lunes, 3 de noviembre de 2008

Once recuerdos


1. Nápoles. Escoger una ciudad italiana es complicado, pero yo me voy a quedar con Nápoles (después eso sí de recorrer mentalmente las ciudades de la hermosísima región de Toscana). Y me quedo con Nápoles porque subí a la Certosa de San Martino una mañana de invierno y desde allí vi la bahía. Creed que basta con eso para caer rendido, pero es que hay más. Por ejemplo un viaje por la costa a la sombra del Vesubio hasta llegar al pueblo de Positano en la costa amalfitana y, allí, beberse un limoncello. O un paseo por los viejos barrios, viendo puestos callejeros y ropa tendida al sol. O un café en el Gambrinus acompañado de un sfogliatelle como del que se sirvió Connie Corleone para envenenar a Don Altobello. O un Pizza Marinara y una botella de Taurasi en una pizzería donde, todavía, se rinde culto a Maradona. O las islas.

2. Sevilla. Sevilla no necesita adjetivos. Como los post necesitan un toque cultural, vamos a resolver rápido esa cuestión y dejamos que de Sevilla hable Manuel Machado.

Cádiz, salada claridad...
Granada, agua oculta que llora.Romana y mora, Córdoba callada.Málaga, cantaora.Almería dorada...Plateado Jaén...
Huelva: la orilla
de las Tres Carabelas.Y Sevilla.


3. Creta. Las islas griegas en temporada alta son lo más parecido a la estación de metro de la Puerta del Sol. O sea, que hay que ir en invierno y llegar en barco. Olivos y vides. Buen aceite y buen vino. Rebaños de cabras. La patria del Minotauro. Y un pueblecito maravilloso al este de la isla: Haghios Nikolaos, con una taberna en el puerto, tan cerca del mar que nos mojábamos los pies mientras cenábamos: queso de cabra, tomates asados rellenos de arroz, calamares a la plancha, pasteles de harina, miel y nueces, vino local. Y a la vuelta, escala en Santorini.


4. La tortilla de patatas de la tía María. Es curioso lo que pasa con la tortilla de patatas: cinco ingredientes patatas, cebollas y huevos, aceite y sal y no hay dos tortillas iguales. Casi todos guardamos en la memoria un plato que comíamos de niños en nuestras casas y que luego nunca hemos vuelto a probar igual y en casi todos los casos ese plato es la tortilla de patatas. También para mí. La tía María, ¡cómo cocinaba esa mujer!, el atún mechado, la falda de ternera al horno, los callos con garbanzos, las papas en amarillo y, por encima de todo, la tortilla de patatas. Llevo media vida buscando ese sabor. No lo encuentro.


5. Trinidad de Cuba. América está llena de ciudades coloniales preciosas, así que no sé explicar por qué me gustó tanto Trinidad. Seguramente contribuyó la ausencia de anuncios, lo que le da un encanto extraño; o que, cuando yo estuve, no había prácticamente turistas; o que acabábamos de visitar un museo de la revolución donde nos enseñaron unas zapatillas del Che; o porque estábamos inundados por ese clima tropical que parece que te va a disolver; o porque llenamos nuestra cabeza de salsa, de mambo, de rumba, de cha-cha-cha. O por el ron.


6. Los Beatles. Decía Gabriel García Márquez que la única nostalgia común que uno tiene con sus hijos son las canciones de los Beatles. Y una frase atribuida a Emilio García Riera: “Oigo a los Beatles con un cierto miedo, porque siento que me voy a acordar de ellos por todo el resto de mi vida.” Y sigue García Márquez: “Es el único caso que conozco de alguien con bastante clarividencia para darse cuenta de que estaba viviendo el nacimiento de sus nostalgias.” Lo cierto es que cuando empezaron a cantar los Beatles el mundo cambió.

7. El Cairo. El Cairo tiene un tráfico caótico, al que no le ayuda demasiado los rebaños que cruzan por la ciudad ni el modo de conducir de los egipcios y es, además, una ciudad donde resulta difícil pasear. Si siempre conviene ver las ciudades desde un punto elevado, en El Cairo es indispensable subir enseguida a la torre de la isla de Gécira, desde donde se divisa un panorama magnífico a ambas orillas del Nilo: hacia occidente, las pirámides de Gizeh y, más allá, las de Saqqara; por todas partes los minaretes de las mezquitas y una ciudad enloquecida a la que conviene bajar rápido para sumergirse en sus aromas. Y se recomienda tener buen ojo para huir de los restaurantes de cocina occidental y descubrir algún lugar donde probar las delicias de la comida egipcia, acompañadas, quizás, de una cerveza local manifiestamente mejorable.

8. Trillar en la era. De niño, claro. A los que más nos gustaba trillar era a los que no teníamos obligación de hacerlo. Ese olor a paja, el trillo, una mula que se llamaba Margarita, el botijo, el calor, las vacaciones, que duraban una barbaridad. El verano.

9. Chichicastenango. Primero cruzar en barco el lago Atitlan, rodeado de volcanes y luego, por una carretera que no para de subir, seguir hasta Chichicastenango en día de mercado. Todo se vende: ropas, telas, imágenes de animales y de santos, cestas de palma y paja, cerámica, cuero, joyas, bisutería, frutas, velas. Mercado indígena de colores chillones. Y una visita al Santo Maximón para pedirle un deseo o para fumarse un puro con él.



10. Amancio. Betancort, Calpe, De Felipe, Sanchís, Pirri, Zoco, Serena, Amancio, Grosso, Velázquez y Gento. Esta es la alineación que yo recitaba de carrerilla. Estos le ganaron la Copa de Europa al Partizan de Belgrado. Los ye-yes. Y sobre todos Amancio. Nunca le dieron un Balón de Oro, pero yo, que me vestía con una camiseta del Real Madrid con el número ocho a la espalda para ver los partidos, le consideraba el mejor de España, de Europa, del mundo.

11. Cádiz. La nombro la última pero es la primera. A la ciudad se puede llegar desde Puerto Real cruzando el puente José León de Carranza o en el vaporcito de El Puerto, aunque a mí me gusta más cruzar el caño de Sancti Petri por el Puente Zuazo y entrar en la Isla de León por San Fernando y, a ser posible, escuchando a Camarón. Decía que a la ciudad se puede llegar por varios sitios pero, cualquiera que sea la ruta, cuando me acerco siento correr hormigas por el estómago. Me impresiona esa recta rodeada de agua, tan larga, tan larga, y que tiene premio al final: la Tacita de Plata. Mi lugar en el mundo.

Fotos que ilustran el post:
- Vista nocturna de Positano
- Palacio de Cnossos en Creta
- Ron Havana Club
- Los Beatles. Abbey Road.
- Amancio Amaro.

110 comentarios:

Carlos dijo...

Dentro de 30 años, esa foto será sustituida por la de Diarra. Qué grandes recuerdos tendremos.

De Italia me vienen tantas cosas a la cabeza que probablemente podría escribir 30 páginas sobre ello. Pero de todo, me quedo con el recuerdo a las salsas de tomate. De Francia el olor a mantequilla del Vieux Lyon y de Portugal el del cilantro.

De Cuenca el olor a mosto en esta época.

José Luis Louzán dijo...

Y de mi pueblo el olor a mierda... porque esta lloviendo y lo tienen todo levantado para canalizar los cuatro rios que nos inundaron hace dos años... cuanta incompetencia e incapacidad en las instituciones públicas por Dios, cuanta...

Liga si Diarra ha de ser el sustituto de Amancio Amaro el fin del fútbol tal y como lo conocemos esta a la vuelta de la esquina (jeje)

emiliano dijo...

El punto 10 demuestra claramente que el autor de esta entrada es Numeritos.

Carlos dijo...

De Lyon, aparte del olor a mantequilla -que llegaba a ser desagradable-, recuerdo al mi-cuit extraordinario que ponían en cualquier chiringuito. Lo que daría por encontrar ahora, uno tan bueno como aquel.

Espeto dijo...

Conste que al principio me ha hecho dudar sobre su autoría, pero muy bonito el comentario.

Comparto algunos de esos recuerdos con el autor (no todos, que no soy tan mayor..). Y, de todos ellos, me quedo ahora con el primero, con Nápoles. El reino del caos y la belleza. Donde, efectivamente, te puesdes tomar un pastel en Gambrinus, uno de los cafés más elegantes de Europa y encontarte a la salida un atraco a mano armada. Una ciudad desconcertante, llena de vida, de alegrías desbordadas y miserias alarmantes. Un lugar que no deja indiferente y con una personalidad abrumadora. Pasear por la Via dei Tribunali es como volver a alguna de esas maravillosas películas de los sesenta en las que Sofía Loren se paseaba con vestidos de rayas y un escote más que generoso. Olisquear en sus mercados los tomates, las berenjenas o los limones y comprar algunas de las pastas secas más grandiosas del mundo o conseguirte una botella de un limoncello artesanal. Y una pizza en la Antica Pizzería Di Matteo es tocar el cielo...

Y al final, claro, está Caí…

Espeto dijo...

Algunos lugares interesantes (hasta para Melitón) de nuestra excursión por Jerez de la Frontera:

BAR JUANITO. Un clásico de la zona y una de las mejores barras del país (aunque aquí el tapeo de haga más bien sentado). Extraordinarias las alcachofas guisadas y bien las albóndigas al Oloroso, aunque las encontré algo secas. Buena carne mechá y de fuera de este mundo la berza jerezana (un puchero que incluye garbanzos, judías blancas, acelgas, costilla, chorizo, morcilla, etc). De hecho, el principal consejo es probar cualquiera de los maravillosos guisos: la berza mencionada, el menudo gitano o la sangre encebollada son para quitarse el sombrero. Además, muy buenos unos fideos caldosos con langostinos y las mollejas salteadas con setas. Particular mención merecen los postres: extraordinario el tocinillo de cielo y estupendo el tiramisú. Una lástima que la carta de vinos no acompañase. Nos tuvimos que conformar con una botella de La Guita y con los postres unas copas de Armada, el oloroso dulce que elabora Sandeman. Servicio sorprendentemente eficiente y muy amable. Muy recomendable (imprescindible, diría yo).

EL GALLO AZUL. Tiene fama de ser el “alter ego” del anterior, de ser el único que es capaz de darle réplica. Situado en un edificio emblemático de la ciudad destaca por su tapeo clásico y por algunas tapas más innovadoras que resuelven con más o menos acierto. Bien los riñones al jerez y muy buenas las huevas con pipirrana. Además, correctas las pavías de bacalao, buen adobo y algo seca la punta de solomillo al Brandy. Eso sí, todo en raciones abundantes y bien servido. Además, buen detalle de cambiar un fino algo oxidado y caliente.

LA MACETA. Minúsculo local en el comienzo de la calle Larga. Lugar agradable para unas cañas y alguna tapa simple. Buenos montaditos y estupendas chacinas.

TENDIDO 6. Restaurante situado frente a la plaza de toros. Como no, decoración con motivos taurinos y sorprendentemente vacío un viernes por la noche. Cena en plan informal, con el servicio algo nervioso e impaciente al principio y más relajado y atento al final. Una copita de oloroso Río Viejo, de Domecq para empezar. Después comida informal a base de raciones: buen jamón de Huelva; fantástico el salteado de setas, jamón y gambas bañado en oloroso, de mojar una barra entera de pan; bien, algo bastas, las croquetas de trigueros y muy correcta la fritura de pescaíto variada y los gallos empanados. Para concluir, fantástico el rabo de toro estofado, con una carne más recia y llena de sabor de lo que suele ser habitual (pasan al ranking, sin duda). Con un par de botellas de un agradable Finca Moncloa 2005, el tinto que elabora González Byass, y varias copas, pagamos unos 35 euros por persona. Una buena referencia en la ciudad.

LAS BRIDAS. Tiene fama de ser una de las mejores marisquerías de la ciudad. Local pequeño y abarrotado, con los clientes haciendo cola en la barra, esperando a ser sentados. Estupenda la ensaladilla de langostinos (apuntad otra para la clasificación). Rico (y curioso) el revuelto de langostinos con jamón (especialidad de la casa), con la parte de abajo cuajada y la de encima completamente cruda. Muy buenas las frituras, en especial los taquitos de merluza. Algo más basto, sin embargo, el enharinado de las acedías, aunque estas eran de calidad. Bien los langostinos cocidos, algo pequeños, y correctas las huevas a la plancha. Todo ello acompañado de manzanilla La Ina por decisión unilateral de uno de los comensales. De todas formas, carta de vinos pobre incluso en referencias locales. Una constante en los restaurantes de la zona. Mención aparte merece el servicio. Lamentable, malencarado, brusco y rozando la mala educación. Sólo mejoró en parte con la irrupción del encargado o propietario. Algunos camareros deberían recordar que en tiempos como estos tener un puesto de trabajo es una bendición. Un tema a vigilar porque realmente consiguió estropearnos una comida, muy correcta por otro lado.

Y, como siempre, algún consejo para esas digestiones. Preparan un gt correcto en un bar cerca de la plaza del Arenal llamado Bellaquio. Eso sí, abstenerse en horarios concurridos. Pero a media tarde se está estupendo. Y es muy agradable el bar del Hotel Jerez para probar algún brandy o, como fue nuestro caso, un estupendo Lustau Solera Reserva Dry Oloroso "Don Nuño".

emiliano dijo...

A mí las ciudades italianas son las que más me gustan del mundo mundial. Y Nápoles tiene algo indefinible, como cuando los andaluces dicen que algo tiene “embrujo”.

Carlos dijo...

Pues hablando de Nápoles, he probado el último año cinco o seis tintorros de esa zona que me han parecido estupendos para comer pasta. Bastante fruta y complejidad tendiendo a cero, vinos para no complicarse la vida. Si vais a D&G, tiene alguno que acompaña la comida con dignidad y un precio muy comedido.

emiliano dijo...

En Jerez, Juanito es mi favorito. Y sobre el servicio de vino, pues que te voy a contar que tú no sepas.

Anónimo dijo...

Buena entrada. Muchas cosas en común. Será cosa generacional.

Fin de semana en Asturias. Mucha comida de cuchara y familiar y una buena cena en Casa Lin. A pesar del nombre, no es un chino, sino un chigre de Avilés, al lado de la ría.
Berberechos al ajillo, bien, normales. Mejillones con salsa picante. Buenos mejillones y peor salsa: fondo farináceo innecesario.
Mero en su jugo: muy generosa ración, con lascas de patata hechas también al horno, al igual que el besugo. Ambos fresquísimos y en su punto. Una botella de Enate Gewürztraminer y dos postres por 90 leuros.

Anónimo dijo...

Coincido mucho con las impresiones sobre El Cairo (qué follón de ciudad, muy divertida, mero me parece "invivible") y sobre Trinidad. Ciudad curiosa, esta última, colonial, sí, pero como casi todo en Cuba con ese aire de abandono que te despierta la melancolía. Mi recuerdo de Trinidad incluye un trío (qué bien toca y canta casi cualquiera en Cuba) cantando "Hasta siempre comandante".

Y me muero de ganas de pegame un rulo por Nápoles y la costa amalfitana. Aquí, la banda sonora la pondría Domenico Modugno.

Una pregunta: ¿recomendación para comer algo rápido (me vale de picoteo) por el centro de Santander?

Anónimo dijo...

Cuando decía "mero" quería decir "pero"...

Numeritos dijo...

Vuelvo de Ezcaray. En mi once está Ezcaray. Sin duda. Y Lisboa. Y Las Ventas.

Me he puesto de croquetas y de caparrones de Casa Masip hasta el ojete. Me he traído firmado el nuevo libro de Marisa y Francis (muy recomendable). Me he inflado a gin tonics en el Troika. Los niños se lo han pasado teta jugando en la nieve. Extraordinario fin de semana.

Mención especial a la cena en Echaurren (os pondré el menú) y a un ragout de ternera con setas que hizo Pedro el de Masip que estaba de fliparlo.

Numeritos dijo...

Quiero detalles del cocido medieval. El comentario de Ligasalsas en el post anterior no es suficiente. Tengo caparrones envasados al vacío por si os da cosa contarlo por escrito.

Carlos dijo...

Fartón, sin dudarlo ni un segundo Bodega La Cigaleña, Daoiz y Velarde, 19. Y si la comida está buena, lo de los vinos es tremendo.

Carlos dijo...

En cuanto tenga detalle del origen de los componentes -el quid de la cuestión-, los detallo aquí mismo Numeritos. Baste con decir que un cocido así en Madrid no lo ves ni por el forro.

emiliano dijo...

Lo de poner once recuerdos está muy bien pero es un poco como decir tus once canciones o películas favoritas. A lo mejor hoy son éstas y el mes que viene son otras. Pero ya que Numeritos ha nombrado Lisboa, pues la verdad es que sí. Y Nueva York.

Y a mí Trinidad (bueno Cuba) me recuerda al ron. Ahora que estamos todos en un plan con el gin tonic que parece que no hubiera otra bebida, me parece una buena idea volver a hablar un poco de los combinados de ron. Hay alguno delicioso.

Anónimo dijo...

Gracias, Liga. ¿Alguna recomendación a la hora de pedir?

Carlos dijo...

Tenían buen pescado Fartón, si quieres algo más suave, recuerdo algunas ensaladas ricas y unas mollejas de cordero de chuparse los dedos. No te pierdas los vinos abiertos por copas.

Carlos dijo...

Emiliano, el otro día, comparando gastronómicamente mis viajes por Europa, llegué a la conclusión que de la única de las ciudades que he visitado donde no recuerdo nada de nada es Lisboa. No así Oporto, que tiene un paseo por las bodegas delicioso y donde recuerdo haber comido bastante bien.

emiliano dijo...

Eso es porque no te gusta el bacalao

emiliano dijo...

Las primeras veces que estuve en Italia aluciné con las trattorias y con las pizzerias, sitios informales con precios bajos y platos muy ricos. Ahora hay algún sitio que ha subido el nivel, bastante bajo por cierto, de los restaurantes italianos en España.
Mis primeros italianos fueron Casa Gades y el Goffredo de la calle Princesa.

En Madrid el nivel de los restaurantes portugueses también ha subido mucho con Tras-Os-Montes y O Tramontano. Antes solo recuerdo Fado en la plaza de las Descalzas.

Griegos y franceses buenos, creo que solo en algún local de la Castellana

Carlos dijo...

Había un italiano, por la zona de la Plaza de Cuzco, en Madrid, a la izquierda según se va hacia el norte, donde dos señoras mayores hacían una pasta francamente rica. Y las albóndigas eran de nota.

Uno de esos sitios donde uno cae por casualidad y que pasan a formar parte de los mejores recuerdos gastronómicos.

Anónimo dijo...

Numeritos, ¿con qué croquetas te quedas: Masip o Portal?; no vale decir que con las dos. En mi última visita, yo también me puse hasta las cejas de GT en Troika, después de comer en El Portal, y además fue gracias a vosotros, esto es, el lugar me lo descubrieron las recomendaciones de los blogueros.

Carlos dijo...

Madre mía, un boleto de casi dos kilos en Las Canarias. Está este otoño de servir ejemplares grandes.

Numeritos dijo...

Joder, amfortas, qué preguntitas...

Aunque bien pensado está claro. Las de Masip. Porque además de restaurante, hay bar donde comerlas. Y ponen las mismas en el asador de pollos (El Caserío) que es otro sitio cojonudo para ir a comer.

Carlos dijo...

Tengo que reconocer que estoy enganchadisimo a lo de "Ven a cenar conmigo". Me pregunto que clase de frikis vamos a conocer esta semana. Espero que sean como poco tan desagradables como los de la semana pasada.

José Luis Louzán dijo...

Teneis un cuajo para ver esas cosas del que carezco. Llamale escrupulo, llamale asco... llamale haches pero realitys de este estilo me dejan negro, que pasión por el mal rollismo y la mala leche...

Otra cosa; ¿cuanto tengo que cocer una judias pintas que llevan a remojo mas de dieziseis horas?. Las hare con chorizo de porco celta, haber que tal...

Anónimo dijo...

Hola a todos, tras un mes de ausencia con mucho trabajo y poco tiempo libre me reengancho. Aprovecho para saludaros a todos. Espero ponerme pronto al día y contaros alguna experiencia de las últimas semanas. Un abrazo.

Espeto dijo...

Fartón, me uno a esa recomendación sobre La Cigaleña. Espectacular su carta de vinos. Para comer, recuerdo unas magníficas anchoas y unas buenas chuletillas de cordero. Además, para tapeo, están muy bien El Diluvio, El Ajero o Las Hijas de Florencio.

Aparte, algunas visitas interesantes por Marbella en estos días:

Varias visitas para agasajar a unos visitantes a LA TRAIÑA. Creo que ya os he hablado alguna vez de él. Un lugar modesto con manteles de papel y carta de vinos cuasi inexistente pero muy buena calidad de producto. Quizás hacen el mejor pescaíto frito de la ciudad. Muy buenas almejas (más bien chirlas) a la plancha con aceite de oliva, extraordinarios boquerones victorianos y muy bien las gambas blancas a la plancha. Buenas frituras en general (calamaritos, ortiguillas, calamares, mero, huevas, etc). Después una enorme y estupenda urta del estrecho a la espalda para compartir. De lo más fiable de la zona.

SIDRERÍA USATEGUI, en Marbella. Lugar de difícil ubicación pero al que merece la pena acercarse. Está situado a continuación de la estación de autobuses, aunque lo mejor es llamar para que os guíen. El restaurante es amplio y algo desangelado, con unos enormes toneles de sidra en medio de los que se puede servir el comensal a voluntad (no sabría deciros el precio porque siempre he tomado vino). Aquí se viene a comer producto y algún guiso hecho con muy buena mano (todos los días se cocina algún puchero). En temporada (algo a lo que se ciñen con bastante rigor), estupendas las piparras fritas, las setas o los chipirones. Esta vez, unas enormes anchoas del Cantábrico (“al menos allí es donde las compramos”, me dijeron), un estupendo queso Idiazábal, sin duda el mejor que yo he probado por esta zona y unas enormes y jugosas almejas a la plancha, pero totalmente insípidas. Una pena. También unas alubias verdinas a la marinera, fantásticas. Después, buen cogote de merluza a la plancha (es uno de los pocos sitios de la costa donde se puede encontrar de cierta calidad) y unas muy buenas chuletillas a la parrilla. A destacar esa parrilla de carbón de la que salen estupendas carnes y pescados, con especial atención a la chuleta de vaca, una de las destacadas de la zona. Buenos postres. Tiene especial éxito su leche frita. Servicio amable, algo brusco a veces, pero dispuesto. Carta de vinos estereotípica, con los sospechosos habituales de la zona. Al menos, están cuidados a buena temperatura, las copas son correctas y los precios no son tan escandalosos como se acostumbra por aquí.

VÍCTOR. Aunque sigue en la línea de los más caros de la zona, la calidad del producto que sirven suele justificar la factura. Esta vez, bien a secas. Buen jamón, algo falto de curación y buen lomo ibérico, pero cortado a hachazos. Excelentes los boquerones al limón, con una marinada suave y rebozados en vez de fritos. Y más que aceptables unas gambas de garrucha a la plancha, muy buenas de punto aunque algo flojillas de sabor. Después, un excelente mero de buceo y un buen steak tartar, con exceso de mostaza, pero de buena calidad. Con un estupendo Remirez de Ganuza 2001 y un par de gts, unos 80 euros por cabeza. Sigue siendo un lugar fiable para una comida de negocios.

Carlos dijo...

De mano de su autor, la persona que más respeto en esto de la gastronomía, os adjunto lo que nos zumbamos el sábado; sólo os diré que fue un espectáculo, que será una de las comidas que más recordaré este año y que mereció la pena estarme a pan y agua toda la semana para poder llegar -y una pena no haberme podido estirar más-:

"- Chorizo Molinaseca de León.

- Cecina de chivo Entrepeñas de Geras de Gordón.

- Costillas de cerdo Entrepeñas de Geras de Gordón.

- Morcilla de calabaza de La Alberca, de una carnicería saliendo de la plaza pasado el “súper”.

- Manos de cerdo de Briones, la Rioja, de la carnicería de la plaza , al lado de la iglesia.

- Morcillo de la Castellana ,mercado de Diego de León, para ser Madrid mas que honesto, su ternera blanca gallega es imbatible.

- Tuétano, de la misma carnicería, ¡impresionante!, además fueron muy generosos, los seis huesos de pura caña.

- Cacho de jamón Covap (recebo) del Valle de los Pedroches.

- Tocino Covap del Valle de los Pedroches(buenísimo).

- Gallina ,de vaya usted a saber donde, pero comprada en la pollería del mercado de Diego de León.

- Pimientos de Alfaro, marca Alhama.

- Piparras de Alfaro, sin marca.

- Zanahorias de Marce y Mª Carmen, del mercado de Diego de León , muy buen genero a precios razonables, y mas majos que las pesetas, los siguientes vegetales del mismo sitio.

- Puerros , soberbios.

- Nabo, con perdón.

- Repollo, salió fino,fino, con ajos de las Pedroñeras, deliciosos.

- Salsa de tomate casera

- Calabacines cocidos con su piel,

- Garbanzos de Vega Ucero , Soria

- Fideos marca Gallo.

- Pan candeal de Cebreros".

En una palabra: acojonante.

Anónimo dijo...

Menudo festival, Ligasalsas. Y cuantas horas de cocina?

El Italiano de Castellana no sería Pizza Italia, verdad?

emiliano dijo...

He visto cosas que vosotros no creeríais… atacar tostaditas de tuétano más allá del río Alberche, los ojos de Ligasalsas brillar en la oscuridad cerca de la cecina de chivo. Si el anfitrión no repite, todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de digerir.

Porque, amigos, yo he comido cocidos gallegos, madrileños, andaluces, extremeños, maragatos, catalanes y manchegos. Ollas podridas, berzas gitanas, potajes, pucheros y escudellas. Y el del sábado, mejor que ninguno.

Anónimo dijo...

Ligasalsas, digo yo que con algo echaríais para abajo todo eso, ¿no?

Carlos dijo...

Weirdo, con el Jean Voisin del 2001, la pena es que es un vino para abrirlo a las 9 de la mañana y como fui de invitado no lo pudimos abrir hasta que llegué. Total que estaba cerrado, cerrado... También le dimos a un Viña Alberdi, si no recuerdo mal del 84, duró un suspiro en la copa, se iba por momentos.

Malinche, no recuerdo el nombre, sólo que lo llevaban dos señoras mayores y había colas de gente para entrar. Una salsa de tomate estupenda y unas albóndigas de rechupete. Sé que cerró hace no mucho... una casa de comidas de las que apenas quedan ya. Viendo lo que salió a la mesa, me da que el cocinero se levantó al amanecer. Cuando los platos empezaron a girar en una rueda "japonesa" en el centro de la mesa flipamos.

Carlos dijo...

entrevista a Nicolas Joly, uno de los adalides de la biodinámica en la enología. Me he leído en la entrevista, y a pesar de sus radicalismos y -a veces- posturas extremas, todo suena de una sensatez que asusta.

Es como si alguien hubiera juntado en una entrevista todas las cosas de las que nos venimos quejando de los vinos que se hacen ahora. sobre todo de los españoles.

Para los que no os suena por el nombre, igual os habéis bebido alguna botella de Les Sauvennieres.

Carlos dijo...

Prestadle por cierto, especial atención a lo que comenta sobre las levaduras...

José Luis Louzán dijo...

Dan Ganas de imprimir partes del texto y colgarlas de la pared para que las lea el personal en las bodegas.... genial

José Luis Louzán dijo...

Por cierto, sobre la seta Canaria de la que hablabais ayer... ¿y el Gnomo... como sera de grande? jeje

Carlos dijo...

José Luis, en Galicia, de levaduras, saben un huevo. Que le pregunten a Terras Gauda que puede hacer un proyecto fin de carrera (y no es la única).

José Luis Louzán dijo...

Esa es solo la punta de lanza del cuento. Lo dificil de verdad es hacer entender a la inmensa mayoria que eso no esta bien y no es el modo adecuado ni correcto de hacer vino.

Pero mientras la Xunta y el gobierno central por medio de todo tipo de agencias (como el CSIC) apoyan y promueven este tipo de modos y formas de comercializar vino. En vez de apoyar al productor de pequeñas fincas, con fundamentos en biodinamica, aunque sean escasos, y con conciencia, mejor gastar dinero en fincas sobrexplotadas, producciones de mas de un millon de botellas y vinos de polvos Maggi... en fin

Anónimo dijo...

D. Liga. ¿Ese morcillo del mercado de Diego de León, de qué carnicería exactamente es? ¿De Robleño quizá? Gracias.

Carlos dijo...

Luis, lo preguntaré, pero el morcillo no era la mejor de las carnes que salieron al ruedo. En realidad casi la menos memorable.

Uno bastante bueno, sin llegar a las cumbres del que bajo de Galicia, el que sirven en La Comercial, en Goya esquina Velázquez. Muy, muy superior al de Valles del Esla, por poner un ejemplo.

Numeritos dijo...

¿Le echasteis mojo a la sopa?

Carlos dijo...

La sopa fue un puntazo Numeritos, mira que yo no soy de sopas. Se vio el arte del cocinero al mantener los ahumados lo justo para que le dieran un puntito de sabor. Me relamo recordándola y más en un día como hoy.

emiliano dijo...

Algunas reflexiones sobre la gastronomía en Madrid:

1. Los menús del día suelen ser horrorosos.
2. Los restaurantes de alta gama son muy caros y están sobrevalorados.
3. Cada vez hay menos tascas (ilustradas o no) que mantengan con brillantez o incluso con dignidad un estilo de cocina. A ver ¿dónde nos comemos unas empanadillas?
4. Hay mucho restaurante de cocina regional española, pero muy pocos que merezcan la pena. A ver ¿dónde nos comemos unas patatas a la riojana?
5. Para los restaurantes de cocinas extranjeras vale lo dicho en el punto 4.
6. Las cartas de vinos y su tratamiento en general suele dejar bastante que desear.
7. El nivel general es tan bajo que cuando nos encontramos con las excepciones que nos hace disfrutar y que justifican el precio que pagamos nos deshacemos en elogios exagerados.
8. Y tal y tal.

Matoses dijo...

Emiliano,
No puedo estar más de acuerdo con tus reflexiones.
El último punto lo completaría con las expectativas que tenemos depositadas en las nuevas aperturas de restaurantes y nuestras consabidas frustraciones a posteriori.

Matoses dijo...

Liga,
Haciendo referencia a esos embutidos de los que hablas de Covap.
El otro día un amiguete compró en el COVAP (al lado de RIANXO de R. Fdez. Villaverde) un kit compuesto por diversas piezas de varios embutidos a un precio de derribo. Seguían con una promoción "de verano" de la que todavía quedaban unidades.
Yo probé el lomo y me pareció muy bueno, especialmente si teníamos en cuenta el precio.

Por cierto, espectacular Aliana. Exactamente lo que no debería haber conocido nunca.

Carlos dijo...

Yo añadiría que en Italia me llevé la sorpresa de que había cartas de vinos francamente interesantes en multitud de sitios. Lo mismo puedo decir de Francia. En los bares españoles no se puede pedir vino porque está oxidado.

Quizá tenga el otoño "abuelo Cebolleta", pero cada día cuesta más eso que dice Emiliano. Comerse una buena empanadilla y saludamos como excepcionales situaciones como la de "Comer bien", donde sin hacer nada del otro jueves uno come sin hacer la digestión durante 6 horas.

Matoses, Aliana es imprescindible.

Anónimo dijo...

¿las patatas a la riojana?, ¿que donde las comemos Emiliano?, se me están ocurriendo un par de ideas....
Por cierto, gran aperitivo las patatas Añavieja con mejillones Peña y ¡que gran postre los piononos de Santa Fé!, anoche me zampé tres de un tirón , ¿como lo harán para que estén tan frescos en Madrid?
Me voy a sacar lustre a los zapatos que esta noche toca patear el barrio de Salamanca, ¿tal vez Sula?,ó mejor un atracón de setas.

Anónimo dijo...

Emiliano, por desgracia esos ocho puntos se aplican en muchos más ámbitos que en Madrid. Más que buscar restaurantes o tascas, algunos buscamos refugio.

Carlos dijo...

A mí Sula cada vez me gusta más, es carísimo, pero hay cocina detrás. Y a malas, jartón de Joselito.

Jorge, qué buena frase. El otro día leí a Martino en el blog del Comercio hablando de casas de comidas, ¿Qué pensarán los cocineros de raza, como Pedro, cuando salen a comer a sitios de medio pelo como son la mayoría?

emiliano dijo...

Yerga, presiento que tus ideas me van a gustar.

emiliano dijo...

Buscamos refugio, sí señor, y, mientras, ellos mirando a las estrellas (michelín) o dándose premios los unos a los otros un día sí y otro también.

Antes, estaba muy presente la idea de que en España se comía mejor que en ningún lado, ahora cada vez son más los que vuelven de un viaje al extranjero y te dicen que sus ideas al respecto han cambiado.

Anónimo dijo...

Sin ir más lejos, en la zona donde iba a abrir Pedro Martino, que es mi barrio prácticamente, había más posibilidades de comer bien hace pocos años que ahora mismo. Y eran opciones de precio asequible. ¿Entenderán aquí la crisis al revés? Los clientes echamos de menos esos sitios. Quien los cerro o los cambió, vaya usted a saber.

enoilógico dijo...

Esa cecina de chivo doy fe de era cosa fina y brutal. Ya estoy tardando en pedirla. Me habéis dado envidia de la mala con ese cocido. Así que mañana voy a aprovechar unas manitas que me quedan, a ver qué tal se le dan a una fabada.

Advicious dijo...

Muy de acuerdo con Emiliano.
Hoy he comido en Nicolás y me he aburrido bastante. Correcto su famoso potaje de garbanzos con chipirones. Pero muy flojito el resto, entre ellos una anodina patata confitada con boletus (muy malo el boletus) y un guiso de sepia con albondigas dónde cada uno iba por su lado.

Espero disfrutar más esta noche en Viavélez.

emiliano dijo...

El cocido estaba tan rico que al final le hacíamos hueco en nuestro estómago cuando ya no lo había, que en un momento de la comida alguien dijo: “hoy ya no ceno”

Carlos dijo...

Hace un par de años cuando era muchísimo más ingenuo que ahora con esto de la gastronomía -me lo creía todo-, empecé a participar en un foro de un tipo que se llama Steve Plotnicky. El tipo no era el más agradable del mundo, por cierto.

Se trataba de un foro de gourmets, gente en general con bastante pasta y muy viajada. No os imagináis los hachazos que le metían a algunos de los mejores restaurantes españoles; yo alucinaba.

¿Cómo se atrevían estos americanos? ¿Cómo podían decir que mala bodega, que falta de producto, que irregular?

Prefería ese momento de inocencia, disfrutaba más, pero cuanto más tiempo pasa, más me parece que, efectivamente, que pocas bodegas buenas, que falta producto y que bastante irregularidad.

Carlos dijo...

Jamás, jamás debe uno dejar de cenar un algo, por más que el cocido sea enorme. Media perdicita a la noche se me antoja pefecta.

Numeritos dijo...

Me confirman el motivo de la prolongada ausencia de Kalakahua. No, no le ha secuestrado un comando albano kosovar. Al parecer se debe a que el otro día fue con un amigo al Asador Donostiarra y flipó con el sitio. Ya no quiere probar otra cosa. Y, lógicamente, ahora le da vergüenza aparecer por aquí. Normal.

emiliano dijo...

Yo una vez estuve en el Asador Donostiarra y a mi mujer le regalaron una planta.

Espeto dijo...

Don Yerga y amigos, ya que les veo que están ustedes abandonados a la excelencia (envidia cochina, nunca mejor dicho, que tiene uno), no puedo por más que recomendarles los excelentes piononos de Rey Don Fernando, de Santa Fé. Una cosa fina, sin duda.

Anónimo dijo...

Yo creo que hay que diferenciar lo que es la cocina de un pais,su recetario;de como se come en los restaurantes de ese pais,que no tiene nada que ver.
Hoy en dia,en los paises que he estado,una de dos,o vas con alguna recomendacion o la posibilidad de fracasar es practicamente del 100%.

El recetario español,los productos,la cocina esta entre las tres mejores del mundo,por no decir la primera.Los restaurantes son otra historia.La calidad media de los restaurantes de Mallorca,por poner un ejemplo es un puto desastre,sin embargo la cocina mallorquina es muy buena,y tiene unos productos de gran calidad.

Otro aspecto a tener en cuenta,es el bagaje gastronomico personal.Fijaos una cosa,yo cuanto mas se de esto(gracias a todos los que escribis aqui,porque si no me seria imposible)menos disfruto en los restaurantes,quiza porque a mi en casa me saldria infinitamente mejor.Esto unido,a que mi situacion economica no me permite ir a "templos gastronomicos";si no otro gallo cantaria.
Cada vez que voy a cenas en grupo,a la gente le encanta todo!que cojones comeran en casa,cuando disfrutan de un plato de pasta pasada inundado en nata con bacon en "la cosa nostra"(una cadena infame de italianos que llenan todos los dias).
A un amigo de Granada,le recomende el FM(le avise de los precios),salio asustado..10e!por cuatro chopitos!!y sin tapa!que les den por culo,me dijo;y se fue a comer un pollo asado recalentado durante todo el dia.

Mas cosas,antes la gente salia a comer por ahi,infinitamente menos que ahora;y todo te sabia mas rico.No habia los posibles de hoy en dia.
Ademas,la escasez de producto,sobre todo del mar hace que cada vez sea mas dificil comer bien,por poco dinero.Es cierto tambien,que unos buenos garbanzos con callos,son baratos.

Mi liston esta tan bajo,que con ir a un bar y me pongan una caña bien tirada,unos huevos fritos,con patatas de verdad y pan decente,me conformo.

Numeritos dijo...

¿Quien regalaría primero la planta, el Asador Donostiarra o el Rincón de Esteban? Es de justicia aclararlo.

Anónimo dijo...

Ligasalsas, lo de la pérdida de la inocencia gastronómica quizá daría para un blog específico. Qué tierna ignorancia, a veces. Qué cruda realidad.
Y es muy atinada esa diferencia, Camionero. Pero es que ahora también está amenazado el frente doméstico. Creo que cada vez se come peor en las casas. Es oportuno recordar ahora lo que decía al respecto Santamaría en el polémico libro. Otra cosa son las causas.

Carlos dijo...

Así es Camionero, salvo raras excepciones, la comida de calidad está en las casas, no en los restaurantes. Llevo un recorrido por Chueca bastante detallado durante los últimos seis meses. Bien, me atrevo a decir que la mayoría de los bares/restaurantes ofrecen una calidad ínfima. Que no hay cuidado. Que no hay limpieza. Que no hay CARIÑO, del que sobra en Francia en cualquier sitio de tres al cuarto.

Y otra cosa, sé que hay algún que otro cocinero que lee este blog. Bien harían en escuchar a los clientes cuando se quejan de algo. Si en un restaurante de campanillas de Madrid -como alguno que yo adoro-, te sirven un pescado seco como la mojama, lo suyo es que el cliente se queje y lo suyo es que tomes nota. Aceptar las críticas es im-pres-cin-di-ble.

Porque si yo vuelvo y me vuelve a pasar lo mismo, ese restaurante pasa a ser un recuerdo y los 120-150 euros que cobra por persona, me los quedo en el bolsillo o me los gasto en vino y en darle a la cazuela en casita.

Anónimo dijo...

Jorge,es verdad que con el ritmo de vida de hoy en dia,cada vez se come peor en casa.No hay tiempo dicen,es cierto ;pero con un poco de interes se pueden hacer maravillas en media hora.Por no hablar de cocinar una mañana o una tarde que se tenga tiempo,a lo bestia y despues congelar.Se tarda lo mismo en hacer unas lentejas para 2,que para 10.
Pero mucha peña,prefiere comprar las tortillas prefabricadas,o las pizzas de casa tarradellas.
Y pensar que hay muchos bares que te ponen la puta tortilla esa de mentira y se quedan mas anchos que largos!
Yo insisto,que quien se arriesgue a hacer comida industrial de buena calidad;con la congelacion se arregla casi todo;se forra.
A mi la fabada el litoral,salvo la calidad del chorizo y demas,me parece que da el pego totalmente.
¿sabeis que las hacen en la propia lata cerrada con todo en crudo(claro)?

Carlos dijo...

Los que lo hagan medio bien se van a forrar. Yo los jueves, que llego a casa a la hora de comer, cojo cinco euros, me voy al sitio este del que he hablado, Al Vacío, y me trinco unas judías con perdiz, con liebre, un risotto, lo que sea.

Lo caliento y disfruto como un cochino en casa, porque está buenísimo y no me duele ese dinero. Por 3 pesetas la respuesta, díganme sitios modestos en Madrid donde hagan legumbre con caza.

Carlos dijo...

¿Cuánto vale la cazuela de cocochas con almejas del Donostiarra o de Txistu?

La vi hacer el otro día y es una chapuza.

Anónimo dijo...

Por aqui,voy mucho a un sitio cutre de cojones,pero que tiene una terracita maja para el buen tiempo.Que por 14 o 15 euros,te pones morao a pinchos morunos,codornices,costillas,panceta...todo a la parrilla;no tiene mas que eso y alguna ensalada.Siempre lleno.

Por cierto,aqui tambien es tipico el gazapo(conejo pequeñajo)a la parrilla;te lo ponen entero espatarrao;y aunque sea de granja,si esta bien hecho,esta bien bueno.
Ahora es epoca de un pescado la Llampuga,que creo que hay en muchos sitios pero no se aprecia.Aqui es muy valorado y barato,a 6,5e/kilo.Recuerda a la caballa,pero es mas fina,mas suave,la piel churruscada esta bien buena,hay que hacerla poquito poquito.Son "grandes",de unos 40cm de media,las que he pillao estos dias.

Lo de Al vacio,tiene una pinta estupenda.Me pilla lejos,si no..

Carlos dijo...

Leyendo como siempre Vanitatis -no debe uno descuidar su aspecto más frívolo-, me encuentro que Caius Apicius, defiende que la trufa sea la protagonista del plato.

Yo seré raro, pero la trufa blanca me gusta con mucho tiento -mucho- y nunca dominando y la negra en un "break even", vamos que complementen, pero que no se noten en demasía.

No creo que el precio tenga que cambiar el criterio.

Anónimo dijo...

En lo de la trufa te doy la razon Liga;en el resto del articulo estoy de acuerdo totalmente.

Por eso soy reticente a las comidas muy especiadas,como la India.No obstante mi experiencia es casi nula;pero hay platos que "no entiendo".
De todas formas,no se si las papilas gustativas de un individuo,si se acostumbran desde niños a comidas,por ejemplo muy picantes son capaces de identificar los matices de los ingredientes de los platos.
Por ejemplo,la famosa sopa de langostinos?¿o algo asi de Oam Thong,que hablais que es megapicante,pues no lo concibo.He de decir que no la he probado.Los que si,a que sabe si cerrais los ojos?

Carlos dijo...

A kaffir, a leche de coco, a galanga. Quizá ligeramente a langostinos, pero no es el sabor que predomine. Es compleja, refrescante.

El otro día me pasó algo similar con la sopa de la cabeza del bogavante. Si yo hago una sopa con esa cabeza y tú pruebas la del Koy Shunka, creo que te hubieras quedado con la mía, sabría a bogavante, con la diferencia de que el sabor de esta última era absolutamente plano -a diferencia de la sopa de langostinos thai.

La cosa es, ¿Merece la pena adaptar tu paladar a otras culturas? ¿Te aporta algo? ¿Se pueden apreciar al mismo tiempo una sopa de bogavante "a la japonesa" y "a la mediterránea"?

Finalmente, ¿Hasta dónde debe llegar la adaptación de las cocinas internacionales en los restaurantes que se abren en España?

Anónimo dijo...

Es una buena reflexion;pero no tengo respuesta,no lo se.Aun no abarco nada de la cocina española;y claro depende donde vivas es mas facil o imposible conocer nuevas cocinas y que su representacion sea aceptable.

Y en cuanto a la adaptacion,es logico,son empresas;si pones un restaurante mexicano,y pica todo con cojones quiza la gente no vaya.
Se pueden adaptar,manteniendo sus raices;creo que es compatible

Numeritos dijo...

Atraco en Anfield. Aquí hay mano negra.

emiliano dijo...

fútbol es fútbol

Anónimo dijo...

La llampuga es una auténtica delicia , en Can Toni en Porto Petro la bordan a la plancha, mas fina que la caballa, mas sabrosa que la lubina.
Mucha razón llevas sobre Mallorca Camionero, una gran cocina autóctona fatal representada en los restaurantes, excepto tal vez en la zona de Algaida, merenderos si, pero muy honestos y muy ricos.
Para mi aniversario de bodas está bien Bens D´avall

emiliano dijo...

Aprovecho que Kalakahua no ha vuelto todavía del Asador Donostiarra para escuchar algo del grupo de Liverpool (no va con segundas Numeritos). Por ejemplo esta preciosa canción de George Harrison, Here comes the sun incluida en el álbum Abbey Road cuya foto de portada (seguramente, junto con la de Sgt. Pepper’s, la más famosa de la historia) es una de las que ilustra este sensible y maravilloso post.

Anónimo dijo...

Was up?

Ando por Quintana Roo, buscando adeptos a la secesión de México de la Hermana República del Yucatán, por ahora sin mucho éxito.

Unos cuantos topicazos de los que le gustan tanto a Emiliano:

1. Os dejo unos días y no hay quien siga vuestro ritmo.

2. Poco a poco espero ponerme al día.

3. En Cancún se come de pinche pena.

4. Me gustan las margaritas. Las que se beben, I mean; no se vayan a creer los glotonios que me he transformado en un neo-hippie.

5. Hoy puede ser un buen día. Un gran día será cuando W. pise La Haya.

Carlos dijo...

Ahora entiendes lo que sentimos los madridistas Numeritos.

Yo de Cancún lo que recuerdo es que había muchos americanos gordos en el hotel. Una piscina con dos bares dentro de la piscina donde servían cócteles -largo, cóctel, largo, cóctel-, las planchas abiertas y humeando desde las 11 de la mañana, con hamburguesas y perritos calientes y una piña en el buffet del desayuno como no he comido igual en la vida. Eso y los T-bones que servían en el "restaurante americano", una carne excepcional y muy bien trabajada.

Carlos dijo...

Mirad que entrevista más interesante a un profesor de la Sorbona. La charla gira en torno a la rivalidad entre Burdeos y Borgoña, hay algo de tópico en lo que cuenta, pero también cosas muy interesantes.

Anónimo dijo...

Ayer buena jornada gastronómica en compañia de Jarrr, Baso y Bibendi. Reservé, como siempre, con mi nick para pasar desapercibido en Dolce y Gavanna (DG).
Dolce nos recibió en la cocina, donde estaba pegando etiquetas de Krug Rosé a unas botellas de Lambrusco. Ocupamos nuestra mesa habitual. Empezamos con un plato nuevo que está desarrollando Dolce, "Burrata Puente Aéreo". Consiste en dos porciones individuales de mantequilla Arias y un envase de Philadelphia. Cada uno tiene que prepararse su propia burrata. Audaz e ingenioso.

Seguimos con otro plato original y novedoso: "Macarrones con chorizo". Consiste en un plato de pasta con una salsa hecha con tomate frito, cebolla y trozos de chorizo. "Es Revilla", nos dice Dolce guiñándonos el ojo. Soberbio.

Para beber, nos decantamos por Krug Rosé.

En la mesa del fondo vemos a Marizona comiendo solo.
"Mmmm. Sabores de la memoria", exclama. Me acerco y veo que se está comiendo el rodaballo que llevaba dos meses viviendo en el escaparare de DG. Y tanto, sabores de la memoria. ¡A ese rodaballo le conocemos todos! También bebe Krug Rosé.

No podemos usar el baño: por lo visto Jolden lo ha inundado para cultivar su propio arroz para el risotto que le ha pedido a Dolce.
Varias copas de D&C (Dick and Coke) después, nos fuimos a cenar a la Tasquita del Medio.
Después les cuento.

Carlos dijo...

Pues... no sé... al menos yo, no lo veo... no lo veo...

emiliano dijo...

Ha sido una gran noche, Holden, sí señor.

Después de un largo invierno, “here comes the sun”, eso espero.

Carlos dijo...

En La Mancha se van a hinchar a arrancar cepas. Supongo que las menos productivas -supongo-, os recomiendo la discusión al respecto en Elmundovino.

Carlos dijo...

¿Habéis probado en alguna ocasión lentejas con becada? ¿Creéis que tiene sentido?

Gastronomicae dijo...

Lo del Assador Donostiarra es injusto; a las mujeres una planta, y a los hombres la factura. ¿Eso no es machismo?

Liga, ¿Merece la pena adaptar tu paladar a otras culturas? Si tu paladar lo acepta sí, si tienes que adaptarlo porque no le gusta no. Pero eso pasa también con productos de aquí.

¿Te aporta algo? Sí, ¿Aportó algo el pimiento, la patata, el chocolate, el tomate, el té? Lo que hoy es exótico mañana formará parte de nuestra cocina.

¿Se pueden apreciar al mismo tiempo una sopa de bogavante "a la japonesa" y "a la mediterránea"? Mientras esten bien hechas por qué no

Finalmente, ¿Hasta dónde debe llegar la adaptación de las cocinas internacionales en los restaurantes que se abren en España? Mientras más se adaptan a nustros gustos más identidad pierden.

Anónimo dijo...

Yerga,tambien hay ahora unos peces que se llaman pampols(o algo asi),creo que es pescado azul,tiene unas rayas verticales azules oscuras,casi negras.No lo he probado.
Y la llampuga,asi es,sabrosa,pero fina a la vez,y muy bien de precio.

Advicious dijo...

Qué vino le pondríais para unas carrilleras de ibérico.

Respecto a lo que comentáis, es alucinante fijarte en el súper lo que compra la gente.
La semana pasado no cociné prácticamente ningún día y cené de maravilla todos los días, Al Vacío, Just Married y una conserva de cardo enriquecida con jamoncito tuvieron la culpa.

Anónimo dijo...

Alguien me puede explicar las diferencias de la maquina de cafe que anuncian como "dolce gusto",y las demas de nexpresso?
Imagino que habra multiples maquinas,a diferentes precios,pero las capsulitas valen para todas no?

Liga,te pillaste una hace poco,verdad..quiro hacer un regalo a mi madre que le chifla el cafe,estan buenos?

Carlos dijo...

Camionero, no conozco las diferencias con esa máquina que anuncian, pero te aseguro que la más básica de las nespressos da un café difícil, difícil de conseguir con una saeco -por poner un caso. Vamos que es una pasada. Si puedes hacerle ese regalo a tu madre te lo agradecerá de por vida. Lo más caro son las cápsulas a 32 céntimos cada una.

Wabi Sabi, yo suelo usar vinos con un poquito de madera, pero poca, los taninos se quedan en la lengua así que conviene no abusar. Un vino joven con 4-6 meses de barrica podría estar bien. Caso de que no encuentres algo así un vino afrutado le irá al pelo, ha de saber a rabo de toro, no a madera.

Advicious dijo...

Siempre las hago con tintos jóvenes. Había pensado en hacerlas con un blanco con algo de madera o con manzanilla.

Por cierto, buena cena anoche en Viavélez (menos de media entrada).

Carlos dijo...

Wabi Sabi, yo a veces las hago con agua -no es coña- o con un vino sin madera. El tinto les da mayor potencia frutal.

Un truco: cuece el vino aparte durante unos minutos y luego incorpóralo al guiso, así evitarás que el rabo de toro quede ácido -sucede cuando el vino reduce mucho.

José Luis Louzán dijo...

se que no viene muy al caso pero para los amantes de John Willians (compositor de bandas sonoras legendarias) os dejo este enlace;

www.youtube.com/watch?v=lk5_OSsawz4

os vais a partir...

Anónimo dijo...

Camionero, ambas marcas son de la misma compañia ,Nestle, Dolce Gusto lo utilizan para la gran distribución, carreful y similares, Nexpresso lo venden exclusivamente por internet y en sus tiendas ,es mas caro y ,supuestamente , de mas calidad

Anónimo dijo...

acabo de leer a Quique Dacosta en el blog del ex de apicius: http://javiantoja.blogspot.com analizando la victoria de Obama. Interesante pensamiento de uno de los máximos figuras de la alta cocina. Resulta que saben pensar además de cocinar.

Carlos dijo...

Anónimo, y Metoses.

No os borro los comentarios porque creo que es una tontería hacerlo. La tontería ya os la habéis pensado y escrito. Os habéis tomado vuestro tiempo.

Pero ambos comentarios están fuera de lugar.

Anónimo dijo...

Si señor.

Anónimo dijo...

Por cierto los piononos de Santa Fé con los que se puede alcanzar el cielo son del obrador Robles,¡que buenos Dios!,y no soy muy goloso, pero esto está de vicio y se mantienen frescos.

Numeritos dijo...

El empate en Anfield tampoco era tan mal resultado.

Anónimo dijo...

Gracias Yerga.
Liga,la que tu tienes que marca es?te costo 150 leuros no?

emiliano dijo...

Hoy entre reunión y reunión sólo he tenido tiempo de comer un sándwich francamente horrible de la máquina de vending marca Acme que hay en mi empresa. Y luego al fútbol, donde nos hemos encontrado con los centrales y el medio centro de todos los días (el medio centro es marca Acme, sin duda) acompañados por el portero candidato a balón de oro, por el ex futbolista que nunca falta y por una banda izquierda comparable a la recordada cuadrilla del arte. Y, ya en casa, triste y abatido me encuentro con la mofa del cruel Numeritos que encuentra en el dolor ajeno las alegrías que le niega su equipo (equipo el suyo de marca Acme, por cierto)

emiliano dijo...

Me voy a consolar mirando la foto de Amancio.

¡Ah!, por si no lo sabéis, la cuadrilla del arte la formaban Isidro y García Cortés, una banda izquierda eléctrica que provocaba pavor en los rivales y estupor en el respetable, o al revés.

Holden dijo...

Emiliano: Al menos Miljanic o Boskov sabían algo de fútbol. El nibelungo, sin embargo, cada vez desvaría más. Hoy ha dicho que han estado "tácticamente" perfectos. Ahora solo falta que Mijatovic diga algo.

Nuestro amigo Luis Martí se debe estar quedando sin argumentos para defender a esta pandilla de usurpadores. Si hay algo con lo que discrepo de Santi Segurola es con su admiración por Raúl y Guti; el primero dejó de jugar al fútbol-si es que alguna vez lo hizo- hace cinco años, y el segundo acabará pasando a la historia como una mala versión de Daniel Solsona.

Como tengo el ordenador “racionado” no sigo con el tema del Madrid.

Tan solo decir que a mí si me gusta que Don Melitón se explaye todo lo que quiera-debería hacerlo más frecuentemente- que Matoses mola y que- qué diablos-que me voy a un restaurante gringo de esos de los que comenta Ligasalsas.

Mañana me toca cenar en el único sitio en Cancún en donde tengo alguna esperanza de hacerlo medianamente bien: el MB del Hotel Aqua. Tranquilos, no tiene nada que ver con el chef de Lasarte. Es el restaurante de Michelle Bernstein, ganadora del James Beard Award de los USA y que decidió cambiar Miami por Cancún. Mañana os cuento, si me dejan.

Holden dijo...

Por cierto, a los que creen que lo de ayer en México fue un accidente, les recomiendo encarecidamente volver a ver Blancanieves, Dumbo, La Cenicienta y leerse las obras completas de Enid Byiton.

Si llego a estar en México me cae encima. Vivo al lado.

Carlos dijo...

Hace unos días probé un vino que me encantó, el 4 Kilos de Françes Grimalt. Este viticultor fue el responsable del AN. Uno de los mejores vinos que probado este año, debe valer unos 28 euros en tienda

Carlos dijo...

Leo en el blog de Eldi, que Adriá dice que es difícil mejorar las hamburguesas de McDonalds.

Dificilísimo, sí.

Advicious dijo...

Gracias Ligasalsas, probaré ese truco!

Anónimo dijo...

Cero argumentos, Holden, cero argumentos. Snif.