Entrar en mi cocina se había convertido en un infierno. En los apenas 10 metros cuadrados se apilaban decenas de cacharros, la mayoría de ellos inservibles. Del sifón espumero, al wok pasando por una fondue de hierro fundido, el silpat o un mamotreto de aspecto fálico para calentar salchichas. Incluso el microondas, voluminoso y arrinconado, degradado a calentador de leche, me molestaba con su sola presencia.
Esta crisis gastroexistencial seguramente tuvo que ver con mi propia evolución como cocinero. Me di cuenta de que cada vez necesitaba menos cosas para cocinar y estos instrumentos sofisticados me empezaban a parecer bobadas para gastroesnobs. Aterrado pensé que esa frase la podría firmar mi madre, así que me lo pensé dos veces, redecoré mi vida y mi cocina y empecé a recopilar aquellos chismes que de verdad utilizaba, los que me llevaría a una isla desierta, con los que sería capaz de abrir una mina o afeitar a mi perro. En una palabra, mis gastromusts.
- Cazuela de hierro fundido de Le Creuset: Un condensador de calor, estable de temperatura, permite conseguir una cocción uniforme -el famoso chup-chup-. Vale un pastón, pero cualquier gastrobloguero sabe que se pueden conseguir bastante rebajados de precio en Buyvip o Ventaprivada si se tiene un poco de paciencia para esperar la oportunidad.
- Colador de malla fina de Lacor: La marca no importa demasiado, pero el grosor de la malla sí. Lo uso para todo, quitarle el agua residual a las conservas de tomate y a las ensaladas, colar la pasta una vez cocida o pasar la crema de patata para dejarla tan fina como Robuchon.
- Pelapatatas de Arcos: El gusto de mi familia política por la patata imponía en mi operativa diaria un instrumento que me permitiera procesar patatas a toda velocidad. Con este pequeño instrumento ventilo 3 patatas por minuto, lo que es un récord si tenemos en cuenta que con un cuchillo el ratio se invertiría -1 patata cada tres minutos-. Básico para gallegos y su perímetro familiar.
- Tablas de cortar Legitim de Ikea: De un material indefinido, son fáciles de limpiar y valen dos euros. Poco más se puede decir excepto que el hecho de tener dos permite darse el lujo de tener extraviada una, cosa que a mí me sucede frecuentemente.
- Olla rápida Magefesa: En mis inicios como cocinero, mis principios no me permitían usarla, pero una súbita pérdida de poder adquisitivo, la subida de la electricidad y la insidiosa y desazonara sospecha de que algunos fondos y platos -rabo de toro- no pierden demasiado o están directamente mejores, me hicieron reflexionar sobre el gastroconcepto -aquél que emana de la gastrofilosofía y derivará en gastrotrascendencia y por tanto gastroherencia- con una notable influencia sobre mis técnicas culinarias, incluyendo el uso de la express.
- Sacacorchos de pinzas: Tras probar todas las versiones posibles de sacacorchos, encontré esta especie de enoforceps. Extrae con facilidad tapones de botellas de cualquier edad sin destrozarlos. Imprescindible para aficionados a los vinos con cierta edad y para epatar a princesas del pueblo en cenas románticas bañadas en Marqués de Cáceres rosado.
- Cuchillo cebollero y puntilla de Arcos: De filo suficiente, bien balanceados de peso -básico para un cuchillo-, no tienen la misma calidad que un cuchillo de cerámica ni, desde luego, que esas maravillas de cuchillos japoneses que cortarían un pelo en el aire. Sin embargo están bien de precio y evitan el riesgo de cortarse un dedo en el más mínimo error. Para cocinillas no especialmente hábiles.
- Envasadora al vacío Laica: Un hallazgo. A pesar de que el porcentaje de vacío que consigue es pobre -no creo que supere el 98%- me sería muy complicado distinguir entre un pescado fresco y otro congelado y envasado al vacío con este cacharro, por otro lado razonablemente barato -unos 80 euros-. Indicado para aquellos que compren el sábado el pescado de toda la semana y para sibaritas que compren grandes piezas o cantidades imposibles de consumir de una sentada.
- Báscula de cocina Kologn: Un progresivo afrancesamiento me lleva a medir todo lo que echo en la cazuela. Básico para la pastelería y la panadería y para aversiones a la improvisación.
- Sonda de temperatura Mastrad: No sabría hacerme ni un filete sin la sonda, si tuviera la precisión suficiente la usaría hasta para tomarme la temperatura yo mismo. La Mastrad es sensiblemente más cara que la Ikea -35 euros vs. 7 euros-, pero mucho más robusta, precisa. Permite medir incluso la temperatura del aceite hirviendo sin miedo a que se rompa -de las de Ikea ya llevo un par de bajas-. Imprescindible para los paranoicos de los puntos de cocción entre los que me encuentro.
Ni que decir que mi cocina se convirtió en un sitio amigable, un espacio minimalista y casi feng-shui. Porque al fin y al cabo, qué otra cosa es la Thermomix sino una batidora con calor, nada que no pueda hacerse con una cacerola, la Moulinex y un colador fino.
249 comentarios:
1 – 200 de 249 Más reciente› El más reciente»El cocido de Lalín por Caius Apicius.
Pues eso, que la clave son las carnes saladas.
En general, estoy de acuerdo con EADL que ha escrito el artículo. Salvo unas pequeñas puntualizaciones.
- Pelar las patatas con pelapatatas es algo característico del hombre blandengue. Yo solo lo hago cuando no me ve nadie.
- El microondas es un invento estupendo. Sirve para muchas cosas. En mi casa, por ejemplo, las patatas como más les molan son hechas en el microondas. Y la leche la calienta de cojones. (¿Porqué el te queda asqueroso si calientas el agua en el microondas?).
- Las tablas Legitim mola. Pero molan más las Drälla.
- Lo de la Thermomix a ver si te lo haces mirar. El mojo numeritos, por ejemplo, no lo dejas igual sin ese pedazo de batidora.
La cantidad de cosas que voy a tener que tirar, estoy por montar un rastrillo.
Pero lo de la wofrera Lidl no es negociable, se queda y punto.
¿Alguien conoce el chiringo que han montado los de El Señor Martín.
Me faltan algunas cosillas pero, en general, estoy de acuerdo con el equipamiento.
Muy util el post de hoy, Numeritos. Preguntas al asunto:
1. ¿Que cocina y horno teneis? Electrico?, de gas?, de leña? Marcas recomendadas. Yo tengo una cocina de gas, y no cambio el fuego por ninguna vitroceramica. Pero dado que en un tiempo cambiare la cocina entera, estaria bien enterarse de donde pasan ustedes la mayor parte del tiempo :)
2. Donde comprar gastromusts de cocina? Estoy buscando donde comprar una paella Lacor, y no consigo encontrarla.
Lo guapo es una cocina con gas y con inducción. La inducción para cocciones largas es muy agradecida. Para saltear, chunga.
En Makro tienen mucho material de Lacor. Paella tienen, pero no la de Quique Dacosta.
Las texturas de la thermomix son imbatibles, pero no estoy seguro de que sean muy diferentes con la combinación de batidora+colador de malla fina. Al menos en un entorno amateur.
Ainur, mi cocina es una castaña, pero me gusta mucho la inducción, la que usa ahora Arguiñano parece una caña.
En cocineros.info hay un montón de material, yo la paella de Lacor la compré en una tienda de cacharrería cerca de Atocha, voy a ver si soy capaz de encontrarla.
Estoy deseando que se abran franquicias del Sr. Martín. Las demos de los sábados son bastante interesantes y manejan producto de calidad. Es la pescadería "gourmet" del futuro en Madrid.
Seguro que la Thermomix no hace cosas que no se puedan hacer de otra manera. Pero es cómoda de narices.
Servidor está de acuerdo con el planteamiento del autor, añadiría los siguientes elementos en la cocina:
-la bolsa de los garbanzos
-el soteau de La Creussette.
-La espumadera antiadherente
-La pala de plancha
-La copa para el vino
-El equipo de música
-La soledad, esto último es casi imprescindible.
Numeritos , no sabía que eras de "la secta" , conozco un centro de desintoxicación que te puede ayudar a desengancharte antes de que la thermo cobre vida.
No jodas Yerga. Me metes a mi en un centro de desintoxicación y tienen trabajo para toda la vida.
Hay otro accesorio que considero imprescindible: la abrazadera de plástico que sirve para enfriar botellas. La cubitera ocupa demasiado espacio y estos cacharros los puedes encontrar en un chino.
Lo malo es que se rompan en el congelador y te lo pringuen de gel.
Yo teno 3 tipos de cacharros enfriadores: uno normal, otro con cuerda arriba para botellas de champú y que es una castaña y otro adaptable de La Rioja Alta que es la caña.
Y en mi cocina Ariston tengo 5 fuegos de gas, uno de ellos de doble corona que es la caña para las cosas rápidas. A veces las cazuelas grandes me hierven antes por los lados que por abajo.
A ver si hagio un inventario y una campaña de descacharrización en la cocina.
Eso me recuerda que encesito una barbacoa nueva.
Yo tambien tengo cinco fuegos de gas , el problema es que a la hora de elaborar varios platos a la vez necesitas tener muy bien calculados el diametro de los cacharros y su distribución en cada uno de ellos.
Otro elemento indispensable en la cocina es el mortero amarillo,indspensable para las picadas.
A evitar:
1) Instrumentos de madera -mortero de madera, tabla de cortar, incluso cucharas-. Cogen más mierda que el rabo de una vaca.
2) Encimeras de Silestone. Bonitas pero delicadas, en cuanto se le caiga algo encima se pican. Piedra o mármol.
Lo que es de hombre blandengue es hacerse te
Sigo con mis cachivaches:
1 taco con 5 cuchillos Arcos en una sola pieza de metal. Más de 10 años nos contemplan y ningún problema, sólo hay que tener cuidado de afilarlos.
Además, un juego de 3 cuchillos queseros comprados en Makro hace poco, también en una sola pieza pero ligerísimos y muy eficaces.
En tablas, después de haber probado todas y en todos los materiales, encontré una en Makro con base antideslizante, grave problema que le suele suceder a las de plásticos de Ikea.
El cortafiambres que obtuve con los puntos de no me acuerdo qué sirve para apuros y fiestas multitudinarias, pero es un c***zo de limpiar.
La heladera obtenida por el mismo proceso sigue sin estrenar, aunque la freídora del mismo lote que sustituyó a mi añorada Fagor metálica si que la uso para patatas, y, en los últimos estertores del aceite, para alitas de pollo o, como el domingo, tempura de calabación, tomatitos cherry, patatitas cocidas y otras cosas.
En la próxima brocante tengo que deshacerme de cacharros que tengo por duplicado del año que pasé aquí en un piso amueblado.
Como dijo Julia Child, el mortero debe ser de mármol blanco
Con la cortadora de fiambres tengo sentimientos contradictorios. Por un lado, efectivamente, limpiarla es un asco, por otro lado cuando saco mi platito de lomo cortado exactamente en el grosor que busco me parece imprescindible.
Además con ella voló una de las mis dedos.
Una de las cosas mas útiles de mi cocina es la plancha multidifusora de 25x45cm marca Castey. Para cocinas de inducción imprescindible. Va que te cagas con zona de cocción de 33 cm.
Yo detesto los enfriadores de botellas de plástico. Sólo son útiles en las cenas al aire libre de las noches de invierno
Sin embargo, en la cocina es esencial tener un libro de recetas de Aduriz y un calendario de Samantha Fox.
Ya casi es la hora del teatonic.
Una cosa que no me gusta de la inducción es que se apaga cuando levantas la sartén. ¿O no le ocurre a todas? Yo echo de menos el fuego de gas, excepto a la hora de limpiar.
32 € por 10 bolsitas de té!!!!!!!!!!!!
A todas las que yo he probado Fartón, pero por eso mismo cuando se cae el agua encima no la requema, además de que va a toda leche. Estoy de mi vitro hasta las orejas.
"Coctelería de moda de Bilbao" es como un gitano honrado o un Espeto frugal
Ahora que habláis de Julia Child me acuerdo de la película Julia y Julia: Kalakahua la vio doblada y en VO.
Emiliano, que sepas que su protagonista, Meryl Streep, actriz que está entre tus favoritas, protagoniza un film sobre Margaret Thatcher. Cuando la veas me cuentas.
Al parecer en el blog hermano, el prestigioso crítico gastronómico D. Carlos Maribona dice haber entendido el conceto de El Bulli.
También habla de cómo se come en El Bulli
"y al final la caja mágica de chocolates. Qué lujo"
Para concluir,
"raramente pruebo los chocolates de la caja de El Bulli (?!). Siempre me llegan a la vez que el GT y la verdad es que son dos cosas que no casan en absoluto. Y si tengo que elegir... lo tengo claro..."
Yo sí que lo tengo claro: el tío riega la caja con la ginebra y se toma a dos manos la masa achocolatada resultante ante la mirada ausente de Ferrán. Después viene la comprensión del conceto Bulli, la composición de canciones, incluso contempla un tunel de luz y un señor al fondo que le llama.
El mortero amarillo Suquet, en este punto no me va a convencer ni Julia ni nadie, lo del marmol lo dejo para constructores,diputados,asesores y aguiñanos varios.
Muy util tambie la cestita para los ajos, evita dejarte el armario hecho un Cristo de pielecillas.
¿Meryl Steep interpretando a Thatcher? Acabo de pedirle hora al psicoanalista.
Yerga el mortero blanco y el submarino amarillo.
Gin tonics hay miles, los puedes tomar hasta en el aeropuerto, como esa caja de chocolates igual no encuentras dos o tres.
Venía pensando que en la década de los 70, las yogurteras era el cacharro de moda inútil, en estos últimos diez años, sin duda, las panificadoras. Tengo que pensar en los cacharros sin sentido que se vendieron en los años 80 y 90, seguro que se me ocurren.
Una versión moderna de las ollas de hierro fundido de Le Creuset la venden en Casa. Yo tengo una bastante rodada. Creo que para el usuario ocasional no vale la pena la otra.
Pues a mí con los chocolates de El Bulli me pasa lo mismo que a Maribona: raramente los pruebo.
Yo creo que estas ollas de hierro fundido son para amigos de las 5 horas de cocción en adelante, que es lo que se tarda en que se hagan unos callos en un chup chup mínimo. Por cierto que dice la leyenda que Pedro Martino hace unos callos de primera división, mejores incluso que los de Paco Ron. Hay que conseguir la receta.
Eso sí, quien quiera hacer una fabada y que la legumbre quede impecable no tiene más remedio que pasar por aquí. Cuatro gastrofrikis en el fondo.
Pues está todo el mundo en ascuas, pendiente de que Maribona revele el verdadero conceto futuro de El Bulli, Ferrán Adriá el primero.
"es un conceto que entra en el número uno del ránking de mis concetos favoritos"
Seguro que algún tipo de conceto venden en Makro.
Este último artículo de SdC ha sacado a relucir al Marydonut más típico. Parece una caricatura de sí mismo. Desgastando la palabra lujo ("Qué lujo" / "Un lujo" / "El lujo de la sencillez" / "Un equipo de lujo" / "Elaboraciones de lujo" - cómo le gusta el lujo), esas falsas modestias que tanto le van ("Nunca había hecho la foto") y su habitual gastrocolegueo (Ferrán me esto, Ferrán lo otro). Es inimitable.
"Nunca, en tantos años, me había hecho una foto allí con Ferrán. Pero esta era una ocasión muy diferente. Por cierto, lo que se ve en la mesa, a la izquierda, es la célebre caja de chocolates"
Yo lo que le agradezco es la explicación, en un primer momento había pensado que se trataba de un subfusil mauser.
"Embriagado por la emoción del amigo que se me iba, recordé todos aquellos momentos inolvidables vividos junto a él. Por cierto mi corbata es de Hermés"
Es sorprendente lo que los blogs hablan de uno mismo. Todos los pecados capitales sobre el tapete. Da miedo.
RGS habla de Entre Colycol, un gastrobar murciano.
Sin desperdicio.
Si os seguís cabreando con las cosas que dicen los críticos gastronómicos, vais a tener que acompañarme todos al psicoanalista.
En la lista de gastromusts hay que incluir también el braun abrematic y el palomitón payá. ¡Ya te digo! También son imprescindibles en las cocinas modelnas los imanes de formas caprichosas que se pegan en la puerta de la nevera y que nuestras mujeres utilizan para dejarnos mensajes subliminales: “oye tigre, cuando salgas a por el pan, no te olvides de recoger la ropa de la tintorería” y cosas así.
Ainur, en La tienda de Miya, mercado de Chamartín, venden paquetes pequeños de pasta wanton congelada. Este finde me haré unos dim sum de perdiz escabechada con mayonesa de rocoto y gelatina de su pico.
Yo a mi muhé le prohibí seguir pegando imanes en la puerta de la nevera el día que se me vinieron encima todas las latas de Mahou que había dentro atraídad por las fuerssas eletromagnéticas.
En penitencia, ahora tiene 6 cuadros magnétronicos por la casa y amenaza con comprar más.
Si me queréis, no regalarme un imán.
La licuadora Mulinés fue un must de la cocina de mi abuela hasta el día que el tío Alberto se licuó tres falanges de la mano derecha.
Un must muy de ahora es la fragona sircular que se escurre de modo vergitinoso, provocando una suerte de tifón de gotitas de mierda. Muy efectivo no es, ahora, espectacular un rato.
En otro ámbito el aspirador Rumba es a la par divertido e inútil. A menos que uno aspire a coleccionar polvo en todos los rincones de la casa.
Yo aviso, eh.
Esto si que es un must, solo para gastrosensibles:
http://www.directoalpaladar.com/utensilios/cacerola-corazon-de-le-creuset-para-guisar-en-san-valentin
O te echan de casa o tienes diversión toda la noche , no hay termino medio.
He tenido que buscar en Google el bar de la crónica de RFG a ver si existía de verdad porque mientras leía pensaba que era de chachondeo.
La foto que lo acompaña me daba la razón porque que mas bien parece que al camarero se le ha caido la la tapa al suelo camino de la barra.
Tenemos que hacer una colecta para comprar cencerros y repartir en ese gremio porque el GT está haciendo estragos.
Kalakahua, no me atrevo a imaginar las que organizaría el tío Alberto con la picadora.
Un, do, tre, picadora Muliné.
Gracias Carlos, mas facil el mercado de Chamartin que el chino de Plaza de España.
De encimeras, siempre he tenido de granito por lo que no se como funcionan las de silestone. En la cocina de Berasategui ha puesto (bueno, tal y como lo cuenta parece que se la han puesto), una llamada "Top Porcelanik", que parece algo así como una encimera formada por una base (acero, aluminio, etc) mas una cerámica encima de gran dureza. La podeis ver en la pagina de www.tpbarcelona.com . Parece muy chula, aunque la piedra en contraposicion tiene una imperfeccion que me gusta mucho.
Al mundo entero quiero dar
el conceto de Ferrán
Y en el Bulli celebrar
la alegre novedad
La chispa de la Vida
Son ustedes unos minimalistas de pacotilla. Así no me van a epatar jamás a las amigas de sus mujeres. Anda que no les faltan cacharros absolutamente imprescindibles en una cocina: los rayadores Microplane, el soplete, el kit de esferificar (con sus jeringuillas y sus cucharitas con agujeros), la Superbag para colar como Dios manda, la parrilla eléctrica, la máquina para hacer gofres, la crepera, el pimentero fálico, la barbacoa portatil, la cataplana portuguesa, el utensilio para prensar ajos, los guantes de silicona, las boquillas de fantasía para mangas pasteleras, la máquina de hacer pasta con sus accesorios para espaguetis y para raviolis, la tabla de quesos, la vitrina para quesos (¿para cuándo un queso directamente?), la sorbetera, los termómetros y sondas varios (en especial el láser ese que no es que sea muy preciso pero que le hace parecer a uno Arola sin perilla - y sin reloj), los silpats, los aros circulares, cuadrados y rectangulares, los moldes de silicona con forma de pirámide...
Quizás podría prescindir de la cuchilla para circulat para cortar queso Tete de Moine, aunque me parece muy útil. Son más de veinte años de regalos monotemáticos de la familia.
Dicho lo cual, yo tuve la fuente cerámica de horno de Le Creuset con forma de corazón que dice Yerga pero un día la puse al fuego por error (no me piensen ustedes mal) y se estalló. De momento no he pensado en reponerla.
Iba a hablarles sobre Valencia pero primero voy a editar el artículo. Creo que había puesto "un lujo" cuatro veces.
Ainur, cuando dices dim sum, supongo que te refieres a los siu mai y compañía (los dumplings al vapor). Como te dicen, funcionan bien los paquetes de pasta de wonton que venden por ahí (creo que los tienen incluso en Hespen & Suárez). El único secreto es hacerles un relleno que tenga algo de grasa y algo de humedad y no pasarlos mucho de cocción. Con una mezcla de gamba o vieira muy picada, un poco de tocino, cebolleta, jengibre, aceite de sésamo y una punta de maicena y unos minutos al vapor verás que quedan bastante mejor que en cualquier chino.
El Top Porzelanik mola que te cagas. otrosí digo, hay que decidir si encimera o testículo. Lo que se prefiera.
En más económico una alternativa por la que he optado son las resinas sintéticas termoendurecidas, auténtico quemaradiales y que permite cantos mínimos (10 mm). Comercialmente puedes mirar estas cosas en Formica CompacTop. O en mi domicilio, no tienen más que traer una botella.
El rabo de toro va bien para hacerse unos siu mai, con un poquito de la verdura de la cocción si fuera posible.
Aunque para minimalista Abraham García en su programa de caza. Yo creo que no cocina con cocina de leña porque no le dejan. Además la lavadora que tiene detrás le da un toque de rusticidad adecuado.
Capítulo I. Declaración institucional.
Empecemos con nuestra excursión por tierras valencianas. Una región que se ha convertido por méritos propios, junto a Cataluña y el País Vasco, en el tercer vértice gastronómico del país. Y no sólo porque cuente con media docena de cocineros de élite – basta con mencionar a Dacosta, a Camarena, a Morales o a Aleixandre – sino porque cuenta con un buen número de restaurantes muy notables (desde La Sirena a Riff o desde Monastrell a Óleo), una docena de los mejores establecimientos de producto del Mediterráneo (acordémonos de Askua, de El Bressol, de Casa Vicent, de El Faralló o del propio Paco Gandía), algunas de las mejores barras del país (pensemos en Casa Montaña, en La Taberna del Gourmet, en el Piripi…). Y porque en casi todo ellos se cuida el producto. Se cuida – y mucho más de lo habitual en otras regiones – el servicio. Y se cuidan – y eso es algo que les diferencia de muchas otras zonas entre las que incluyo Madrid – las cartas de vinos: amplias, cosmopolitas, con promoción de los vinos locales pero sin caer en localismos estúpidos y, en general, bien preciadas, buscando potenciar su consumo. Quizás en otras regiones haya cocineros con más talento pero aquí parece haber mejores empresarios, mejores restaurantes.
Capítulo II y siguientes. Papeo.
Comienzo muy grato en L’ESCALETA, en Cocentaina. Uno de esos restaurantes que es capaz de reconciliarte con la hostelería. Producto de primera, carta de vinos fabulosa (y barata), servicio esmerado y una cocina a medio caballo entre lo estrictamente tradicional y la vanguardia más sensata. Aquí el cliente elige a qué caballo quiera apostar y todo son facilidades a la hora de elaborarse uno su propio menú.
Puestos a ello y, sobre la base del excelente producto que manejan, nos dimos un pequeño paseo por alguno de sus platos más clásicos. Buenos aperitivos para empezar acompañados con un pan de calidad y una manteca de cerdo aromatizada con hierbas. Especial atención al corte helado de pimientos con crema de ajo asado y al delicioso embutido de Cocentaina – un especie de butifarra negra – con pera asada. Ya en los entrantes, francamente bien la llamada “ostra eléctrica” que se sirve sobre una hoja de papel de aluminio acompañada de soda de espárrago blanco que potencia su sabor metálico y a la que añadimos una manzanilla, la número 22 de La Bota de… que elabora Miguel Sánchez Ayala. Más madera con un plato tradicional maravilloso: las cocochas de merluza en all-i-pebre. Una salsa perfecta, bien ligada, profunda, que complementa a unas cocochas grandes y carnosas. De repetir. Muy buena también la gamba roja en costra de sal de cítricos, un pequeño y acertado toque moderno que apenas realza el producto. Terminamos con los dos grandes platos de la tarde: por un lado, el soberbio lomo de salmonete (verdaderamente el mejor que recuerdo) sobre un cremoso de almendras y oro de azafrán, un plato delicado y lleno de equilibrio y, por otro lado, un arroz de caza y setas, profundo, intenso y muy bien presentado, en su justa medida.
Cuenta, además, con una completísima carta de vinos que se puede consultar por internet (¡Aleluya!) con precios de saldo en algunas referencias y añadas interesantes. Transmite un claro interés por el cuidado del vino y por facilitar su consumo. Sobresaliente para ellos. Nosotros acompañamos la comida con unas copas de un Billecart-Salmon Brut Reserve – único champagne disponible por copas – que nunca me ha convencido y con un soberbio Poully-Fumé, un Didier Dagueneau Buisson Renard 2002, el “tapado” del mejor productor de sauvignon blanc del mundo. Con el chocolate y el – muy buen – café, una copa de armagnac Laberdolive Domaine de Jaurrey 1976 para rematar. Como decía al principio, un servicio atento y muy profesional y una sensación de gran restaurante, de negocio bien cuidado. Muy recomendable.
Estoy mirando la foto de El Bulli y la verdad es que está muy lograda.La escena , los dos solitos, la caja de chocolates, los Gt,logrando un ambiente intimo y reflexivo y tal que parece que mientras D.Carlos pontifica Ferran toma apuntes enfervorecidamente,profesor y alumno.Está muy bien , si yo tuviese algo así lo colocaba en lugar preferente del salón, justo al lado del botellero-mapamundi.
¿qué caja de chocolates?
Ahora que lo pienso, tengo un soplete sin estrenar. Y un spray de aceite.
La caja de chocolates es la caja que hay en la izquierda llena de chocolates.
entonces ¿qué es lo que hay entre Ferrán y la caja de chocolates?
Yo el soplete lo uso para abrasar el sushi que me llevo en take away. Así me entero menos de que está reseco.
Si alguien quiere una donutera, ésa la regalo.
Perdonen ustedes la incontinencia:
Primera visita al hotel FERRERO. Y, a buen seguro, no será última. Una breve mención para el hotel: una apuesta digna de elogio en una comarca donde no abundan los establecimientos de calidad y que cumple sobradamente con las cinco “C’s” de la asociación Relais & Chateaux a la que pertenece. Un pequeño lujo lleno de detalles y atenciones, con una clara preocupación por la gastronomía de calidad y con un personal sobresaliente. Merece la pena aunque sólo sea porque cuenta con uno de los mejores desayunos de hotel de éste país.
Y vamos allá con ese fantástico espacio que han montado allí para que Francisco Morales pueda desarrollar todo su talento. Un comedor amplio y luminoso, mesas muy espaciadas de blanco nuclear, cristal y piedra en la decoración. Y una cocina que no le va a la zaga. Acordamos un recorrido por su cocina actual a través de un larguísimo menú de dieciséis platos que demuestra el buen estado de forma que atraviesa el cocinero en estos momentos. Un nivel muy alto que se traduce en platos rebosantes de técnica y de sabores limpios que respetan el producto, en una cocina sabrosa que se ha ido convirtiendo en más madura y compleja con el tiempo. Ahora, la cocina de Paco Morales está más apegada a su entorno y ello, en mi humilde opinión, la ha dotado de un punto más de personalidad con respecto a la que practicaba en Madrid.
Como decía, un menú tremendamente sólido, con apenas algún fallo puntual y en el que destaca la nitidez con que trata el producto y los equilibrios a los que lo somete. Como en la trompeta de los muertos escabechada con tuétano y fondo de gallina, la magnífica anchoa en salazón con judías verdes y pan negro, la quisquilla con su cabeza frita, hinojo silvestre y algas o la espectacular menestra de verduras de invierno con castaña, brotes y jugo de jamón ibérico. Platos ligeros pero llenos de sabor en los que, como cabría esperar por su curriculum, demuestra un dominio absoluto de los caldos. Un dominio que se plasma en sus dos mejores platos: por un lado, su royal de apio con habas tiernas, aceite de guindilla y chopitos, justamente votado como uno de los mejores de 2010. Un plato al que no le falta ni le sobra nada, absolutamente redondo. Y, por otro, el llamado “mercado en el plato”, una brillante selección de hortalizas, frutas, hierbas y flores de temporada acompañadas de un caldo que las envuelve y complementa.
Pero la cocina de Morales no se detiene en caldos y sutilezas. También sabe de potencia y sabor. Como en sus judiones estofados con tripas de bacalao y butifarra negra, su lámina de tocino ibérico, oreja de Judas y sesos de cordero fritos o en sus riquísimas alcachofas santeadas con yema de huevo de campo y puré de berenjenas a la brasa y ajos tiernos. O como en el fantástico lomo de salmonete con crema de hongos, aceituna negra y nueces frescas. O en su trato con la carne, como en el pichón asado y reposado con sus ñoquis de queso de cabra al romero o en el soberbio cochinillo tostado con cúrcuma y una sémola con hierbas locales. Incluso tiene tiempo para ciertos guiños a la cocina más radical (más cercana a Alija si se me permite), como en el sorprendente ajo silvestre con aguacate y cebolla encurtida. Un plato al que quizás le falte algo de potencia pero que demuestra un talento indudable.
Mención aparte para los postres, muy bien concebidos. Tanto el sauquillo merengado con moras y genciana seca como la tarta de dátil con levadura quemada y helado al brandy demuestran técnica y originalidad. Pero, si tuviese que apostar con uno, me quedo con el postre de leche ahumada, semillas de café y cacao especiado. Complejo, casi extraño, sorprendente. De lo mejor que he probado en cocina dulce.
y sigue...
Y junto a él, un servicio cercano y eficiente, bien dirigido bajo la batuta de Ramón García, que sabe estar y explicar sin hacer perder el ritmo de la comida ni crear interrupciones en la mesa. Y una carta de vinos a la altura de la que escogimos un buen Domaine Larue Chassagne Montrachet 2003, glicérico, con la madera justa, y un extraordinario Domaine Joblot Givry 1er Cru Clos du Cellier Aux Moines 2001, en un momento óptimo, sedoso, con toda la elegancia de la pinot noir. Y, para terminar el festival, un gran Bas Armagnac, el Château de Laubade 1992.
Cercanía, arraigo, claridad, nitidez. Todos esos adjetivos le salen a uno cuando intenta describir la cocina que se practica en Ferrero. Súmenle a todo ello un cocinero sensato con las ideas muy claras, un empresario inteligente y un marco privilegiado y tienen ustedes la ecuación resuelta. Está llamado a ser uno de los grandes.
Y ya.
Pues sí que está mal lo de presentador de televisión
Espeto, amplia detalles sobre el desayuno del hotel por favor.Con la misma prosa a ser posible.
espto,
cuenta lo del desayuno que, para mí, fue uno de los puntos fuertes de mi visita.
Entre mis artilugios mas inútiles y queridos están el quemador de crema catalana y una plancha de hierro antigua(demasiado grande para el uso a que estaba destinada, ahora prensa fiambres la mar de contenta).
El toque rústico que todo admirador de Jamie Oliver necesita.
Las planchas eléctricas que proliferaron el último año eran un fracaso. En cuanto iba el segundo chuletón arriba se hundía la temperatura y se cocían. También la regalo.
Espeto, ten cuidado con los comentarios, que Maribona se ha hinchado tanto que va a reventar. Dice el pollo:
"en cuanto a Paco Morales, qué lejos parecen aquellos tiempos en que me llovieron las críticas por apostar con entusiasmo por él desde la primera vez que me dio de cenar en Senzone, en Madrid. A un gran cocinero se le detecta enseguida."
Yo también lo he detectado, aún no he ido, pero está entre mis tres o cuatro mejores del ránking de "mis mejores cocineros que yo haya detectado"
Y al que le parezca que aparece mucho Maradona, que se queje al que ha titulado ésto Gastromusts
Me regalaton una de esas Carlos y se fue al punto de reciclaje al segundo intento de uso. Por cierto que el punto de reciclaje de aparatos electricos es un lugar lleno de tentaciones.
Carlos, hablabas ayer de los legendarios callos de Pedro Martino. Doy fe de que existieron y espero que la leyenda vuelva a hacerse realidad cuando en su nuevo proyecto tengan sitio tantas horas de chup-chup.
Cruzo los dedos.
Yo la utilicé bastante al principio, pero cuando compré mi plancha de hierro fundido de Le Creuset me di cuenta de la enorme diferencia que había entre hacerse un chuletón en un lado y en el otro.
Además del hecho de que un chuletón en casa como queda bien es al horno y a baja temperatura para acabar dándole cera en una buena plancha.
Y eso que la Jata la anunciaba María Patiño que tiene pinta de gourmand.
Jorge, a ver si se anima y os da la receta. Si son mejores que los de Paco Ron es que son muy buenos.
Tiene muy buena pinta el Naguar, que me he enterado que significa salivar, supongo que como contraposición a la cocina "intelectual" -eso lo digo yo-.
Otro cachaaro que no he usado más que 2 veces contadas: el de Nespresso para hacer la espuma de Capuccino ya sea en frío o en caliente. Y mira que funciona bien
Taxngu, hace también muy bien la espuma de roquefort. Basta con dejarse un poco de leche en el filamento y, voila!
Vaya, crónica, vecino Espeto. Me descubro ante tí.
Por ahora les falta tiempo y no están tan ligados, tan gelatinosos como los originales, pero yo confío en que el rodaje de la cocina lo solucione.
Sobre el nombre yo soy un poco peor pensado, un poco pícaro. Creo que la inspiración salió del que parece ser el "gastrobar" de referencia en Asturias ahora mismo, el Llamber de Avilés.
Por cierto, la traducción de naguar es válida pero más correctar es anhelar, tener mucha gana de algo (de ahí lo de salivar si media comida).
Veremos qué cocina se impone al final de acuerdo a la respuesta del público, que creo que mezclará a gente muy distinta.
Yerga, Ángel, me explayo:
Conste que yo opté por la versión "señorito" y desayuné en mi habitación pero el depliegue es importante. A ver si me acuerdo de todo:
- Zumo de naranja y zanahoria
- Café para la señora, té para mí (de la otra acera, como Numeritos)
- Tostadas de pan de leña
- Mousse de yogur con puré de manzana.
- Coca crujiente con tomate y jamón ibérico
- Uno de los mejores croissants que he comido en España acompañado de una mantequilla de calidad y una mermelada de naranja impresionante.
- Migas con ajo y huevo frito. Extraordinarias, para levantar a un muerto, como era el caso.
Y, seguramente, alguna cosita más que no recuerdo.
Lo verdaderamente importante es que todo estaba recién hecho y caliente, que te permiten personalizarlo (cosa que ni siquiera hice), que puedes elegir dónde tomártelo y que cuidan vajillas y cuberterías como si fuese un servicio más del restaurante. Igualito que en un Meliá.
Puede que algo tuviese que ver la espléndida mañana y el clima casi primaveral en la terraza pero sólo recuerdo haber desayunado así de bien en Rocamador. Ni siquiera el tan famoso desayuno de Hacienda Benazuza se le puede comparar.
Langosta, a sus pies.
Porque Llamber es lamer, ¿no? Ahora lo entiendo. Creo que Pedro hablaba siempre de que la gelatina envolviera al callo como sucede con esta cococha de bacalao, quizá la clave sea meterle mucha pata de cerdo y vaca para conseguir la suficiente gelatina.
Espeto, desayuno en Rocamador, en Francia? Donde?
La cronica de Ferrero espectacular, ahora como le explico yo a mi mujer que tenemos que esperar al buen tiempo para ir al hotel.
Aunque bien es cierto que, leyendo, mentalmente pase por encima de las cifras: 16 platos, 2 botellas de vino, 1 copa de champagne y 1 copa de armagnac. De repente me volvi de letras.
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ddd
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Lo que quería decir ejque me ha parecido entender, del comentario de Espeto, que el tío se ha zampado dieciséis platos para desayunar, y que a más a más todos ellos le han parecido nítidos y equilibrados, y tal y tal.
¡Hay que ver las calorías que debe quemar este muchacho por las noches!
En cualquier caso, nada que no pueda arreglarse con un papelón de churros de La Guapa.
Espeto, ¿qué vinos pediste con el desayuno?
Emiliano, el día que La Guapa me traiga los churros a la habitación le haré publicidad. Mientras tanto, quemare calorías con la guapa.
Ainur, me refiero a este Rocamador Pensando en otros hoteles españoles, recuerdo haber desayunado bien en La Rectoral y en Finca Cortesin pero, francamente, no se me ocurren muchos más. Fuera sí que recuerdo bastantes.
Desayunar, no, pero me merendé un Clouet.
Espeto , la Fonda Europa en Granollers, sobre todo los jueves.
¿Como se dirá tripear en bable?, estoy razonablemente convencido de que el Naguar será considerado como el primer "tripobar" o mejor aún un "tragaldobar",por lo pronto ya ocupa el primer lugar de mis bares a visitar.
Segunda visita a La Vaca Picada, correctos aros de cebolla, la hamburguesa clásica de 250 grs con cheddar bastante bien (han debido limpiar la parrilla)buena carne y al punto , un par de birras y un café 19 leuros.No ha estado mal.
Tengo que volver y probar alguna de las hamburguesas mas atrevidas.
Pues yo he estado en La Tagliatella y me ha parecido el local de los horrores. Pésimo servicio, espantosa y pesadísima salsa para la pasta -nata, mantequilla, nata, mantequilla, verduras y algunas trazas de cerdo ¿ibérico-, por cierto tarifada a 15 euros y cobrando dos euros y pico por un pan descongelado y mal recalentado en el horno.
El día que alguien invente un pelaalcachofas lo compro cueste lo que cueste. Total luego las echo en la express cinco minutos y salen niqueladas.
Ya me gustaría pillar una burger de nivel madrileño (Alfredo's o Home Burger). En Estrasburgo ni lo intento, y en Frankfurt todas me han parecido repulsivas o como mucho muy mediocres, salvo una en un steakhouse de relumbrón que costaba 20 euros (poca cosa).
...del reportaje de La Tagliatella no has contado nada sobre el ambiente del local.
A mi me recuerda al de los pabellones (que tanto gusta enseñarnos la tv) donde acogen a los damnificados de algún desastre (natural).
Juan, la decoración es... curiosa. Si mañana pusieran un China Crown allí dentro, con poner un dragón a la entrada valdría.
Es uno de los must de mi familia politica, no te digo mas. A veces me siento como un gastroCalimero.
Llevo todo el día dándole vueltas al asunto y por fin me he decidido. En el próximo post, dedicado a “El Santuario del botellín y el Templo de la caña” (gastrobar situado en la esquina de mi calle, que está adquiriendo fama en el vecindario por servir tapas de cacahuetes con cáscara para acompañar los botellines de san miguel cero, cero) me voy a permitir acompañar el texto, que estará cargado de nostalgia, con una entrañable foto que ahora mismo tengo entre las manos y en la que se me puede ver a mí, tan espontáneo y natural como acostumbro, junto a Jefferson, el camarero macarra del Santuario, quien, bolígrafo bic en mano, me explica el organigrama de lo que será la nueva orientación del establecimiento: aquí estará el Patricio preparando cubatas; aquí la Cuca friendo las croquetas; allí los hermanos García tocándose los huevos, como siempre, que para eso son los dueños; aquí el Jefferson, que soy yo, manipulando las bolsas de cacahuetes mientras estoy pendiente de satisfacer los menores deseos de nuestros clientes; al fondo el señor Espeto, comiéndose todo aquello que se aproxime a su zona de influencia…
No suelo tirarme el pisto haciéndome fotos en los bares de la moda, pero esta es una ocasión muy especial, ya que se trata del final de un principio que inicia la última etapa de una época ya finalizada desde su inicio. Frase para meditar. Por cierto, ya les aviso a ustedes que lo que se ve (lo veo yo, ustedes ya lo verán) en la foto a la izquierda de Jefferson es una caja de sobaos pasiegos que el señor Espeto lleva siempre consigo para entretener el hambre entre plato y plato. Verán también que yo, como estoy muy ocupado con mi dyc cola, no les hago a los sobaos ni puto caso y eso que están cojonudos, pero un sobao no pega ni con cola con un dyc cola, valga la redundancia.
A las tantas de la noche, abandono el local para enfrentarme, lleno de desesperación y de optimismo, con el agradable vientecillo otoñal de esta gélida noche de invierno mientras rebotan en la porción escamosa de mi hueso occipital las palabras que me dirigió Jefferson cuando ya me iba: “¡jodó, qué buena está la Cuca!”.
Estoy dudando si titular el post “Luces y sombras en El Santuario y tal y tal” o “La Cuca, tan cerca, tan lejos y tal y tal”. Me lo pienso.
grande Emiliano. Eres un LUJO para el blog
¡Uuyy, lo que me ha dicho el Juanjo!
Pues seguro que a Emiliano le encanta esta frase: "La arquitectura de un plato exige cada vez un trabajo más complejo de coordinación de personas y de innovación mediante la participación de diversas ramas del conocimiento".
Vuelven los Diálogos de cocina.
Esta es la mejor hora para leer el comentario de Espeto sobre el desayuno de Ferrero, me llama la atención el tema del croissant con mantequilla y mermelada de naranja.Siendo una de mis combinaciones preferidas resulta casi imposible en España disfrutarlo con un minimo de calidad.
El maltrato al croissant es histórico y yo lo achaco a reminiscencias de la Guerra de la Independia, el atávico odio al gabacho provoca que nuestros pasteleros crean vengarse de ellos pariendo en sus hornos infames piezas ,es la filosofía del "que se j... el capitán que ya no como".
Los mejores ejemplos de esta teoria son los llamados "cruasanes de fragmentación ligera",se identifican rapidamente por su gran tamaño, abombamiento exagerado, falta de brillo y porque suelen ser servidos en platos de plástico.Estos peligrosos cruasanes(no me molesto en traducir al francés)estallan nada mas tocarlos desperdigando su peligrosa carga por toda la mesa. En un medio templado, el café con leche por ejemplo, tienen la propiedad de absorber todo el ecosistema convirtiendose en un peligroso ectoplasma capaz de reventar cualquier estomago.
Si queremos evitar tan peligroso especimen recomiendo acercarse a la pastelería Aguirre de Irún y acompañarlo de una excelente mantequilla y una no menos excelente mermelada de naranja amarga, además sirven un buen café.
Y de paso nos zamapamos unos milhojas fabulosos.
La traducción de croissant es creciente o algo así. La fermentación es importante, la calidad de la mantequilla también.
Es lo mismo que en el hojaldre. Por eso preguntaba el otro día.
Creo que ya os he dicho alguna vez que los mejores croissants del mundo se comen en Tailandia, por no hablar de Camboya y Vietnam, por donde camparon a sus anchas los gabachos. Claro que por allí la mano de obra es barata y la gente curra un huevo. Lo de los precocinados no va con ellos. Pero, sin irnos tan lejos, en Portugal suelen ser buenos. Casi mejor que la media francesa diría yo.
Ya sé que últimamente les hago mucha publicidad pero no me puedo ni imaginar cómo estarían esos croissants de Ferrero con la mantequilla Paysan Breton con cristales de sal de Guerande que venden los de Lonpre.
Valencia. Parte 2. El producto.
ASKUA. Debe ser quizás el único restaurante que siempre repito al llegar a Valencia. Más allá de la magnífica acogida que siempre brindan Ricardo Gadea y Emma Sempere, generosos y amables en el trato, está esa búsqueda de la excelencia, esa continua batalla por encontrar lo mejor y ofrecérselo a sus clientes, ese inconformismo con lo notable buscando siempre lo sobresaliente. Pero es que, además de una materia prima espectacular, aquí la cocina da la talla. Y las manos experimentadas de Eduardo Martínez miman el producto hasta darle ese punto perfecto de plancha o ese rebozado crujiente y ligero, ese toque de melosidad a la salsa que lo acompaña o ese aliño imbatible que lo realza. Como tenemos aprendido, nos dejamos llevar por Ricardo y, tras unas patatas bravas que se la podrían jugar con cualquiera (sin ánimo de tocar las narices), dimos paso a un desfile del producto más exquisito que se puede encontrar en el mercado: ostra Napoleón gallega, anchoa – enorme y carnosa -, gamba roja pequeña, pulpitos con habitas, ancas de rana rebozadas, espardeñas a la plancha, molleja de vaca con caviar… Y, entre todo ello, matrícula de honor para unas extraordinarias cocochas de merluza de Pasajes de San Juan rebozadas, para unas angulas al pil pil, gordas, llenas de grasa, resistentes al diente y con un pil pil excelso en su punto de picante y para uno de los mejores steak tartar del país que se acompaña con esos tremendos pimientos del piquillo confitados. Y, como no queda más remedio que acompañar tanto manjar con unos vinos adecuados, un champagne serio, el Egly-Ouriet Vieillissement Prolongué (VP) Grand Cru y un increíble Didier Daguenau Silex 2007 y terminar con un magnífico armagnac Chateau de Laubade. No se puede pedir más. Hay gente que me dice que la sala es fría o que las raciones son poco generosas. Personalmente no lo he podido constatar porque a veces olvido fijarme en los detalles cuando estoy ante semejante producto. Pero, si les gusta la fotografía, no olviden preguntarle a Ricardo por esas fotos que adornan las paredes. Imprescindible.
EL BRESSOL. Si para una ciudad es una buena noticia tener un restaurante como el de Ricardo Gadea, no les digo a ustedes la alegría que puede suponer que encima le salga competencia. Y la que empieza a dar José Vicente desde su Bressol va a ser una competencia dura, sin duda. Para que nos hagamos una idea, la forma más fácil de situar este restaurante (santuario debiéramos llamarlo) es hacerse una idea de que es un D’Berto – ese lugar de peregrinación de O’Grove – en el Mediterráneo. Tamaños imposibles, especies casi olvidadas, productos ilocalizables en un mercado. No me voy a extender demasiado en lo que comimos (mucho y muy especial) porque para averiguarlo tendrán ustedes que pasar por allí, pero entre otras muchas cosas, recuerdo una gamba roja excepcional, grande, apenas cocida; una cigala de playa a la sal, terciada, extraordinaria; los mejores pulpitos que haya probado nunca, apenas salteados con una gota de aceite; un boquerón marinado con una croqueta de galta de bacalao con algas; unas sardinas estupendas con aceite ahumado, y las mejores ortiguillas apenas rebozadas que sólo podrían igualar en La Barbiana de Sevilla. Todo eso y algunas cosas más. Y otras muchas a las que renunciamos, como a un mero de ocho kilos y medio o una lubina de anzuelo en pleno rigor mortis, espléndida. Aquí hay producto, hay sensibilidad en la cocina y José Vicente es un magnífico anfitrión que se afana en explicar y hacer entender el porqué de cada materia prima, de su origen y sus características. Pero es que además, en el Bressol se bebe de fábula. Una carta de vinos extensísima, con especial atención a los champagnes (70 referencias en carta, otro medio centenar fuera de ella) que se marcan a precio de bodega más 10 euros. Un lujo. Así, pudimos probar algún cuvée de gama alta de las grandes casas como el Billécart-Salmon Cuvée Nicolas François Billécart 1998, equilibrado, elegante, algo plano por momentos quizás, y el más especial Bollinger by Bollinger 2003, más profundo, con ese toque ahumado de la pinot noir, con más estructura. Por si todo esto fuese poco, hay una gran colección de destilados y el restaurante, a partir de cierta hora los fines de semana, se va transformado mediante música e iluminación en un club donde tomar una copa relajadamente. Si buscan un whisky diferente no se pierdan ustedes el Gordon & McPhail Speymalt for Macallan 1988. Un restaurante impactante, una de las mejores sorpresas que me he llevado en este mundillo en los últimos tiempos. También imprescindible.
Y, antes de que se me vaya a olvidar, no puedo dejar de recomendarles la barra de ARAGÓN 58 por sus magníficos salazones y la buena calidad – aunque con alguna irregularidad – de sus mariscos.
Un sitio que hay que visitar, que se acaba el mes, es Boccondivino. Durante el mes de febrero está César Martín colaborando con Ignazio Deias con unas cenas temáticas de caza (de lunes a jueves) realmente untuomelosas en las que se pueden probar el Pichón asado con malloredus, Lomo de gamo asado con migas de pannetone y frutos rojos, Royal de liebre con orecchiette, Carpaccio de ciervo o la Torrija de pannetone.
Todo muy rico, pero destacar la royal de liebre que está bastante cojonuda. El presio del menú también es bastante cojonudo, 38 leuros IVA inc y si se quiere maridar con barolillos sale por 62. Por cierto, lo que se ve en la mesa, a la izquierda, es la célebre caja de chocolates.
Carlos, la etimología de llamber es esa misma, la de lamer. Pero más bien se usa como comer, sobre todo referido a lo dulce, a las golosinas (=llambionaes).
Y supongo que sí, que por ahí irá el secreto de la gelatina. En cuanto recuperen ese nivel informaremos.
Yerga, para lo de tripear usa fartase o fartucase; te entenderán con cualquier acento. Pero lo de "tripobar" no, por favor; no es el conceto. Entre que está en el núcleo duro del oviedín del alma -una especie de bantustan dentro de Asturias- y que es moderno no encaja con el fartobar o fartochigre, que sí sería el conceto traducido al asturiano. Cantidad, cantidad, cantidad, para entendernos. Comer mucho, aunque sea mal. Y los frikis haremos lo posible para que eso no acabe pasando en Naguar.
Yo, en la pequeña medida de mis posibilidades, haré lo posible por que sí se coma mucho... pero bien.
Las raices y las tradiciones, y tal y tal y tal
No va en ese sentido el comentario Jorge, lo de tragaldobar es una broma que un amigo común entenderá.
Me imagino que mas que por la ubicación la calidad del nuevo bar está garantizada por las personas involucradas en el proyecto.
Hoy, vuelta a las catas, con una que me hace mucha ilusión (todos los vinos en botellas mágnum):
1. Viñas de Gain 1996 Artadi
2. Amadis 1995 Rotllan Torrà
3. Contino Reserva 1986 Contino
4. Viña Pedrosa Reserva 1994
5. Remelluri Reserva 1994
6. Contino Gran Reserva 2001
7. Baron de Chirel 2001
8. Mas la Plana 1995
9. Ribas de Cabreras 1998
10. Roda I 1994
11. Remírez de Ganuza Reserva 1995
12. Imperial Gran Reserva 1973
El comentario de Emiliano es un claro candidato a comentario del año.
Ayer fui a Boccondivino. A pesar de que lo recomiendo Kalakahua, realmente vale la pena. El menú de caza de César Martín lo completan con algún plato suyo (en nuestro caso un tartar de buey magnífico).
Además de la liebre, hay que destacar el pichón: un lujo.
Lo mejor, que no escatiman con los vinos. Y la compañía, claro.
Jesús Ramiro "chef del futuro".
Seguro que ese amigo común hará lo posible para que sea así, Yerga.
Compangu, por favor, moderación. ¿Qué van a pensar de nosotros? :-))
No me echen ustedes a los leones por esta interminable crónica:
Y terminamos esta gira por tierras valencianas en el que para mí se ha convertido en unos de los mejores restaurantes de éste país: ARROP. Aunque algunos lo descubrimos un poco tarde creo que casi todos intuimos desde nuestra primera comida allí en Gandía que Ricard Camarena llegaría a lo más alto en esto de la gastronomía. Eso no es nuevo, la noticia es que ya ha llegado. Olvídense ustedes de guías michelines y calificaciones varias. El menú del otro día, como conjunto, supera al del 95 % de los restaurantes en los que estuve el año pasado (y hay unos cuantos muy estrellados entre ellos). Pero es que hay al menos un par de platos que podría considerar sin problemas entre los mejores que he probado en bastante tiempo. Supongo que habría que hablar de madurez, de talento, de coherencia, de técnica, de disciplina, de buen gusto o de perfeccionismo. Da igual. En Arrop son cosas que se asumen con naturalidad. Allí se va a comer y a disfrutar y se deja uno los conceptos en la puerta. Sin poses, sin discursos, sin filosofías. Pasen y vean:
Empecemos por los aperitivos. Algo que en muchos restaurantes – y algunos del máximo nivel – se solventa con una cremita o con un crujiente, en Arrop se convierte en un arte en sí mismo. Como en esa fantástica “brandada de bacalao” – una ligera esponja que sólo lleva la gelatina del bicho - con migas y miel: ligera, dulce y salada al tiempo, elegante y sabrosa. O como esa gran combinación de anchoa local, con una emulsión de almendra e hinojo y unos estratosféricos tomates semi-secos “de penjar”. O como la suave y fresca composición de sashimi de bonito – espléndido – con pimentón, pepino y arbequina. Soberbios los tres. Un preludio a tono con lo que vendría a continuación.
Y, a continuación, aparecieron unos delicadísimos guisantes y alcachofitas estofados con tripa de bacalao en un profundo jugo de sepia y, tras ellos, un extraordinario calamar en tinta con puerros ecológicos, cilantro y lima; ligeros toques asiáticos para un gran plato de producto. Y seguimos con un parmentier – algo grumoso en mi opinión - de nabo con un jugo gelatinoso de pulpo y trufa negra. Una combinación ésta última sólo al alcance de los muy grandes. Y luego se detuvo todo y pude probar uno de los platos que más me han impactado en los últimos años: la sopa de liebre con anguila ahumada, “safanoria” y trufa negra. Alucinante. Un plato valiente, una sopa al fin y al cabo – ¿por qué no? – que da la medida real de un cocinero. Camarena se atreve aquí con un caldo picante y profundo en el que uno va encontrando diferentes sensaciones minerales. Sin palabras.
Continuamos con la brutal parpatana de atún (de almadraba de Barbate) a la brasa, habitas y sus pieles. Otro plato excepcional que mezcla una pieza muy grasa del atún, la astringencia de la verdura y la gelatina de la piel – a modo de tocino – con un fondo que lleva un toque de hierbabuena. Casi un cocido de pescado. Más riesgo aun con una arroz de pichón ahumado con sésamo y naranja. De nuevo esos toques asiáticos, esa cocina sorprendente y única que no sigue más vía que la suya. Terminamos la parte salada con un gran cochinillo asado con endivias y una brillantísima “bechamel” de piparras. Enorme.
Y finalizamos con dos muy buenos postres. El primero, fresco y lleno de matices: una ensalada de diferentes cítricos, agrios, dulces, en diferentes texturas. El segundo más denso, muy invernal, el mejor de los dos: una variación de calabaza con yogur y jengibre.
...
...
Más allá de esa extraordinaria cocina se le puede sacar alguna mínima pega si le exijimos lo máximo. Es cierto que la carta de vinos podría ganar en profundidad, que deberían cuidar las correspondencias de añadas y que no es barata en absoluto. Pero también es cierto que cumple adecuadamente y que el sumiller suple bien algunas de esas carencias. Nosotros empezamos por una copa de esa pequeña joya difícil de localizar – y aun menos por copa – que es el palo cortado de La Bota nº 6 (Bota Punta), seguimos con uno de los mejores blancos –magníifca rcp – que se elaboran en España, el Can Ràfols dels Caus Rocallís 2005 y terminamos con el siempre fiable Auguste Clape Cornas 2005, un syrah algo joven y denso, con mucha fruta, que se fue domando en la copa. Con los postres, un extraordinario Joh. Jos. Prüm Graacher Himmelreich Auslese Goldskapsel con una acidez maravillosa que esconde sus casi 150 gramos de azúcar.
Nada que objetar, por supuesto, a la preciosa sala, ni a iluminación o a la puesta en escena, ni a unas mesas muy bien espaciadas, ni a un servicio muy joven, entusiasta, eficiente y que transmite. Lo tiene todo. Ahora sólo falta que algunos lo vean.
Arrop y por comparación en España es un dos estrellas de facto.
Espeto, un gastrolujo leer tus cronicas.
Una pregunta frivola y de mal gusto, ¿precio medio de los restaurantes valencianos?.
En Arrop hay dos menús uno por 70 euros y otro por 60. Hay que incluir el IVA.
En Askua depende mucho de lo que pidas, yo provisionaría entre 140 y 180 euros para pasármelo bien de verdad.
Txangu, ¿dónde has encontrado ese Imperial del 73? ¿cuánta vale?
Puedo indagar dónde lo han encontrado; aparentemente todos los magnums han sido hallados en España por uno de nuestros alemanes. Marcan un precio de mercado de 330€.
Con algo de cenar incluido preparado por los socios, me sale a 50€ la cata, precio mucho más que razonable (65 para no socios). Cada uno se lleva sus propias copas.
Curiosamente tengo en casa un magnum de ese Imperial 1973. A saber en que estado se encuentra. Estaré encantado de compartirlo contigo, Carlos, y con los demás por supuesto, por ejemplo en Viavelez..
Pues precisamente estamos montando algo divertido para final de mes, Malinche. Luego te cuento a ver si te apetece.
ff
He leído eso que dice Adúriz de la arquitectura del plato y vislumbro una oportunidad laboral. Me ha dado la impresión de que es posible que este tío necesite contratar a un equipo de profesionales, que incluya especialistas en diversas ramas del conocimiento, para que, debidamente coordinados, le ayuden a decidir como servir la sopa o donde poner en el plato la ramita de perifollo.
Voy a perfumar mi CV con sándalo y se lo mando echando virutas.
Tengo una perdiz un minuto antes de que me atufe la cocina. Judiones con perdiz para mañana, con una botella friki de Ramón Bilbao ¿edición limitada? A ver.
¿330 euros un Imperial del 73? Por ese dinero te pagas una noche de hotel en Donosti y te vas a comer a Kaia-Kaipe, donde el Viña Real del 73 anda por los 20 euros. Quizá tengan Imperial también.
Estoy muy decepcionado con los amigos de Ligasalsas. Después de tres días de musts nadie se ha acordado de la colección de cuchillos Shogun. Tras 15 años en casa siguen cortando alpargatas y latas de tomate Orlando como el primer día.
Esa bechamel de piparras de Arrop está de lujo... digo de escándalo. En mi caso iba con presa. Me pareció cojonuda para acompañar carnes, y no tiene pinta de ser difícil de hacer.
Por cierto, Espeto, si vuelvo a Bangkok, que igual me toca en primavera, ¿qué no me pierdo? Tenía apuntado Bo.Lan.
Fartón, no me jodas, no le provoques, que nos cuenta otra vez el periplo chinorris del año pasado... Hazme caso: tú a cenar de bufé en el hotel, un pis y a la cama (o en todo caso de postre un dyc narán en el Piano Bar).
Es que el hotel es muy normalito, que ya me lo conozco, y son unos cuantos días. Tiene un chinorris pasable, un japo flojo y una cafetería sin Dyc que cierra pronto. Eso sí, masajes en la habitación que no falten. Y cantante al piano tampoco. Puedes pedirle el "Bésame mucho", que se la sabe.
Las 2 magnum sorpresa de la noche han sido un Allende 96 y un Grans Muralles 96 (qué vino, señoras). El Amadis 1995 Rotllan Torrà con TCA, una pena.
Tengo que ir el martes a primera hora a Barcelona por unos asuntos intempestivos, y voy a hacer noche allí. ¿Algún sitio informal y asequible para cenar en solitario? ¿Dos Palillos?
Por cierto que no hay un jodío hotel libre, ni uno.
@ Espeto: casi todo lo de Gordon & McPhail es bueno. Y qué ricos los Macallan de antaño. A día de hoy es una destilería que no aporta nada. Estupenda crónica, por cierto.
Shunka en la barra, licenciado.
O el Quimet&Quimet si gusta usted de flipar y lo de informal iba en serio. Además anda por el paralelo: no debe ser difícil encontrar cama.
¿Shunka a secas, Numeritos? Tomo nota. De hecho había pensado en KS, pero dudo que haya mesa a estas alturas.
Busco informalidad, no servicio "confianzudo". Truhán, bandido ;)
Por cierto, vaya pitote se ha montado en Mojo de Habaneros. Invocaciones al Código de Comercio y todo.
Lo de Mojo de Habaneros es un lujazo.
Estoy pensando en que Matoses debería plantearse el crear un nuevo premio ,permio a "La última becada de la temporada en Piñera",llevo contabilizadas unas 7 en los distintos blogs.
Me veo en Junio zampandome la ultimísima pieza.
Ainur, sin vino y por persona:
Askua: aprox. 120€
Arrop: 75€
El Bressol: 85€
L'Escaleta: 70€
De Ferrero no sabría decirte porque lo compré todo en un paquete conjunto: suite + 2 menús degustación + Desayuno por 475€
Fartón te enumero mis cinco (+ 1) imprescindibles de Bangkok para no darle demasiada carnaza a Don Melitón que sólo entiende de pitarras, ponientes y arropes:
-Bo.Lan. El verdaderamente imprescindible. Cada vez mejor. Eso sí, concéntrate en la comida porque los vinos no llegan al aprobado.
-Sri Bua by Kiin Kiin. El nuevo. En el recién inaugurado Kempinski Siam. es la sucursal de un famoso thai de Copenhague.
- Breeze. El resaturante especializado en marisco de la Estate Tower. Más por el marco que por la cocina aunque esta tampoco desmerece. Vigila los vinos porque puedes acabar en la ruina.
- Ten Sui. Japonés de verdad, a media altura de Sukhumvit. Puedes almorzar por 40 euros o arruinarte con menús de 300. El pescado vuela varias veces por semana desde el mercado de Tsukiji en Tokyo. Si vas, prueba el sashimi de moluscos. Prehistoria pura.
- Mei Jiang. El chino del Peninsula. Otro imprecindible. Pídeles que te hagan un menú a tu gusto (son muy dispuestos) y rebusca algún viognier del Ródano en la carta. Si vas dile al taxista -más bien al portero de tu hotel - que te lleve al otro lado del río (al muelle del hotel) y cogeos allí la barca del hotel para cruzarlo.
El "+1" viene por Nahm, la sucursal del de Londres, que han montado en el Hotel Metropolitan. No es la cocina que más me emocione pero merece la pena conocerlo. Luego te puedes tomar una copa en el Met.
Eso en cuanto a grandes restaurantes. Si necesitas cualquier otra cosa mándame un mail. De lupanares pregúntale mejor a Emiliano o a Numeritos.
Licenciado, te doy dos nombres en Barcelona que me pasó un buen profesional de los cócteles: Milano y Mutis. Por si te da tiempo.
Yerga, me apunto a tu propuesta y sumo a ese premio la categoría "última cena en El Bulli", una despedida más larga que la de Sé Infiel Y No Mires Con Quién.
Ja, eso mismo había pensado yo con las becadas. Se traen un cierto cachondeíto en los restaurantes con eso de "son las últimas de la temporada y las teníamos reservadas para clientes especiales". Y todos los frikis picamos como salmonetes. Deben tener arcones llenos hasta el borde de últimas becadas y setas y primeros guisantes lágrimas y atunes rojos.
Otro candidato a premio "Soy Leyenda" (yo fui el último, el que cerró la puerta con Ferrán)
El último Xavier Agulló en 7 Caníbales, también miembro de la cofradía "yo no suelo hacerme fotos pero hoy es buen momento".
He de reconocer que no he podido leer demasiado. El primer párrafo me ha dejado en estado de shock.
"Gravita, caliginoso y pegajoso, el denso viento de Levante en El Puerto mientras caminamos indolentemente por los tenderetes baratos en espera de atacar Aponiente."
Le gustará a Emiliano, muy partidario de los postres caliginosos y pegajosos y del caminar indolente.
En mi caso fue la última de la temporada por decisión propia. Vamos que paso de becadas hasta el año que viene.
Gracias, Espeto. Con esto me vale. Primero, a ver si voy. Y luego, a ver si convenzo a alguien a que me acompañe a Bo.Lan y, si puede ser, a algún otro.
Lo de los lupanares en Bangkok es fácil...
Parece Trillo...
Por lo del viento de Levante, digo
A mí lo que me flipa es la mayúscula. Es un viento especial que manda Camps para que le acaricie las mejillas a la Tacita de Plata.
Esto de crear tendencia me agota.
Y leer a Agulló más. Creo que es muy fan de este blog, bytheway.
Se llama Gastrotrending
Como diría Roberto Gómez, un cariñoso saludo a Agulló. Nunca me he hecho una foto con él, pero quizá ahora es buen momento.
Su radicalismo culinario le impedirá responderte, Ka. Ni siquiera un lacónico "mmmmmm..."
Experto, aún andamos a la espera de tu crónica desde la habitación de la Clínica Buchinger.
Licenciado, esa semana esta el congreso de los móviles. La cosa está complicada.
También te digo, que el tío será lacónico, pero yo habría dado lo que fuera por esa lacónica foto el la terraza de El Bulli muy en la línea Nosferatu El Vampiro. Por cierto, el que está dentro de la hornacina es Ferrán.
Sinergias audaces e imposibles. Casi como Kerouac.
Para las decenas de gastropanaderos que acceden a nuestro blog, he aquí un artículo de Elamasadero sobre el correcto uso de harinas.
Medina habla hoy de Bellalola, donde curra Chema de Isidro, que, por cierto, fue el cocinero con el que arrancó Piñera.
Gracias Espeto.
Las becadas me resultan complicadas, el año pasado las probe por primera vez y me encantaron, este año sin embargo me gusto menos la unica que he probado, demasiadas variantes con los grados de maduración del pajaro.
Hablando de Piñera, esa gran bodega donde tambien se come estupendamente, no se si habeis probado el postre de "una fresa para cada dia de la semana" o algo asi. Muy recomendable.
Espeto, Milano y Mutis ya los tenía agendados! El problema de Mutis es que es un "members club" no abierto al público. Rollo Londres.
¿Conocéis un restaurante que se llama Moncalvillo, que no debe andar muy lejos de La Buena vida? Hoy me llevan allí.
Influencia francesa, Fartón. Yo he comido bien allí, pero con un servicio lento, lento, lento. No es barato, hace dos años bajar de 50 euros era imposible.
Hecho verídico. Amiga profesora de alumnos de 8 años cuenta esta mañana:
Tras pedir contrucción de oración con "brillante" e "imposible", el alumno X opta por "Es imposible que mi padre sea brillante".
¡Que falta de imaginación Ka!,probemos, " la calidad del bocata de calamares de El Brillante es discutible, pero el salir sin olor a fritanga es imposible"
Y en verso...
Kalakahua, quien sí que es brillante es tu hijo de 8 años.
Tengo mono de menestra, me voy a zampar una.Luego os cuento.
Dale un beso a ese hijo mío de 8 años. 2003 fue un año loco para mí. Me haré cargo de su manutención.
Se me amontonan las preguntas caliginosas y pegajosas mientras camino indolente y me sumerjo en un mar de sensaciones: sensaciones térmicas, sensaciones emocionales, sensaciones táctiles, sensaciones sensacionales; ¿da mucha guerra el niño en casa?, ¿come bien? ¿cómo va en el colegio? Gracias de corazón, Emiliano. Por cierto el de la izquierda, lápiz en mano, es Espinete.
¿Y las manjarosas sensaciones eréctiles? Ah, los arcanos rugen mientras Chronos juega con la tarde, rubí y oro, ginebra y tónica, Real Madrid y Barcelona.
Y sólo os diré una cosa: no hay vanguardia y tradición, hay cocina buena o mala.
Quedaos con eso y repetidlo cuando podáis, a ver quién os rebate.
Lo que hay es mucha caliginosidad
En verdad os digo que ir a Echaurren y apretarse unas manitas de cerdo te hace pasar la tarde con una sonrisa de oreja a oreja.
De las croquetas no hablamos.
LADLS llamados a una concentración en Colón. Si los egipcios han podido con Hosni, Maribona y demás dinosaurios de hormigón armado también puede caer. Aunque las garritas prénsiles con las que se aferra a la célebre caja de chocolates hacen vislumbrar resistencia numantina.
Haced la concentración en otro sitio, por el amor de dios. Que LLAADL en Colón concentrados tenéis más peligro que Abraham con un sifón.
LLAADL? esas manitas no han entrado solas, eh bribón.
Me sumo a la concentración vía tuiter. #MaribonaYouarethenext
No olvidéis el borgoña en vuestros morrales sindicalistas.
Ni la carpanta que rece "no more platinum palates"
LLAADL es lo correcto.
Maribona الذهاب بعيدا بالفعل!
Son correctas las dos cosas: que es LLAADL y que vas pedo.
Tal como están los ánimos la cosa podría acabar de forma trágica. Han llamado hasta gordo a Maradona.
He comido muy bien en Támara Casa Lorenzo,la tortilla me va, los pimientos con bacalao me van mucho(ese frescor),los pescados ,merluza al horno ,me van menos, el escabeche de pavo y de lechazo ,me van,me van ,me vaaaaan.
El tocino de cielo,sin ser goloso , me va de narices.
No me van las concentraciones,ni lo sectario, ni lo correcto, y las bromas en su justa medida.No estaré en Colón.
Pues yo me voy a hacer unas hamburguesas the old way. O sea, con su huevo, su tomate frito, su cebolla confitada y sus patatas fritas. Vamos, como si fuera un gastrobar.
No conocía R de la Calle y me ha parecido un pedazo de restaurante. Y una alegría verlo lleno este mediodía.
R de la Calle y aunque suene cursi me pareció un soplo de aire fresco en la gastronomía madrileña.
toing
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