con cierto orgullo motivado por el hecho de estar al margen de una distracción tan mundana). Abusan de esa ridícula moda de utilizar sucesivamente los géneros masculino y femenino para referirse a un grupo, se supone que con objeto de no discriminar a la mujer, lo que les lleva a decir cosas tales como “nosotros y nosotras tenemos motivos para estar preocupados y preocupadas” y otras barbaridades semejantes. Si son machistas, racistas, homófobos o xenófobos procuran que no se les note, y además, aunque les pueda resultar a ustedes increíble, son capaces de pillarle la gracia a Miguel Sebastián, a Leire Pajín e incluso a Pepe Blanco. Los segundos, progres, progres, lo que se dice progres, no son. Defienden, por encima de todo, lo español: el sol español, el vino español, la mujer española, el queso español, el soldadito español, soldadito valiente (en cambio, el cine español no les gusta, ya que les caen muy gordos los actores españoles). Si son machistas, racistas, homófobos o xenófobos les importa un pito que se les note. La mayoría no pueden ver a un homosexual ni en pintura, aunque suelen decir en público que lo único que les molesta del matrimonio entre personas del mismo sexo son meras cuestiones semánticas. Sienten simpatía por el Papa de Roma y por los miembros de la Conferencia Episcopal, y en cambio opinan que Zapatero es medio tonto. No paran de criticar lo que llaman “la ola totalitaria de prohibicionismo que padecemos”, termino al que le dio alas esa gracieta tan tonta con la que Aznar pretendió hacer burla de una campaña de la Dirección General de Tráfico: “Pero, ¿y quién te ha dicho a ti que yo quiero que conduzcas por mí?

En general todos ellos son bastante pedantes, por lo que a nadie le resultaría extraño que empezaran hablando en su tertulia de una película de romanos y terminaran explicándonos el ablativo absoluto. Pero salvo por la pedantería y alguna otra cosa sin mayor importancia, las opiniones de los miembros de un grupo no coinciden en nada con las del otro. Unos admiran a Pilar Bardem, a Juan Echanove y a Willy Toledo (y piensan incluso que son grandes actores); otros los desprecian hasta el punto de hacer mofa de ellos, y en cambio aplauden a Bertín Osborne y a Julio Iglesias (y piensan incluso que son grandes cantantes). A unos les hacen gracia los chistes de Forges y a los otros no. A unos les parecen ordinarios y chabacanos Los Morancos y el Dúo Sacapuntas y a los otros… también.

Pero tanta disparidad ha cambiado con la ley antitabaco. Ante ella no hay progresistas ni conservadores, simplemente hay fumadores y no fumadores (también están los distribuidores de estufas de exterior, pero esa es otra historia). Es posible que haya algún no fumador tolerante al que no le guste la ley, e incluso es posible que algún fumador habitual la acepte entusiasmado, pero serán excepciones. Por eso conviene dejar claro cierto aspecto para que sepan ustedes a que atenerse antes de seguir leyendo.

Yo ya no fumo. Lo dejé una noche de hace muchos años en la que (igual que le pasó al papá de Mafalda) me dí cuenta de que, aunque pensara que me estaba fumando un cigarrillo, en realidad era el cigarrillo el que me estaba fumando a mí. Supongo que el dato es absolutamente irrelevante, pero les diré que debió ser en primavera. Dejé de fumar sin apoyo psicológico, sin sesiones de acupuntura ni de magia negra, sin necesidad de hacer ejercicios espirituales ni catequesis, sin recibir siquiera orientación cristiana por parte de mi confesor. Lo hice sin parches ni chicles de nicotina, sin cigarrillos electrónicos ni chupa chups, sin masticar caramelos sugus a todas horas. Lo hice sin dosis extras de chocolate ni visitas al herbolario de la esquina para comprar hierbas medicinales milagrosas. No dejé de tomar café ni bebidas alcohólicas. No dejé de salir de casa para evitar la compañía de mis amigos fumadores, los cuales seguían fumando insensibles ante la ansiedad que me provocaba mi nueva situación. No comencé a practicar ningún deporte ni me hice budista. No me hice antisistema ni me afilié a las nuevas generaciones del Partido Popular. No me taladré los lóbulos de las orejas ni me hice ningún tatuaje en el culo. No dejé de dormir por no tener ganas de fumar al despertar, ni dejé de ir al cine por no querer encender un cigarro al terminar la película y salir a la calle. No cambié de pareja ni de periódico. No cambié de equipo de futbol (a muerte con mis colores). Simplemente dejé de fumar.

Lo cierto es que ya llevaba pensándolo bastante tiempo. Abandonar el tabaco es algo en lo que piensan casi todos los fumadores de vez en cuando y por cualquier motivo. A lo mejor porque se nota uno cansado después de subir un tramo de escalera, o porque a algún conocido le han diagnosticado un cáncer de pulmón, o porque tose mucho por las mañanas cuando se despierta, como le pasaba a Serrat:

“Enciendo un cigarrillo y otro más…

Un día de estos he de plantearme

muy seriamente dejar de fumar

por esa tos que me entra al levantarme…..”


Se lo puede uno plantear en cualquier momento del año pero lo más frecuente es que lo haga cuando se aproximan las navidades y todos empezamos a hacer planes absurdos para el año nuevo: voy a llevarme bien con mis cuñados, voy a ordenar mis cajones, voy a adelgazar, voy a empezar a desayunar Activia de Danone como José Coronado, voy a matricularme en un gimnasio, voy a comprarme una cinta andadora, voy a dejar de fumar… Pero el momento en el que esas buenas intenciones empiezan a tener más posibilidades de triunfar es cuando empezamos a notar los síntomas que nos anuncian la proximidad de la vejez.

Para darnos cuenta de que nos hacemos viejos tenemos que fijarnos un poco en nosotros mismos y en los demás. Tenemos que atender a los pequeños detalles. Un pequeño detalle es, por ejemplo, que nos pasemos toda una velada con los amigos hablando de Bonanza, del Superagente 86, de Joe Rígoli y del festival de San Remo. O que alguien nos pregunte dónde estábamos el día en que el hombre llegó a la luna. O que sepamos quien es Patxi Andión o Uri Geller. O que todas las tías que nos gustan tengan más de cuarenta años (bueno, más de treinta y cinco; en fin, más de treinta, no rebajo ni un año más). O que descubramos horrorizados que nos sabemos las letras de las canciones de Mari Trini, de Mocedades y del trío Los Panchos (si también se sabe las de Georgie Dann ya es más preocupante: además de viejo es usted un hortera). O si nos damos cuenta de que se nos hace muy pesado eso de ir al campo a ver el partido, y decidimos que mejor lo vemos en la tele, que más calentito que en casa no se está en ninguna parte (aunque eso a mí no me pasa, oiga, que yo a muerte con mis colores). O si comprobamos que nos hemos convertido en unos hombres blandengues de los que odiaba El Fary, y se nos pone un nudo en la garganta con las canciones de Perales o sufrimos inesperados ataques de emoción en los restaurantes (emoción que luego valoramos en los blogs gastronómicos, por ejemplo, con una nota de un ocho coma cinco). En fin, son muchos detalles. Podríamos incluir también el hecho de estar más irritables y de peor humor, lo que puede dar lugar a que seamos cada vez más radicales en nuestros gustos y en nuestras opiniones. Esa irritabilidad nos puede llevar a decir, por ejemplo, que el rap es un coñazo, que Belén Esteban es una imbécil, o que no hay quien aguante el doble umbral ni la insipidez del pivote (¿o es el doble pivote y el umbral de la insipidez?, es que a veces me hago un lío con los nombres de las cosas). Nos puede llevar a echar pestes del gobierno y, acto seguido, abominar de la oposición. Incluso puede hacer que nos entren ganas de pegarle una patada en los huevos a algún gilipollas que ande suelto por ahí (como por ejemplo a Sánchez Dragó).

No digan que no damos pistas. Si empiezan a observar alguno de estos síntomas u otros parecidos, quizás es que haya llegado ya el momento de dejar el tabaco. Si es así no se preocupen: no es tan difícil. Como les decía, yo lo dejé una noche de primavera de hace muchos años. Hasta ese momento me había pasado la vida buscando excusas para retrasar la decisión. En invierno por el frío, y en verano por la calor. En primavera, la espera y en otoño, un retoño. Tu, yo, la luna, el sol, ella, él, la rosa, el clavel… Pero lo dejé. Y eso que yo era un fumador insoportable, un cenicero con patas incapaz de distinguir el vino tinto de la Pepsi Cola, uno de esos que fuman entre trago y trago, entre plato y plato, y entre polvo y polvo (eso mismo decía un chiste muy gracioso y más viejo que Carracuca: - “¿Y tú fumas entre polvo y polvo?”; - “Sí, unos veinte o treinta cartones”). Yo fumaba un cigarro y otro cigarro y otro cigarro, lo mismo que Javier Krahe:

“Otro cigarro que aún no es

el de después.

Es anterior,

por eso mismo lo destaco.

Gracias, tabaco”

¡Joder, qué tío!, le da las gracias al tabaco. Yo nunca llegué a ser tan agradecido.


En fin, ya me estoy enrollando demasiado. Lo que esperan ustedes es que les aclare mi opinión sobre todos los aspectos de esta ley tan polémica y así poder decir que soy un tipo sensato o un capullo, según coincidan o no mis ideas con las suyas. Si son ustedes fumadores les encantará que ensalce las llamadas a la insumisión de esos tipos que no creen haber visto jamás mayor injusticia social que la de no poder fumar en los bares, y les apetecerá volver a leer, una vez más, que ya basta de prohibiciones, que primero fueron los chanquetes, luego las bolsas de plástico del Carrefour, ahora lo del tabaco y, como sigan así las cosas, el año que viene nos van a prohibir los polvorones y el turrón de guirlache o, ya puestos, los apestosos perfumes que llevan algunas señoras y que también molestan una barbaridad. Si no lo son, les gustará que diga que cuando algunos hablan de “prohibido prohibir”, en realidad lo que está queriendo decir es “prohibido prohibir las cosas que a mí me gustan”, y aplaudirán todos los argumentos sensatos que aquí se puedan ofrecer sobre la salud y sobre los perjuicios que se ocasionan a los fumadores pasivos. Pero no pienso hacer ni una cosa ni otra. He pensado que en lugar de darles mi opinión, que supongo que no les importará absolutamente nada (y, además, bastante se me está viendo ya el plumero), mejor será que nos dediquemos a buscar respuestas en las letras de nuestro rico cancionero, crisol de sabiduría, a ver qué conclusiones sacamos.

Empezaremos con una sorpresa pues, aunque en general parece admitido que fumar es insano, no faltan los que opinan que el tabaco tiene sus ventajas, pues nos despeja la mente y nos ayuda a pensar con más claridad:

"Voy a parar en el camino,

y en lo que dura un cigarrito

voy a pensar en estos años;

todo lo que me ha pasado….

Dan dubi dubi dubi dan bambero

Y el conejo saca a un mago del sombrero”

Otros van más allá y, en contra de lo que advierten las autoridades sanitarias, sostienen que el tabaco nos ayuda a prolongar la vida y a conciliar el sueño:

“Y mientras fumo,

mi vida no consumo

porque flotando el humo

me suelo adormecer...”

Sin contar con el placer que proporciona:

“Fumar es un placer

genial, sensual.”

Placer que puede llegar a convertirse en pasión, en delirio, en embeleso y en éxtasis:

“Dame el humo de tu boca

Anda, que así me vuelvo loca”

Un placer divino a cuya capacidad de seducción no escapan médicos famosos, grandes artistas ni presidentes de gobierno. Ni siquiera el mismísimo Dios, que fuma puros habanos incluso por la noche:

“Dieu est un fumeur de havanes

je vois ses nuages gris

je sais qu'il fume même la nuit

comme moi ma chérie”

Las razones por las que fuma la gente son inescrutables, como los caminos del Señor. Unos fuman para aliviar el frío:

“Cuando amanezco con frío

prendo un cigarro de a vara

y me caliento la cara

con el cigarro encendido”

Otros porque les sienta bien el efecto visual que el humo provoca en su rostro inocente y melancólico. Eso le pasaba, por ejemplo, a Banacek:

"Que venga con su coche tan potente.

Que venga con su chófer tan prudente.

Que venga que hay que ver cómo está el tío.

Que traiga esa carita de inocente

y el purito encendido."

Algunos porque piensan que el tabaco puede ser un buen sustitutivo del sexo, y lo mismo que a falta de pan buenas son tortas, en ausencia de nuestra pareja habitual también puede ser mejor y más barato pasar la noche de cigarro en cigarro antes que irse por ahí a recorrer burdeles y tal y tal:

“Pensé buscar amor en otros brazos,

pero otra noche esperé,

otra noche sin ti

que aumentó mi dolor,

de cigarro en cigarro

cenizas y humo en mi corazón.”

Eso de ir por la vida de cigarro en cigarro y llenar el corazón de cenizas y humo tiene que ser fatal para la salud, aunque a muchos parezca no importarle y prefieran vivir la vida despreocupadamente:

“Vivo del cáncer a un paso

sin hacerles caso a

los que me dicen “eh, Sabina”

ten cuidado con la nicotina.”

Pero si por ser tan imprudentes terminamos palmando de un infarto, que quede claro que la responsabilidad será toda nuestra, no vayamos a ir echándole por ahí la culpa al pobrecito cigarro:

"Pobrecito mi cigarro,

un día te han de culpar,

cuando al corazón cansado,

se le duerma su compás”

Otros son más previsores y aconsejan practicar costumbres sanas y moralmente irreprochables: conducir con precaución, no ir a los casinos, alejarse de los fumadores de puros y usar una clase especial de gomina:

“Ponte gomina que no te despeine

el vientecillo de la libertad.

Funda un hogar en el que nunca reine

más rey que la seguridad.

Evita el humo de los puros,

reduce la velocidad.

Si lo que quieres es vivir cien años

vacúnate contra el azar”

Naturalmente. Si lo que queremos es vivir cien años tenemos que empezar a pensar en dejar de fumar (salvo que seamos Santiago Carrillo), pero si nos falta voluntad para hacerlo, por favor, que no se nos ocurra ahora volver a mirar para otro lado y echarle la culpa a nuestra pareja:

“Cuando estoy contigo fumo sin cesar,

yo no sé el motivo de tanto fumar.

Tú tienes la culpa que yo fume tanto,

serán como el humo tus fuertes abrazos”

Cuidadín, cuidadín, que si nos ponemos en este plan vamos a tener bronca seguro (a menos, claro está, que nuestra pareja sea una persona despiadada que se complazca viéndonos sufrir, y nos obligue a caer una y otra vez en el vicio del tabaco para apartar de este modo su recuerdo de nuestra mente torturada, y poder encontrar así, aunque solo sea por un breve instante, la felicidad, siempre tan fugaz y pasajera):

“Yo con un pitillo me siento feliz

y mirando el humo me olvido de ti.

Me sabe a humo, me sabe a humo

los cigarrillos que yo me fumo”

Otras personas refutan la ecuación tabaco-olvido y sostienen que, por el contrario, los pitillos para lo que sirven es para acordarse mejor de las cosas:

“Un olor a tabaco y Chanel

me recuerda el olor de su piel”

Y lo mismo que sirven para acordarnos de nuestra churri, también nos pueden provocar la evocación de nuestro país, aunque esto último solo en el caso de que encendamos el pitillo en una tierra extranjera a la que habremos arribado a bordo de un barco de vela:

“En medio del humo que forma el tabaco,

ve el viejo el lejano y brumoso país,

adonde una tarde caliente y dorada,

tendidas las velas, partió el bergantín...”

Entonces ¿en qué quedamos? ¿El tabaco es bueno para recordar o para olvidar? Aunque la doctrina no se pone de acuerdo sobre este extremo, parece que si de verdad lo intentamos, podremos conseguir olvidar a la pérfida enamorada, causa de nuestro dolor y de nuestro desconsuelo, sin tener que vaciar un montón de paquetes de Ducados:

“No hay por qué fumar mil cigarrillos

no hay por qué quemar el televisor

no hay que caer hasta el fondo del mar

para olvidarte”

Tampoco hay que quemar el televisor, ¡menos mal! La verdad es que se queda uno más tranquilo. Pero no hay que bajar la guardia, porque siempre existe el riesgo de que aparezca un amigo golferas para proponernos una buena juerga (juerga que casi seguro nos tocará pagar), con la intención de ayudarnos a matar las penas antes que las penas nos maten a nosotros:

“Vamos, alégrese compadre,

que lo van a matar las penas.

Vamos a darnos un trago,

que esta noche es la más buena.

Tabaco y ron.

Tabaco y ron”

Bueno, no siempre es así. Hay gente retraída y poco sociable que no demuestra ninguna predisposición a relacionarse con los demás, y así, sin camaradas ni parientes cercanos que le consuelen, tiene que terminar conversando con su único amigo, que no es otro que su cigarrillo:

"Anoche estuve conversando con mi cigarrillo

y al terminarlo pensando me quede entre suspiros

que en este verso triste, que es el mundo en que vivo

solo él me va quedando, como único amigo.”

Pero esto ya se ha acabado. A partir de ahora si queremos tener una charla seria con nuestro pitillo acerca del mundo tan triste que nos ha tocado en suerte vivir, más vale que nos quedemos en casa porque:

“En la boda de mi prima, no se puede fumar

en la tasca, en la cantina, no se puede fumar

en horarios de oficina, no se puede fumar

Lo dice la ministra, no se puede fumar

Lo dice la ley, no se puede fumar

Lo dice el Rey, no se puede fumar”

¡Mira tú! Tanta conversación sin llegar a ningún sitio y al final han tenido que venir los Mojinos Escozios para dejarnos a todos las cosas claras.

262 comentarios:

«El más antiguo   ‹Más antiguo   201 – 262 de 262
emiliano dijo...

Pues besos y toings

Holden dijo...

Si os he dicho que estaba muy claro.

¿Y a Melitón también le van a dar un beso?

Carlos dijo...

De parte de la chica sensualista, Holden, a la que estamos montando un bar muy gastrosensual. Lucharemos a muerte para que sea la cocinera con más progresión el año que viene en todas las guías.

Jesús Melitón dijo...

Lucharemos. Acabo de pintar un corazón de tiza en la pared con mi nombre escrito junto al suyo.

Muy gastrocinematográfico y sensual.

Carlos dijo...

Incluso en los grandes espacios gastronómicos madrileños, como Ernesto Prieto, se nota la falta de rotación en las piezas más caras.

Pero el salmonete que tenían ayer y que he cocinado esta noche, era sensacional. Productoproductoproducto.

Carlos dijo...

Ah sí, sí, faltaba gastrocanalla...

Anónimo dijo...

Y yo que tenía a Matoses por un tío serio...

Bromas aparte, enhorabuena. A mí me hacéis pasar muy buenos ratos.

Fartón.

Yerga dijo...

Que estaba yo pensando que como tendremos que ir a recoger el premio nos podriamos montar una merendola ese dia.Yo llevo la mortadela.

compangu dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
compangu dijo...

Holden ¿andas por ahí?
Diles a los del Grupo Pegaso que firmen YA, que llevo tres días sin comer y bebiendo más de la cuenta... y asín no se pué vivil

Holden dijo...

Yo te lo arreglo, Compagnu. Ahora mismo le llamo a Alejandro Burillo y lo soluciono. Ese es de los que tiene mesa reservada fija en Dulce Patria. Me pilla cerca.

Holden dijo...

Por cierto, que en el otro lado hablan de Bricio Domínguez, que si no me equivoco, además de estar de polizón en MF, el Honorable Estado de Guanajuato, al cual le sobra dinero para estos sararos-mientras el pueblo en su desgracia se acabara de morir y seguir de modo cruel...-le ha montado unas jornadas en el ME de la Plaza Santa Ana para su lucimiento personal y sonrojo de los comensales.

Como en SdC les da corte contar lo que saben, luego os lo cuento yo, que no me corto un pelo.

Pero antes me voy a cenar a Pujol, el mejor restaurante de cocina "contemporánea" al Norte y Sur del Río Bravo y al Este y Oeste del Atlántico y del Pacífico. Del Indico, no sé; le preguntaré a Espeto.

emiliano dijo...

Oyess Melitón, si te vuelvo a ver pintar un corazón de tiza en la pared, te voy a dar una paliza por haber escrito su nombre dentro.

emiliano dijo...

Vengo de un garito clandestino en el que las mujeres fuman e incitan a los hombres al pecado con copas de ron Plantation 20 aniversario.

Yerga dijo...

Me han regalado unos litros de leche de vaca pura que he tenido que hervir, aprovechando la circunstancia he ido retirando la nata y me acabo de preparar unas tostadas con nata y azucar que están de muerte.
Entretanto voy rematando unas judias a lo Tio Lucas que está el tiempo para este tipo de condumios.

Carlos dijo...

Pues yo hoy también voy a darle al tema contundente, un menú largo y ancho donde espero que no falten los callos, ni la fabada.

Se acabó el régimen del 2011.

emiliano dijo...

Con las prisas se me olvidó decir que las croquetas de MUI son un escándalo de ricas.

Fartón dijo...

Capel ha estado en el bar de los Adriá.

Fartón dijo...

Perdón, quería decir en la gastroesnaquería, que me he vueltro un impreciso.

Licenciado Vladimiro dijo...

http://www.letraslibres.com/index.php?art=15157

Un plan de choque que os recomiendo a todos, fartones!

Ha sido leerlo y entrarme un hambre demencial.

Ha sacado Pierre Hermès un macarron de avellanas y trufa blanca, y uno de foie, pan de especias y membrillo que pueden sonar asquerosos pero están cojonudos. Me los comería a pares.

Carlos dijo...

Sí, Fartón. Parece más una hoja de publicidad que una crítica, pero bueno, es lo que hay. A unos tan duro y a otros con caricias.

Carlos dijo...

He comido estupendamente en Viavélez, luego reporto. El plato de presa con acelgas es sensacional.

angel dijo...

Como estoy cansado de que me dejéis mal cada vez que os acompaño a un restaurante,aquí os dejo unas indicaciones indispensable a la hora de pedir un vino escritas por el grandísimo Alberto fernandez de Asturianos.

Carlos dijo...

Viavélez es, en mi opinión, el producto mejor acabado de cocina de Madrid, la cocina más madura y que mejor refleja que se puede hacer alta cocina a precios contenidos.

Ayer, le dimos un repaso amplio a lo último que está haciendo Paco. Empezamos con una sopa de castañas, papada, manzana y setas, una delicia se se coge un poco de cada en la cuchara.

Vino luego su royal de liebre -fue el único plato que pedimos estuviera incluido-, más una terrina, creo yo, que una royal clásica.

Seguimos con el huevo a baja temperatura con gelatina de trufa y crema de setas. Absolutamente sensacional, en tres capas, primero el huevo, después el velo de la gelatina y debajo al crema de setas. Dos bastones de pan frito para variar la textura de cada bocado.

Después un guiso de chipirones encebollas con ravioli de su tinta. Un plato donde juega con la textura melosa del guiso -lo mejor del plato- y la crujiente de los rabitos y las láminas de pan asado.

Seguimos con un clásico de la casa, salmonete con reducción de manzanilla y alioli de su hígado. A mí la reducción de manzanilla me supo a oliva, otra vez bien conseguida la combinación yodada del pescado y del alioli con la reducción.

Por fin la presa con acelgas salteadas en mantequilla noissette y trufa. La presa macerada en cardamomo -imagino que en un aceite-, un plato muy suave de sabor, el que más me gustó de la comida.

Y de postre, una combinación de pomelo y limón en sorbete, amargo y ácido, estupendo para darle paso a una torrija prácticamente líquida.

Lo acompañamos de un Jean Voisin del 2004 del que tengo la misma opinión que la primera vez que lo abrí, al menos durante las más de dos horas de comida se queda corto en boca, aunque en nariz es mucho más interesante.

Disfruté mucho.

Carlos dijo...

"Doblan a gloria las campanas. M.M. Ferrand sobre el tuétano y en concreto sobre el plato de Sacha.

Carlos dijo...

Como hoy estoy de rodríguez me estoy haciendo una paletilla de cabrito al horno con la que me haré un bocata en el pan de Poilane que llevo ya unas horitas fermentando.

Si alguien quiere pan que me lo diga, va a salir una hogaza de algo más de un kilo.

emiliano dijo...

Quiero pan.

Carlos dijo...

Luego me monto en la moto del chino, Emiliano.

De paso te llevo unas bravas que me esty haciendo de aperitivo, con salsa de tomate y vinagre, claro.

Juan dijo...

Yo también he sucumbido a la irresistible levedad de Mui.
Para no aburrir con lo de las bravas me decanto por los torreznos con huevo y el "chupito" de limón de postre. Y no entiendo la tortilla de patatas, a ver si pillo a Juanjo y me lo explica.

Anónimo dijo...

Unos amigos que vienen a Madrid me preguntan por La Terraza del Casino. No he estado nunca... ¿Sabéis qué tal anda y a cuánto está el degustación?

Fartón

Carlos dijo...

120 o 130 Fartón, no recuerdo. Hay que sumar el IVA.

El appenzeller es cosa rica.

kalakahua dijo...

Yo les diría que ni es Terraza ni es Casino y que, dicho ésto, sean ellos los que decidan si van

Anónimo dijo...

Eso creo que ya lo saben, Ka.

Gracias, Carlos. Es un pico...

Fartón

angel dijo...

Carlos,
habará que repetir eses Viavelez organizando una "kedada"

kalakahua dijo...

Quizá tenía que haber mostrado menos entusiasmo.

Carlos dijo...

Ángel, cuando queráis. Ahora mismo está de dulce, creo yo.

La hamburguesa del último buey que compraron que tiene ahora mismo Raza Nostra, deja en bragas a cualquier hamburguesa que se sirva en los restaurantes madrileños. Ni rankings, ni leches. Con brasa estaría mejor, pero a la plancha está a eones de cualquier hamburguesa de los "top" de Madrid. Recuerda a las neoyorquinas, por cierto.

Ainur dijo...

El mojo de doña Elena, cuya receta ha heredado el insigne bloguero Don Kalakahua le mete a la salsa brava de Mui, que además parece mas mojo que brava por la cantidad de comino que lleva.

Ainur dijo...

Felicitaciones a Emiliano por los premios de Mr. Matoses, que participe en el mejor blog de gastronomia (Amigos de Ligasalsas) y en el mejor blog de vinos (Weirdo), es mas que una casualidad.
Tambien que le premien mas por la comida y por lo vinos, que por el cine, da que pensar :)

Ainur dijo...

Recomendacion de champagne: El Egly-Ouriet VP (Vieillisement Prolongué), con 70 meses de crianza en rimas. Una maravilla-

Ainur dijo...

Y recomendacion de ginebras: la Nº3.

juanjo dijo...

Gran sitio VIAVELEZ. Y sí Ángel, no es mal sitio para un buen homenaje.

Comida/celebración en VIRIDIANA con el menú degustación de por medio y donde cuesta llegar al final a nada que te pongas con el aceite al comienzo :-)

Gran comida. El menú sigue al mismo precio por cierto 110 € con todo incluido.

saludos

Carlos dijo...

Caius sobre los "huracanes" Xavier Domingo y García Santos.

Carlos dijo...

¿Qué bebisteis, Juanjo?

Carlos dijo...

Éste es el pan que me salió ayer. Queda la parte más complicada, la de encontrar buen producto, la harina que usé, no me convence nada.

buscemi dijo...

Enhorabuena por el pan ¡vaya pinta tiene! ¿Que libro recomiendas para iniciarse en esto de hacer pan en casa?
Otra cosa ¿la terrina de la foto la has hecho tu? tiene una pinta...

Carlos dijo...

Gracias, Buscemi. Yo utilizo El aprendiz de panadero, de Reinhart, me parece un buen libro, aunque hay que asumir unos cuantos fracasos antes de lograr un pan decente. Además hay que echarle un vistazo a elamasadero.com, hay todo tipo de útiles que al principio parecen tontadas, como los banetones, que son imprescindibles. Además tienen harinas buenas, que no es cosa de despreciar.

La terrina es mía, la receta es bien sencilla, compré panceta con un poco de grasa, carne de cerdo magra, unos taquitos de jamón y un conejo de granja. Los muslos del conejo los cocí en agua hasta que se pudieron despegar bien del hueso.

Puse la carne a macerar en sal, coñac, pimienta negra, nuez moscada, puntas de tomillo, sal... creo que le eché un golpe de un Pale Cream que tengo en la nevera abierto desde hace siglos. Tras dos días de maceración reservé el lomo del conejo y piqué el resto de la carne groseramente, para que quedara perceptible la textura de cada carne. Se prueba el "tartar" para ver si está al gusto y se corrige de pimienta y sal.

Luego es sencillo, se forra un molde con tiras de tocino blanco y se va echando una capa de carne, el lomo del conejo en tiras, unas aceitunas y unos pistachos. Y tras eso otra capa de la carne picada. Se cierran las tiras de tocino por encima de la carne para protegerla del calor y se pone el molde al baño maría a 200 grados en el horno una hora; le puse papel de aluminio por encima. Luego a 180 grados otra media hora, el último cuarto de hora le quité el papel de aluminio.

Se deja templar y luego al frigo al menos un día, mejor dos. Creo que me quedó bastante bien.

Para la próxima marinaré la carne principal -en este caso el conejo- en vinagre, para darle un contrapunto de acidez a la grasa de la panceta y le echaré alguna especia más, por ejemplo alcaravea. Por supuesto mejora cuanto más sabor tenga la carne, para la próxima la haré de perdiz de campo o de conejo, porque de liebre me la tendría que comer yo solo.

Mi idea es acabar haciendo una "terrina de morteruelo".

Carlos dijo...

No le eché hígado de pollo o cerdo, pero sería lo suyo.

juanjo dijo...

Carlos.

pues no los apunté la verdad.

El blanco fue un alvariño.
El tinto creo recordar que se llamaba TERRER.
El sauternes para el foie.
El dulce para los postres era de finca sandoval.

mi nivel de conocimiento del mundo del vino está por debajo de 0 desgraciadamente.

Espeto dijo...

Mi último descubrimiento en Málaga lleva en realidad un montón de tiempo abierto y es una de las marisquerías más reconocidas de la ciudad pero, por unas cosas u otras, nunca había terminado allí. Y, mira por donde, la pasada semana tuve la suerte de caer por la MARISQUERÍA JACINTO – que así se llama. Un comedor perpetuamente abarrotado, un mostrador con el mejor producto local y unos precios más que razonables son las señas de identidad del local. Nada de lujos o comodidades “innecesarios”.

Aquí se cuece bien, se fríe bien y se manejan la plancha y la sal bien. Y se siguen las instrucciones del cliente a rajatabla. No se puede pedir más si se cuenta con un producto fresco de calidad. Así, por nuestra mesa fueron pasando unos fantásticos busanos cocidos y una tremendas cigalas de La Caleta de Vélez también cocidas, terciadas y firmes. Algo más flojas unas gambas de Garrucha que nunca llegan todo lo frescas que debieran a Málaga y que yo me sigo empeñando en pedir. Buen detalle con unas coquinas al vapor con algo de arena que no tuvieron reparos en sustituir por unas estupendas conchas finas. Buenas frituras, en especial unos boquerones, acompañados de ensalada de pimientos de calidad. Y fantásticos calamares medianos a la plancha. Tiernos y sabrosos.

Una lástima que tanto y tan buen producto no pueda acompañarse por nada más que por los sospechosos habituales en tantos chiringuitos de la costa. Dado que la carta de vino es inexistente, a nosotros nos tocó en suerte un Mar de Frades 2009 que cada vez me dice menos. Y no es que antes me dijese mucho.

Servicio amable, “de los de toda la vida” y un jefe de sala muy profesional que conoce bien el producto que ofrece y que tiene ojo con los clientes. Además, precios amables con invitación a copas incluida. No es que sea decir demasiado pero, en estos momentos y con sus pequeños inconvenientes, es el mejor restaurante de producto de la ciudad.

Espeto dijo...

Por otro lado, quiero reseñar dos adiciones a la – muy mejorada – oferta de tapeo del centro de la capital malagueña: por un lado, LA RESERVA DEL PASTOR, un espacio muy bien montado, con una comodísima barra donde picotear. Muy buenas chacinas, excelentes anchoas, frituras de nivel y alguna cosilla más de cocina. Además, carta de vinos interesante. También dispone de mesas para comer en plan un poco más formal. Por otro lado, CASA LOLA, una taberna abierta recientemente en calle Granada decorada al estilo de las tabernas tradicionales y especializada en salazones, chacinas y laterío de calidad. Buen producto, sobre todo de origen gaditano, buen vermú de barril y un servicio muy eficiente. Rica mojama y estupendas chacinas que se sirven en papel de estraza como en mi adorado Casa Manteca, ricos montaditos y brutales las huevas de atún de almadraba en aceite de La Chanca.

Y, para terminar, LA MALLORQUINA, un ultramarinos en pleno centro de Málaga especializado en conservas que cuenta con todas las grandes marcas del sur (La Tarifeña, La Chanca…) y alguna de las buenas del Norte (Ramón Peña, Don Bocarte, Solano Arriola…). Para dejarse la cartera.

Espeto dijo...

Está muy rico el Quinta de Covela "Covela" 2001, un portugués del Minho. Creo que está elaborado con Touriga Nacional aunque la información que encuentro es un poco confusa. Recuerda un poco a esos tintos de Ribeiro que tanto le gustan a Carlos.

Carlos dijo...

¿Algo sobre tapeo en Valencia? No me vale el Mercatbar.

Carlos dijo...

Abánades vende su patrimonio para conseguir liquidez y seguir tirando con la inmobiliaria.

En ese patrimonio está el Selenza donde oficia Freixa, supongo que no tardará en venderlo también.

emiliano dijo...

Muchas gracias, Ainur. Menudos piropos me echas. En cualquier caso los premios no hay que tomárselos muy en serio, ni siquiera los de Matoses que aunque se ha puesto el tío hasta las cejas en el 2010, no ha tenido ni una pequeña mención a los churros de La Guapa entre los mejores platos del año. Algo lamentable.

emiliano dijo...

Y como todavía no hemos recibido el premio prometido, voy a aprovechar que tengo por aquí un video con Victoria Abril haciendo el tonto para reclamarlo: Dame un beso

Suquet dijo...

Pero Emiliano... ¿de dónde sacas esas joyas? ;-)

Carlos dijo...

Qué coreografías.

Freír con aire. O casi. No sé yo si triunfará pero es, cuanto menos, curioso.

kalakahua dijo...

Para más información sobre ese engendro del demonio

emiliano dijo...

Los saco de mi youtubeteca

kalakahua dijo...

Se empieza friendo patatas sin aceite y se termina así

angel dijo...

Carlos,
prueba a darte una vuelta por Oleo.

Carlos dijo...

Gracias Ángel.

Pasamos a hablar de Miguel Hernández, el barro y la cebolla.

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