domingo, 24 de mayo de 2009

No estaba DiverXO

“En Hollywood ya no se hace cine, están demasiado ocupados concediéndose premios los unos a los otros”. Esto decía Woody Allen hace unos años, dejando claro que a él los premios de la Academia se la soplan.

Yo estoy de acuerdo con Woody. A mí tampoco me gustan mucho los premios. Pero como corro el riesgo de que alguien pueda pensar que no tiene ningún merito proclamar la voluntad de rechazar un premio cuando no se tiene la oportunidad de recibir jamás alguno, voy a apoyar mi argumentación con el ejemplo de gentes destacadas que fueron capaces de rechazar los premios que a ellos sí les concedieron. Hablo de Marlon Brando y de George C. Scott, por ejemplo. Mientras que el primero rechazó el Oscar que le concedieron por su interpretación de Vito Corleone en “El padrino”, el segundo no sólo se limitó a rechazar su candidatura como mejor actor secundario por “El buscavidas”, sino que, además, cuando ganó el Oscar al mejor actor principal por su papel del general Patton, se excusó diciendo que no podía acudir a recoger el premio porque daban en la televisión un partido de su equipo favorito.

No son muchos los que se han atrevido a rechazar un premio, sea cinematográfico, literario, gastronómico o de cualquier otra actividad; y es que, por un lado, a todos nos gusta que nos reconozcan nuestros méritos, pero, además, es difícil renunciar a la publicidad y al impacto positivo que tienen los premios en la taquilla, en las listas de venta o en la caja registradora; en suma, en la cuenta corriente de quien los recibe.

Pero, ya que parece inevitable que se concedan premios y que estos no se rechacen, sería de agradecer que hubiera coherencia en los criterios que deciden la concesión de los mismos. Digo coherencia pero podría decir justicia. Hablemos, por ejemplo, de los Oscar y comentemos algunas curiosidades:

En 1980 el gran Martin Scorsese fue designado como candidato al Oscar por “Toro salvaje”, enésimo ejemplo de lo bien que se llevan el boxeo y el cine desde que Buster Keaton se calzara los guantes en 1926 en “El boxeador” o desde que Chaplin se escondiera detrás del árbitro antes de noquear a su rival al ritmo de “La violetera” (o antes de ser él noqueado, ya no me acuerdo) en la maravillosa “Luces de la ciudad” (abro otro paréntesis para detenerme un segundo en esta película: “¡sólo me reconoces cuando estás borracho!, ¡sólo me quieres cuando me necesitas!” Han pasado casi ochenta años de aquello y me cuesta trabajo nombrar una película a la vez tan amarga y tan dulce, tan alegre y tan triste, tan hermosa). Más ejemplos de cine y boxeo: “Marcado por el odio”, “Más dura será la caída”, “La ley del silencio”, “Cuerpo y alma”, “De aquí a la eternidad”, “Forajidos”, “Mi desconfiada esposa”, “Nadie puede vencerme”, “Fat City”, “El hombre tranquilo”, “Million Dollar Baby”….

La primera vez que vi “Toro salvaje” fue en un cine de estreno de la Gran Vía madrileña y he de decir que ha sido una de esas películas que cambió mi manera de ver el cine. Una historia que me encogió el estómago y un modo de contarla que me paralizó en la butaca. La vida de Jake La Motta, sus sueños, sus esfuerzos por llegar a ser el número uno, su vida privada, la mafia, la vuelta a sus orígenes, Robert de Niro delgado, bailando en el ring al compás del “Intermezzo Sinfónico “de la “Cavalleria rusticana” (escuchando a Pietro Mascagni, vimos bailar a Robert de Niro y morir a Michael Corleone, una vez más, juntos, música y cine); luego más gordo, pidiéndole a su hermano que le golpee en la cara, “más fuerte te he dicho”; mirándose en un espejo y, además, viéndose. Golpes, sangre, cine, cine. Joe Pesci. El sueño convertido en pesadilla. Una película inolvidable.

Ese año el Oscar fue para “Gente corriente”, una buena película que supuso el debut de Robert Redford como director y que, después de casi treinta años, se ve con agrado.

Veinte años antes, en 1960, la pareja mas deliciosa de la historia del cine fue designada como candidata al Oscar por “El apartamento” (fueros designados cada uno por su lado, claro, porque, que se sepa, todavía no existe el Oscar a la mejor pareja). Esto ya se ha dicho por aquí alguna vez pero no hay inconveniente en repetirlo: “El apartamento” es una película maravillosa y, posiblemente, ninguna pareja de actores mereció un premio con mayor justicia que sus protagonistas: “soy como Robinson Crusoe, náufrago entre ocho millones de personas; entonces vi una huella en la arena y allí estabas tú”. Quien estaba allí era la ascensorista más guapa de la historia del cine, “ojalá pudiera enamorarme de alguien como usted”, le dice ella. Cuando tengáis oportunidad, volved a escuchar esas frases. Frases tremendas que se esconden bajo la apariencia de una comedia divertida. Un espejo roto que revela la verdad, un puñetazo que devuelve la dignidad a quien lo recibe y el travellng más hermoso que jamás he visto, y que nos la muestra a ella, tan guapa, correr con el viento acariciándole en la cara “¿Ha oído lo que acabo de decirle, señorita Kubelik? ¡La adoro!”. Una mirada que le responde y que te acelera la respiración: “cállate y reparte”. ¿Es posible imaginar algo más hermoso? Es cine, cine, cine. Jack Lemmon y Shirley MacLaine. Yo también la adoro señorita Kubelik.

Ese año el Oscar al mejor actor fue para Burt Lancaster por “El fuego y la palabra”, y el premio a la mejor actriz fue para Elizabeth Taylor por “Una mujer marcada”. Buenas películas y buenas interpretaciones.

Veinte años antes, en 1940 Ernst Lubitsch rompió el molde rodando en una tienda de artículos de regalo de Budapest la comedia romántica perfecta: “El bazar de las sorpresas”. Esta película tiene algunas secuencias maravillosas. Escojamos algunas de ellas, como aquella en la que James Stewart y Felix Bressart buscan a la desconocida enamorada del primero, a la entrada de un café:

- “Sí, sí, ella lleva un clavel rojo y un libro. Y es Anna Karenina, sí”
- “Pero, ¿es bonita?”
- “¡Oh, sí, es muy bonita! Me recuerda mucho a la señorita Novak”
- “¿Por qué me habla usted ahora de la señorita Novak”
- “Porque es la señorita Novak”

O cuando un solitario Frank Morgan (el mago de Oz, ahora propietario de la tienda cuya mujer le engaña con uno de sus empleados) busca compañía para la cena de Navidad:
- “Rudy, ¿te gusta la sopa de pollo con fideos?”
- “Ya lo creo señor Matuschek”
- “¿Y el pato asado con col roja, puré de patatas y pepinillos?”
- “¡Oh, señor Matuschek!”
- “Y una ración doble de pastel de manzana con helado de vainilla”
- “¡Me encantaría!”
- “Pues te lo vas a comer”

O cuando James Stewart le descubre su oculta identidad a Margaret Sullavan:
- “Si hubiera sabido que yo le gustaba, todo habría sido distinto, señorita Novak. Podríamos estar juntos. Y, si estuviéramos juntos, no seríamos de aquellos que están discutiendo a todas horas. Y si hubiéramos de discutir no sería por maletas o por bolsos, sino por cosas importantes como si su madre o su tía debieran venir a vivir con nosotros.”
- “No se burle de mí Señor Kravitz”
- “Klara, coge tu llave, sácame del casillero y bésame.”
- “¿Cómo?”
- “Querida amiga”
- “¿Eres querido amigo?”
Gesto de asentimiento y rápida pregunta:
- ¿”Estás decepcionada?”
Ella responde:
- “Psicológicamente estoy confusa…”.
Se le ilumina la cara y termina la frase:
“… pero personalmente estoy muy bien”

Parece sencillo pero no lo es. Como dijo Bernard Shaw en su lecho de muerte: “morir es fácil, lo difícil es hacer comedia”. “El bazar de las sorpresas”, por cierto, no recibió ninguna nominación a los Oscar.

Si repasamos la lista de los que no recibieron jamás ningún Oscar nos encontraremos con gente como Alfred Hitchcock, Cary Grant, Charles Chaplin, Peter O’Toole, Kirk Douglas, Gene Kelly, Enrnst Lubitsch, Judy Garland, Howard Hawks, Marilyn Monroe, Orson Wells, Stanley Donen, James Mason…. ¡Madre mía! Podríamos ponernos dignos y comparar estos nombres con los de algunos premiados: Ron Howard, John G. Avildsen, Roberto Benigni, Nicolas Cage, Marlee Matlin, Harold Russell, Michael Douglas…. Ya basta de ejemplos. Sólo quería decir que en el año 2009 se ha publicado la lista de los 100 mejores restaurantes del mundo (creo que estamos de acuerdo en que aparecer en una lista así, es igual que un premio) y en esa lista no estaba DiverXo.

252 comentarios:

«El más antiguo   ‹Más antiguo   201 – 252 de 252
Carlos dijo...

Reclamo a Valdano desde aquí, no solo superioridad futbolistica sino también estetica. No queremos futbolistas cabezones sino potenciales portadas de revista.

No voy a llevar este discurso a la cocina porque sería un terreno chungo.

kalakahua dijo...

Malinche,majetón: el ánimo del madridista es inquebrantable. Son los "aléticos" los que recurren a este tipo de subterfugios, convencidos de que sufriremos como lo hacen ellos con las victorias del Real Madrid. Nunca oí a un madridista decir que es antiatlético.

No sé por qué he salido yo a defender estas cosas, la verdad.


Lo de Noomi lo dije hace tiempo. Tengo pendiente de ver la película. Lleva estrenada en Francia 3 semanas. Pero no da mal del todo. El que no me parece que esté muy logrado es el pavo.

Amfortas, ojo, que este verano va a ser eterno. Escucha el primer minuto de la entrevista de ayer.

Cuidado con Florentino, que gasta más que un marinero borracho.

aquí

kalakahua dijo...

Como he retornado al redil de las series, y en no habiendo nada nuevo en condiciones, he tirado de clásicos. Así que, para los amantes de Los Soprano, recomendar la serie que la precedió de HBO: "OZ". Seis temporadas de un Prision Break pero en bien hecho.

Nacho T. dijo...

Amfortas, si Floren ficha a Messi, me hago un tatu con su cara y un AMOR DE MADRE que no se vaya ni con láser...

malinche dijo...

Inasequibles al desaliento...

Holden dijo...

Como por cuestiones de tiempo llevo varios días leyendo en diagonal paso a comentar temas pendientes.

Amfortas: Como unos caballeros que somos, te felicitamos. No querrás también que encima vayamos con el Barca y que nos presentemos en la Cibeles con una bufanda blaugrana.

A mí, personalmente, me gustaría ver alguna vez una portada en en el Sport o el MD como la que ayer el As, y sobre todo el Marca, le dedicaron al Barca. Aunque hagamos lo que habéis hecho vosotros este año, seguro que mis ojos no lo verán. El seny ese está sobrevalorado para los Mascaros y Cia.

Holden dijo...

Tema Sudestada:

El Burkling Wolf que tienen en la carta marida muy bien con la comida. Incluso si no lo hiciera, no sería motivo para desmerecer su cocina.

Yo siempre he comido QTC Nivel 4,50 a 4,75 en Sudestada.

Además, muchos en su caso, con todo lo que tienen que estar aguantado de las "autoridades" del Ayuntamiento, habrían cogido el primer avión de Aerolíneas Argentinas con destino a la pampa o buscado a alguno de los primos macarrras de Maradona para que fuera hacerle una visita a nuestro Alcalde. Y no, ahí siguen, al pie del cañón.

Holden dijo...

Emiliano: Parece que no entendiste mi crónica de Diverxo. Te cuento:

Como iba con alguien que hacía su debut en DIVERXO, los platos fueron, primordialmente, los clásicos. Las novedades fueron tres, que recuerde.

Una ostra en un aire de coco y no sé que más: QTC Nivel 5

Callos de Cabrito. QTC Nivel 5 también y candidato al Premio al Mejor Plato en la Historia de Diverxo.

Un postre rarísimo que no sé que llevaba. QTC Nivel 5.


Clasificación General: QTC Nivel 5

OK?

Holden dijo...

Por último, ayer regresé a un restaurante que me había entusiasmado, en mi primera visita, la semana pasada. Y, lamentablemente, pocas cosas siguierno el mismo cauce.

La primera vez había sutilidad y producto en cada plato, la segunda vulgaridad y prisas en alguno de ellos, como sacados de una línea de producción masiva. El servicio, nada que ver con la primera ocasión. Uno cree que los restaurantes deberían aplicar siempre la filosofía Joan Crawford: "Miénteme, dime que me quieres" o, al menos, hazme sentir especial. Pues no, algunos están empeñados en no mentir ni siquiera un poquito, al contrario, parece no importarles que se note que les das igual. Tan solo el sumiller y una encantadora chica con nombre de bruja traviesa estuvieron al nivel de mi primera visita.

Having said that, volveré.

Carlos dijo...

Durisimo artículo de De la Serna sobre el congreso de Zaragoza y Santamaria. En elmundovino.

kalakahua dijo...

Gracias Boss Orange, gracias Sienna.

Carlos dijo...

Es cosa de estudiar lo bueno que está el cerdo blanco guardado en orza y cubierto de buen aceite. El lomo frito adobado es una cosa de no creérselo.

YERGA dijo...

¡Cachis!, no probé los callos de cabrito,tendré que volver, sin mi Santa.
El cerdo blanco, puede ser una maravilla, siempre que esté bien alimentado.La duda está en si es mejor el habitual cruce de Large White y Landrace o el Duroc puro... en cualquier caso soy de los que valora mas la cocina que el producto, un buen adobo mejicano ,por ejemplo, puede hacerte levitar con un cerdo blanco.

Jesús Melitón dijo...

Habla hoy Capel en su crítica semanal en El Viajero de "flojito nivel en los fogones" en Piñera. "Trato de alta escuela" lo titula. Destaca la sala y es cariñoso con la bodega, pero le sacude yoya y media a la cocina. También gasta al principio algo de tinta en una breve referencia a "blogs pintorescos" a los que parece que agarra de la patilla por isnorantes.

Conclusión: nivel gastronómico NPI el suyo, señores. A ver si van a mirárselo. Y que no venga nadie diciendo aquello de "ya lo decía yo", que está muy visto.

De todas maneras, voy a leerlo de nuevo, no vaya a ser que la resaca pitarrona me confunda...

Jesús Melitón dijo...

Rectifico: no sacude yoya y media, son por lo menos tres bofetadas. Haciendo amigos en los fogones... ¿y en la "crítica especializada" también?

Juan Luis dijo...

Para los que no lo compren, aquí

yerga dijo...

Coincido con el en definir como "clásica" la cocina de Piñera, obsoleta no,lo curioso es que en mis tres visitas al local no he pedido ni uno de los platos que cita,eso quiere decir que Capel y yo somos muy distintos...¡a mi me encanta el cordero!
Tambien me gustan las cerezas y estoy saboreando unas deliciosas , de precio mas que razonable,3 eur kg,acompañando unos arenques.
Hoy no hay vino.

Carlos dijo...

Es un ajuste de cuentas variado Melitón. De un hombre al que la cocina española le debe tanto y tanto...

Si por lo menos supiese escribir.

Holden dijo...

Que Capel utilice el término pintoresco para referirse a los demás no deja de ser pintoresco. Por lo demás, nada nuevo. Me da que el problema que tiene esta gente es el de los "bragging rights". No, no significa derecho de bragas, sino el poder decir "Yo fui el cliente 0" o "Yo lo he descubierto para vosotros, ignorantes"

albertobilbao dijo...

Buenos días
Yo cada día entiendo menos, ese varapalo es injustificado completamente, huele a revancha.

Lo que es soprendente de Madrid lo poco que se habla ahora de sitios como Zaranda, Chantarella, Antojo,Chaflán, siguen todos vivos?

Un abrazo

José Luis Louzán dijo...

"quien realmente sentencia los restaurantes es la clientela que los visita". Esta frase resume todas las razones por las que la critica gastronomica profesional tiene poco de "profesional" y demasiado de "crítica"...

La taberna mas inmunda de mi pueblo triunfa y sus clientes la sostienen como la cremme de la cremme mientras el mejor restaurante del contorno, cobrando casi lo mismo, sufre la "sentencia"...

En fin...

Carlos dijo...

Hay algo más Holden. El fondo de la cuestión es el decir que la cocina es "obsoleta". Es, una falta de respeto acojonante a Uridaín, un cocinero como la copa de un pino, además de una muestra de arrogancia de primera categoría. "Yo" os digo lo que es "moderno" y lo que no.

¿Es la lasaña de trigueros y foie un plato obsoleto? Que me den cosas obsoletas.

Pero hay algo más si releéis con detalle. Está perplejo porque el restaurante se llena, no se lo explica e intenta desvincular de su éxito cualquier tipo de relación con los blogs, mete de refilón a la crítica profesional -¿Qué crítica profesional en los últimos 6 meses?-

¿Por qué? Porque él sabe que si fuere cierto tiene un problema.

Y al menos en la versión electrónica no habla ni del vino ni del café. ¿Por qué?

Es un ajuste de cuentas, un ejercicio de mala baba y una muestra de debilidad sin precedentes. Falta de influencia, supongo.

Holden dijo...

En otro orden de cosas, y como uno a veces es más rápido con la pluma que Messi en el área rival, decir que a lo mejor me pasé un poco con mi "crónica" del sitio ese que me entusiasmó en mi primera visita.

El problema, quizás, es que tanto la comida, como el servicio, pusieron el listón tan alto que fue imposible mantenerlo en una segunda visita. La regularidad y consistencia no es tan fácil como al resto de los mortales nos parece. Un restaurante, con el nivel que nos obsequió en esa primera ocasión, apunta muy lejos.

Tendré que ir una tercera vez para deshacer el empate. Y si no, a penalties.

Por cierto, nueva visita a Viavélez; esta vez a la barra. Muy bien otra vez. En gran forma Don Paco Ron. Me pregunto qué opinará Capel.

Carlos dijo...

Por cierto, Óscar Portal es un cocinero de primerísimo nivel.

Como muestra el lenguado con picadillo de vieira y verdura o el tartar de atún rojo con ali-oli de pera y helado de rúcola, que me zampé anoche. Dos platos tremendos.

Jesús Melitón dijo...

Es como hacer coincidir a Anton Ego y a Harry el Susio en el espacio-tiempo.

Carlos dijo...

Por cierto, me cuentan que ayer estaban ya troceando a Caramelo en Raza Nostra. Por esta vez me quedo sin probarlo. Me da que asar una chuleta de 3 kilos no debe ser trivial.

kalakahua dijo...

La prejubilación adopta en sus casos más crónicos dos vertientes. La primera, reposada, en la que el tamaño de la lorza bloquea la erección, dando prejubilados mansos y entrañables. La otra vertiente, la llamaremos SLK Compressor, recupera la fotografía del hombre maduro que busca reverdecer laureles olvidados.

Establezco esta hipótesis para tratar de explicar racionalmente alguno de los comentarios vertidos por Capel. Lo de prodigosamente insípido lo pondría en cuarentena. La edad en los prejubilados follarines aplatina el paladar de un modo prodigioso.

Realmente lo que le molesta a Capel es que todos sepamos que confunde un rape con una sardina, lo que espero que no se traslade a su afición por las mujeres.

Ahora, que también creo que en este tipo de venganzas tienen mucha culpa los restaurantes. Si cada vez que entraran estas inmundicias, les corrieran a gorrazos y les dijeran a la cara lo que realmente piensan de ellos se acabaría tanta tontería.

Si no hubiera recibido una educación exquisita, podría caer en la tentación de referirme a Capel como un "tonto con ventanas a la calle". Pero no lo voy a hacer.

Carlos dijo...

De todas formas hay una reflexión obvia. Si al crítico no le gusta, si hay gente en Madrid que llena el restaurante, ¿Qué está pasando?

Se alejan a velocidad de vértigo de la realidad.

Y una segunda reflexión, ¿Cuántas veces se visita el restaurante para hacer una crítica así? ¿Cuántos platos probó?

kalakahua dijo...

PD: lo de Capel me ha quedado al final demasiado poco ácido.

Que conste que he tratado de hacer algo más razonado, pero a la vista de que todo lo referente a la cocina de Piñera es una mera invención, era preferible no partir de premisas falsas, por no fomentar la confusión.

Carlos dijo...

En cualquier caso, la que se desprestigia es la crítica de El País.

Tiene una hemeroteca decente, se pueden releer cosas de los 80, también de la época de Medina. Igualito.

Carlos dijo...

Cierra, quizá solo temporalmente, el Johnny. El colegio mayor San Juan Evangelista.

yerga dijo...

Como no podía ser menos discrepo totalmente de los comentarios de Ka.El tonto no sabe de lindes, su capacidad de exportar juicios apresurados,no meditados,intencionados e ignorantes es infinita.
Un tonto a toda mecha es algo imparable,que arrasa con todo lo que se le pone por delante y,lo que es peor,se enorgullece de desfilar con el paso cambiado,confunde la independencia de criterio y la libertad de pensamiento con el, "pues yo a lo otro",es lo mas profundo de su postura, porque no es otra cosa que una postura...y no les suele gustar el cordero
Os voy a dar una receta "osoleta", cojase un buen canetón,pato joven,frotesé con una buena mantequilla ,sal y pimienta y al horno a 180º ,unos 30 minutos,en los fogones en el entretanto caramelizamos un par de cucharadas de azucar bien colmadas,desleimos con vinagre de sidra,vaso de zumo de naranjas amargas,chorrito de Grand Manier y juliana de pieles de naranja, que reduzca el conjunto, regamos el pato con ese mejunje y otros 15 minutos mas de horno
Lo trinchamos en la mesa, bien lacado y ligeramente sangrante, delante de los amigotes acompañado de una crema de patatas y una ensalada de escarola, lo acaompañamos de un vino que nos guste lo justo un Champigny de Anjou , por ejemplo.
"Osoleto" ,pero rico , rico.

yerga dijo...

Tambien discrepo con Ka en que ha estado poco acido, no lo ha estado en absoluto,la victoria del Barça supongo.

emiliano dijo...

Si alguna vez me prejubilo, no pienso decírselo a Kalakahua. Acojonadito estaría.

kalakahua dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
kalakahua dijo...

Tenga en cuenta, Yerga, para empezar, que yo no he llamado tonto a nadie. Mi educación me lo impide.

En cualquier caso discrepo también.

Se le escapa que dentro de la categoría de tonto, la subespecie "con ventanas a la calle" (en adelante CVC) presenta ciertas particularidades que, por lo farragoso que sería desarrollarlas a estas horas, me voy a abstener de hacerlo, limitándome a aportar tan sólo unos breves apuntes.

El dicho "Cuando la vía se acaba el tonto sigue" puede constituirse en un punto de partida idóneo. Efectivamente, el tónto estándar continúa la senda ad infinitum. En el caso de la modalidad CVC, el tonto hace una paradiña, atisbo de una reflexión, probablemente tan solo reminiscencia de los intentos cognoscitivos de los primeros homínidos. Pero ese momento de gloria, la perplejidad ante la sensación de una sinapsis neuronal, es lo que hace que, en ese momento, y sólo en ese, envíe su texto al periódico.

De lo que no hemos hablado es de Berlusconi y de su amor por las jovencitas. Y de esas fotos que están a punto de aparecer. Me da que es otro representante de la prejubilación follarina. Al menos presenta bastantes de las características que se reflejan en "El Tratado de la Prejubilación" de Arnold Mauser.

Emiliano, usted está ya prejubilado, no trate de engañarnos.

enoilógico dijo...

A mi sí me parece que Capel, a diferencia de otros, sabe escribir. Otra cosa es que no me interese lo que escriba. Mantiene además una distancia intelectualoide, una pose decimonónica, que se lleva mal con esto del comer y del beber. Prefiero los errores de alguien que disfruta, que los aciertos de una estrategia de intereses,de un trabajo entre lo funcionarial y lo esclerótico . Y eso que sé de errores de bulto cometidos por él, como por otra parte es normal, aunque alguien como él seguramente nunca estaría dispuesto a reconocerlos. Sus cachetaditas a los blogs me suenan a un "chusma chusma" de un pijoaparte del barrio de Salamanca entrado en años

Holden dijo...

Creo que están buscando casting para "Dumb and Dumber 3". Según parece, es una road movie y transcurre entre de Vouvray y Montrachet.

Se admiten ideas.

Carlos dijo...

Eso me retrotae al comentario de Almodóvar sobre El País al respecto de su crítica. Adaptándolo: "¿Y no tendrá alguien El País a quien le guste comer?".

kalakahua dijo...

Para dejar de hablar del "Tratado Sobre Tontos" un rato, comentar que ayer se abrió Gingerboy, un restaurante de comida asiática a domicilio y para llevar. El local está en la calle Murillo, 1 de Madrid.

Muy sabrosos los currys, pero, en general, todo a un nivel más que razonable;* sabores auténticos y con unos precios ajustados (creo que se dice así). En la cocina algún viejo conocido de los fogones de algunos de los asiáticos más conocidos de la ciudad.

Personalmente echaba de menos algo cómo ésto.


*obsérvese el uso del punto y coma

Carlos dijo...

Hoy prefiero recordarlo, como el día que descubrí esta versión de Waltzing Mtilda.

Yo la escucharía.

Fartón dijo...

Bueno, a lo mejor Capel comió mal en Piñera... Pero hay mala baba en ese artículo, sí. Algo le pica, y a lo mejor más de una cosa.

Yo comí (cené) bien en La Manduca de zagra. Éramos cuatro y compartimos los primeros, que fueron desfilando por este orden: unos espárragos templaditos con (a elegir) vinagreta y mayonesa, unos corazoncitos de alcachofa rehogados (muy tiernos, pero un pelín cocidos de más), un "milhojas" de foie, manzana y salmón à la Berasategui y los pimientos de cristal (fantásticos). Todo sencillo. Todo estupendo. De segundos, compartí un cogote de merluza (rico, pero un pelín hecho para mi gusto, aunque no para otros) y un rabo de toro deshuesado con boletus fantástico, suculento. Con tres postres, dos botellas de vino, tres finos de aperitivo y agua, salimos a 70 euros por cabeza, que creo que no es mal precio para la calidad de la pitanza y el disfrute. A mis amigos, que venían de Barcelona, les pareció barato.

Por cierto, el segundo de los vinos fue un Ribera llamado "Doncel de Mataperras". Os adelanto que lo elegimos por el nombre (qué pasa, un criterio como cualquier otro). Astringente, muy tánico, al principio, pero luego se fue oxigenando y me pareció muy rico. ¿Lo conocéis?

Fartón dijo...

Ah, y después nos tomamos una copa en la terraza del Urban. Hacía bastantes meses (desde que tuvimos el niño) que no lo hacía. Me parecieron caras de carallo, pero aquello estaba hasta arriba. Y en La Manduca de Azagra (con A, que antes me la he dejado), también lleno (o casi). La crisis la sufrirán otros...

kalakahua dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
kalakahua dijo...

Aporto una demostración de que, solicitando las cosas con respeto y educación nos entendemos todos.

Lo digo por Capel, claro.

demostración aquí

Carlos dijo...

Tiene razón Emiliano. Entre una mayonesa casera y la de bote hay una diferencia estratosférica. Por esto, es imposible que una ensaladilla rusa en un restaurante siquiera se aproxime a lo que se hace en casa.

Carlos dijo...

Fartón, ese vino es de Marqués de Velilla. Una bodega precursora en el sobreuso de la madera americana. Tiene buenas críticas en Verema, Paco Higón lo califica de un vino muy del "gusto internacional". El nombre es bonito, sospecho que del pago donde se hace el vino.

Carlos dijo...

Me pregunto qué pasaría si mañana aquí saliera una crítica salvaje sobre un restaurante ensalzado por el crítico "moderno". Seríamos el cáncer, lo peor.

Un día hablaremos de cómo se liga una salsa, en qué salsas ha de usarse y de los prejuicios del ignorante sobre la harina. Creo que lo titularé, ¿Es la xantana mejor que la harina?

Todo esto, con total modestia, y de alguien que jamás en la vida ha utilizado concentrados de seta para cocinar en Don Giovanni; invitado por Andrea para agasajar a algunos amigos. Para acabar haciendo un ridículo curioso, por cierto.

Fartón dijo...

Ya he estado viendo por ahí, Carlos. He leído que el nombre del vino viene del de un árbol centenario que (supongo) debe estar en la finca.

Hoy abrimos la teporada de ensaladilla rusa en casa, con mayonesa casera, cómo no. Esta vez lleva alcaparras.

emiliano dijo...

La ensaladilla rusa es un plato sencillo de hacer aunque un poco laborioso. Los trucos para que salga buena son simples:
1. El punto de la patata. Si te queda cruda, la ensaladilla estará incomestible.
2. Con las verduras (judías verdes, zanahorias...) olvídate de los frascos, de los preparados y de los congelados. Simplemente verdura fresca cocida.
3. Una mayonesa suave: huevo, un chorrito ligero de limón, sal y aceite (mi favorito es un aceite aragonés de variedad empeltre, suave, pero infinitamente más sabroso que el girasol). Y un truco de Sacha: incorporar a la mayonesa un poco de aceite de la lata de atún.
4. Que no esté helada. Tenerla una hora fuera de la nevera y añadir la mayonesa a última hora.
Después, añade lo que te apetezca (aceitunas, huevo duro, atún, gambas…). Aplicando estas reglas, es prácticamente imposible que te salga mala y, sin duda, será superior a cualquier ensaladilla de restaurante.

Lo del ranking de ensaladillas, en mi modesta opinión, es una chorrada. Son todas malas.

Carlos dijo...

La myonesa de bote es un asco, pero hay buenas conservas. A mí en verano, me gusta tirar de latas. Latas de buenos pimientos, de ventrescas, de escabeches...

Me gustan mucho los de Campos, quizá lo mejor que ofrezca sean los mejillones, pero conviene no perderse su ventresca.

Carlos dijo...

Latas y encurtidos. Me sorprendió la afición de los neoyorquinos a los pepinillos. Ellos los llaman pickles.

Cerca de Little Italy hay una tienda deliciosa y pequeñita que se llama The Pickle guys, ofrecen decenas de encurtidos, entre ellos, cómo no pepinillos con diferentes grados de maceración. Me gustaron mucho los más macerados, menos acentuados de vinagre que en España, más salinos.

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