domingo, 18 de octubre de 2009

Navegantes vascos


Hubo un tiempo en que los hombres sentían un hechizo por el mar, un tiempo en que una serie de aventureros vascos, decidieron probar fortuna, la coartada era diversa, nueva ruta hacia las Indias, evangelizar, recorrer mares misteriosos, tierras más prósperas...No encontraban sentido a permanecer en tierra, no se amilanaban ante ningún peligro en su camino.

Nombres como Oquendo, Churruca, Elcano y tantos otros, hombres cuyo recuerdo llena de orgullo, pueblos, calles y plazas de nuestro territorio. Hombres que buscaban sumar, en nuestros días cuando mucha de la gente que habita en el País Vasco sueña con dividir, exiliarse en ellos mismos, ellos hicieron del mundo su bandera universal, fueron en cierta medida los impulsores de una ONU, aunque fuera de olas.

El cine y la literatura han ilustrado bien este mundo, en el cine, Capitanes Intrépidos, destaca de forma sobresaliente, quién no recuerda a Manuel, encarnado por Spencer Tracy, suyas fueron mis primeras lágrimas. John Ford no podía olvidar este cosmos y se inventó Hombres intrépidos, pero mi película favorita es El mundo en sus manos, la película que mejor refleja la ensoñación del mar, como sentimiento, como vida, como meta, cuando visito un puerto pesquero, cosa que realizo con cierta frecuencia siempre intento encontrar en los rostros de los marineros a Gregory Peck y a Anthony Quinn, por desgracia a la que nunca encuentro es a Ann Blyth, posiblemente el Mar es demasiado celoso y no consiente que se acerque a ningún puerto. Dicen que los barcos encuentran su rumbo gracias a los faros, yo estoy convencido desde hace más de veinte años, que les guía la condesa rusa María Salanova.

Mis dos obras literarias preferidas son Gran Sol de Ignacio Aldecoa, un gran cuentista que demostró con esta novela que también dominaba el relato largo, gente dura, gente digna habita en sus páginas, y sobre todo Las inquietudes de Shanti Andía de Pío Baroja, estoy convencido de que en el cielo la aplaudieron los nombres de los marineros arriba señalados.

Pero el mejor homenaje, el mayor monumento que se da a un marinero se da en Getaria, cuna de Juan Sebastián Elcano, allí a la sombra del monte San Antón, que desde la lejanía adquiere la silueta de un ratón y oficiando como testigos las viñas del popular chacolí, se erige un templo de la gastronomía, un centro de supervivencia de especies protegidas, un lugar donde el mar se mastica, se come, se palpa y lo más importante se siente y se recuerda. Elkano no tendrá estrellas ni aparecerá nunca posiblemente en la lista de los 50 mejores restaurantes del mundo, pero habrá causado más conmoción, más muestras de satisfacción que tantas muestras de fuegos artificiales que llenan esos vademecums al que algunos muestran tanta pleitesía y reverencia.

Al mando de la nave se encuentran Pedro Arregui y su hijo Aitor, representan en tierra la vieja tradición marinera cuando el padre enseñaba a su hijo los secretos del mar, tomando su relevo. Entre los peregrinos de la Vía láctea de la Gastronomía el Rodaballo se encuentra en el Monte del Gozo, Aitor lo presenta como una orquesta en que cada parte del mismo da una nota, da un sabor, todo es trascendental en él, el punto de cocción es perfecto, puro mar, puro sentimiento. Pero reducir la maravilla de este pueblo al rodaballo no sería justo, las cocochas de merluza son otro hito, otra clásico que nadie se puede perder, la trilogía es insuperable, brasa, pil-pil, rebozada, tres colores, tres tatuajes de por vida. El plato que más me impactó esta vez fue un chipirón de potera a la plancha, presentado por Aitor de forma reverencial a modo de homenaje ya que es el último de la temporada. Aquí se respeta el producto pero se respeta también el ciclo de la vida, a la vieja usanza como antaño.

Y además les gusta, aprecian y respetan el vino, como demuestra su cabal carta, qué más se puede pedir.

Siento con este post no incorporar una ipod como hacia Heston Blumenthal en su carta, reproduciendo sonidos marineros pero con esto de la crisis no ha podido ser.


Cuadro que ilustra: Ships in Calm Water at Sunset de Elisa Baker.

211 comentarios:

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Fartón dijo...

Después de varias visitas a la Taberna de Viavélez, ayer enfilé las escaleras para abajo para probar el restaurante.

Ni una pega a los platos, siempre bien ejecutados, y confirmando la buena mano con fondos y salsas (probé esas justamente afamadas patatas a la importancia). Pocas aventuras, algo que yo creo que les asegura un público fiel, Yo eché de menos algo más de creatividad.

El servicio, eficiente, pero con un par de extraños detalles, entre lo confianzudo y lo extravagante, deslucieron un poco la función.

Carlos dijo...

Fartón, creo que Paco tiene pensado meterle un plus de creatividad al menú de degustación.

Además te aseguro que no he visto un cocinero que acepte y entienda mejor las críticas.

Carlos dijo...

¿Conocéis el cerdo mangalica? Pues os digo que merece la pena... sobre todo por el precio.

Ahora de comparación con un ibérico de gama alta, nada de nada.

albertobilbao dijo...

Personalmente es la primera vez que tengo noticias de él
Lo que está claro es que con la cada vez mayor implantación de empresas españolas en la antigua Europa del Este vamos a conocer productos completamente desconocidos hasta ahora en España

Un abrazo desde Bilbao

Carlos dijo...

Por cierto, os animo a hacer una cata sencilla: coged una botella de este Alter Enos, o del Ossian, o del B&L y comparadla con el mersault básico de Domaine Roulot.

En precio andan ahí, ahí. Creo que esa es la puerta para entender la borgoña blanca y lo que nos queda para llegar allí.

txangu dijo...

Sospecho que ése es el cerdo que usaban para colocarnos jamones de supuesto ibérico (dato comprobado al menos en los 90) usando cerdo húngaro.
Anoche nos tomamos un L'Esprit de Chevalier blanco 1990. Cada vez me gustan más los blancos viejos. Avellanas al principio para leugo ir abriéndose. Con una crema de marisco, carrilleras de rape a la bilbaína y unos quesos. A los bombones no llegó, eso fue cosa del GT.

Laura dijo...

No se si habeis visto los videos del cocinero fiel con diferentes cocineros,Larumbe,Dacosta,Sandoval,Paniego...estan bastante bien.
Se lo curra el tipo este.
Por cierto,la ensaladilla de Pan de Lujo,que tb sale en un video tiene buena pinta,no se como estara.
¿la habeis probado?

Yerga dijo...

Despues de cuatro horas de pateo por el monte me parece que los boletus los voy a sacar de la despensa ,secos en láminas, para condimentar un estofado de pochas y tortolas.¡Que desastre de temporada!
Espeto, si funciona el ahumador cuentalo, estoy preparando mi carta a los Reyes Magos.

Yerga dijo...

Me he abierto un Berceo de viñas prefiloxéricas,vino curioso y delicado, con las pochas esto va a funcionar de cine.

Fartón dijo...

Carlos, lo de la creatividad es muy personal. Seguro que muchos están encantados con una cocina más clásica (el comedor es pequeño, pero estaba lleno). Tampoco tuve oportunidad de hablar con Paco Ron, perola verdad es que tampoco le hubiera dicho nada. Cada uno elije el camino que le parece. Y los platos que probé estaban impecables.

Carlos dijo...

Laura, la de Pandelujo, ¿Era con una espuma de mayonesa, no? Hace tres o cuatro años que no la pruebo... recuerdo algún encuentro de impresiones con Chicote en la época en la que se montó Pandelujo.

En cualquier caso a mí la espuma de mayonesa -sifonada-, me parece una manera de buscar ligereza. La otra, con ácidos, me gusta más.

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