lunes, 23 de mayo de 2011

Sucedáneos

“Es tan buena esta malta que parece café”. Eso decía un anuncio que se publicó en la prensa hace ya muchos años, en una época de montañas nevadas y banderas al viento, cuando los hombres llevaban sombrero, las mujeres eran el reposo del guerrero, los niños rezaban en las escuelas, los fumadores fumaban tabaco de picadura procedente de colillas recogidas en el suelo, los españoles éramos una unidad de destino en lo universal y la malta tostada se utilizaba como sucedáneo del café. La malta debe saber muy mal. En las viejas películas del Oeste era habitual ver como, al terminar la jornada, los vaqueros acampaban en un claro al atardecer para compartir un plato de judías con tocino y una taza de café junto a una fogata. Las judías se las comían con apetito, pero el café les provocaba casi siempre un gesto de asco. A veces, uno de ellos escupía el brebaje que estaba bebiendo y se lamentaba indignado: “No hay derecho a que se obligue a un hombre a beber esta porquería”. Yo no era capaz de entender la razón por la cual les salía siempre a todos el café tan malo, hasta que llegó Walter Brennan y nos lo explicó a la orilla del Río Rojo: “Yo no puedo hacer nada más. Es imposible que unos granos de cereal tostado puedan tener gusto a café.” O sea, que era malta. Yo creo haberla probado, no estoy seguro. Pero si alguna vez lo hice, ya olvidé su sabor, sin duda debido a que mi relación con ella fue muy fugaz. Sí recuerdo, en cambio, un frasco de EKO que nos aguardaba a mis hermanas y a mí en las estanterías de la despensa de la casa de mi abuela. En el frasco habitaban unos polvos de color marrón, obtenidos a partir de una mezcla de cereales, listos para ser disueltos en la leche. Decían que el EKO sabía a café, pero a mí, que era miembro destacado del club del Cola Cao, no me gustaba. Una vez quise imitar a esos duros vaqueros y escupí la bebida con gesto de asco. Todavía recuerdo el guantazo que me llevé.

No era la malta el único sucedáneo del café que se podía encontrar. El uso de la algarroba o de la achicoria secada, tostada y molida se popularizó en la España de los años cuarenta y cincuenta, junto con el NO-DO, la revista Signal, las canciones de Jorge Sepúlveda y una especie de tabaco rubio llamado “Tritón”, al que, según cuenta Forges en “Los Forrenta Años”, pronto los españoles de la época le asociaron los slogans correspondientes. “Tritón, estacas a millón”, o “Para gibar su pulmón, lo mejor: fume Tritón”. Poco después llegarían el “Bubi”, el “Bisonte” y el “3 Carabelas”. Para poder fumar “Fortuna” o “Lola” todavía habría que esperar un poco más, y para encender un ducados rubio, ya ni les cuento. Me acuerdo de aquellos pitillos bisonte que un compañero de clase le mangaba a su padre y que nosotros nos fumábamos a la hora del recreo escondidos en alguno de los mugrientos váteres del colegio. Eran tan malos que enseguida nos aficionamos al tabaco negro con filtro: “Record”, “Fetén”, “Jean”, “Ducados”, “Mencey”, “46” y “Rex”. También estaban los cigarrillos “Sombra”, que no sabían a nada: “Sombra sabe negro suave”, decía un anuncio publicitario que parecía haber sido escrito por un jefe comanche. Fumábamos negro porque no teníamos pasta para comprar tabaco rubio americano y porque la publicidad de la época nos aconsejaba comprar productos españoles. “No compres a quien te insulta, compra nacional”, nos decían; y nosotros, obedientes, nos gibábamos los pulmones con pitillos del país. Pero dejemos el tabaco y volvamos a la achicoria, para alegrarnos todos con la recuperación de un producto tradicionalmente considerado de segunda categoría, pero que puede volver a ponerse de moda, ya que se está intentando estimular su consumo, e incluso existe una página web (www.achicoriatv.com), impulsada por Elena Arzak y Koldo Royo, en la que se ofrecen recetas muy apetecibles, como los “lomos de sardina y achicoria rancia” de Marcos Morán o el “cafetocaldo” de Marcelo Tejedor.

Hoy se pueden encontrar en los supermercados cada vez más sucedáneos (cárnicos, lácteos, del mar, o de lo que sea) que guardan un sabor vagamente parecido al del producto original, por no hablar de ese sucedáneo de pan que nos sirven en los restaurantes y nos venden a diario en las panaderías. Pero la aparición de sucedáneos ya no suele depender de la escasez de un producto o de su precio. Lo que prima es la salud: nuestra salud y la del planeta. Se trata tanto de eliminar grasas y otras sustancias poco saludables para nuestro cuerpo como de obtener los productos por medio de técnicas no contaminantes para el medio ambiente. A lo mejor, con el consumo de estos diferentes tipos de productos podremos tomar menos pastillas en nuestra vejez y, además, lograremos retrasar el colapso ecológico al que estamos abocados. Pero a veces la lucha por mantenernos sanos nos puede convertir en unos desgraciados. Fue en Sevilla donde oí por primera vez eso del “desgraciao”. Como ya sabrán ustedes, un “desgraciao” es un café descafeinado con leche desnatada y sacarina. Yo lo he probado y tampoco es para tanto. Todo depende de la calidad del café. Más de una vez he tomado alguna taza de café natural con leche entera y azúcar que me ha hecho mucho más desgraciado que ese “desgraciao”. Lo que sí que me haría infeliz sería tener que tomar margarina en lugar de mantequilla. La margarina tiene menos grasa, aporta menos calorías, sale más barata y se unta mejor; lo único malo es que sabe a margarina. Pero además de la salud también influye la comodidad, ya que, si no es por esta razón, resulta difícil de explicar que alguien pueda tomarse un vaso de gazpacho Don Simón o una ensaladilla Frudesa embadurnada de mayonesa Calvé (la número uno, por cierto, en el ranking de ensaladillas rusas de un sobrino mío que está estudiando para crítico gastronómico). Como decíamos antes, cada vez hay más sucedáneos, pero a nuevos tiempos, nuevas razones. Si en la posguerra fue la escasez lo que popularizó las algarrobas en vinagre, la harina de almortas, el boniato blanco y el pan negro, hoy día las causas que motivan la existencia de sucedáneos son otras, aunque siga habiendo alguna excepción, como por ejemplo los sucedáneos del caviar o de las angulas, justificados por la escasez y por el alto precio del producto original.

En la industria farmacéutica también se buscan productos sustitutivos para los medicamentos de éxito, como el sucedáneo de la Viagra que, según me han comentado algunos amigos blogueros, funciona muy bien. En fin, ya me perdonarán, pero no he podido resistir la tentación de caer en el chiste fácil. Aunque no lo confesemos, la verdad es que los hombres estamos muy contentos con la aparición de un producto que nos devuelve la fe en las investigaciones científicas y nos permite mirar el futuro con optimismo. Después de años de fracasos de los laboratorios en la búsqueda de tratamientos anticelulíticos milagrosos o de nuevos remedios contra la calvicie, la Viagra nos proporciona la posibilidad de poder soñar con una vejez lasciva e impúdica, en la que los estragos de la edad no nos supongan un freno para seguir dando rienda suelta a nuestros desenfrenados apetitos. Aunque hoy todavía no la necesitemos, mañana, ¿quién sabe?

En ocasiones los sucedáneos de un producto pueden matar, como ocurría con el sucedáneo de penicilina que vendía Harry Lime en el mercado negro de la Viena ocupada por los aliados después de la Segunda Guerra Mundial. En realidad se trataba de una penicilina adulterada con polvos de talco, que provocaba la enfermedad y la muerte de aquellos que la tomaban. En lo alto de la noria Harry charlaba con su amigo Holly Martin: “¿De verdad sentirías compasión por alguno de esos puntitos si dejara de moverse para siempre? Si te ofreciera veinte mil dólares por cada puntito que se parara, ¿realmente me dirías que me guardase mi dinero, muchacho, o empezarías a calcular cuántos puntitos podrías permitirte dejar con vida? Libre de impuestos, amigo, libre de impuestos. Hoy en día es la única forma de ganar dinero.” Después, ambos se bajan de la noria y Harry suelta su famoso discurso de despedida: “Cuando te decidas, avísame: me veré contigo donde quieras y cuando quieras; pero cuando llegue ese día quiero verte a ti, no a la policía... y no te pongas tan serio... Después de todo, no es tan terrible; recuerda lo que dijo no se quién... En Italia, en treinta años de dominación de los Borgia hubo guerras, terror, matanzas, derramamiento de sangre; pero también Miguel Ángel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza por el contrario tuvieron quinientos años de amor fraternal, democracia y paz, ¿y cuál fue el resultado? El reloj de cuco. Hasta la vista, Holly.” Según Harry, son los períodos de guerras y de terror cuando los hombres damos lo mejor de nosotros mismos, mientras que la paz no es más que un sucedáneo transitorio que nos convierte a todos en unos despreocupados. Si eso es verdad, y teniendo en cuenta que no hay nada más aterrador que la realidad económica que nos rodea, podemos deducir que estamos a las puertas de un nuevo Renacimiento cultural, por más que muchos hubiéramos preferido un poco más de tranquilidad y conformarnos, a cambio, con el reloj de cuco.

Lo cierto es que puede haber sucedáneos de cualquier cosa. Una vez me compré en Paraguay un Rolex por tres dólares. Estaba yo tan contento admirando mi nueva adquisición, cuando se me acercó un turista para explicarme que me habían timado, ya que más abajo él había comprado un reloj igual que el mío solo por un dólar. No se. Yo creo que el suyo no era un Rolex auténtico. Los sucedáneos de Chemise Lacoste se identifican porque tienen el cocodrilo más grande (o más pequeño, ya no me acuerdo). En estos casos, más que de sucedáneos, se habla de imitaciones o de falsificaciones. Hace años leí la noticia de que los propietarios de una tienda en Almería, procesados por la venta de ropa falsificada, habían sido absueltos ya que las falsificaciones que vendían eran tan malas que no se podía considerar que hubiera timo; y es que a veces un trabajo mal hecho tiene también su recompensa. En el deporte también nos encontramos con algún caso. A mí, qué quieren que les diga, la Formula 1 y las carreras de motos siempre me han parecido sucedáneos de deportes, por más que sea en el bloque deportivo de los telediarios donde nos informen de los piques existentes entre Jorge Lorenzo y Dani Pedrosa o de la posición que ocupará Fernando Alonso en la parrilla de salida del próximo gran premio. A veces el sucedáneo no es el deporte en sí, sino el deportista o el equipo, como un sucedáneo de equipo de fútbol que juega en la liga española y del que no voy a decir su nombre para que no se enfaden conmigo los aficionados colchoneros.

En la televisión se pueden a todas horas sucedáneos de programas informativos, en los que prima la opinión sobre la noticia. En las páginas web de los periódicos, las noticias poco a poco están dejando también de tener cabida para ser sustituidas por comentarios (los cuales tienen como objetivo provocar más comentarios de los lectores; cuantos más, mejor) o por encuestas online: “¿cree usted que Zara debería abrir una nueva tienda en los Campos Elíseos de París?”, o “¿hace bien Sienna Miller en perdonarle a Jude Law sus infidelidades?” Y yo qué se.

Los aficionados a la fiesta nacional dicen que es frecuente ver salir de chiqueros a sucedáneos de toros que serán lidiados por sucedáneos de toreros. En estos casos no se habla de falsificación, sino que se utiliza como sinónimo el término “descafeinado”: “estocada corta, trasera, tendida y caída de Salvador Cortés a un victorino descafeinado.” También resultan descafeinados el Festival de Eurovisión y los debates que realizan los candidatos en las campañas electorales, aunque solo cuando lo que se dice en dichos debates carece de interés para los ciudadanos, es decir, casi siempre. Con los sucedáneos de políticos ocurre lo mismo que con la penicilina de Harry Lime: son perjudiciales para la salud. Los españoles parecen estar divididos entre los que piensan que tenemos un sucedáneo de Presidente de Gobierno que lidera un partido descafeinado, y los que opinan que en la oposición hay un aprendiz de líder que, además de ser incoloro, inodoro e insípido, preside un partido político que sabe a malta tostada. Últimamente abundan también los que piensan que ambas cosas son ciertas.

En el mundo del espectáculo también ha habido muchos sucedáneos. Se decía que Mireille Mathieu era un sucedáneo de Edith Piaf y que Conchita Márquez Piquer lo era de su madre, Doña Concha. Engelbert Humperdinck imitaba a Tom Jones. Los Monkees imitaban a Los Beatles y Los Archies a Los Monkees, salvo por el pequeño detalle de que eran un grupo de dibujos animados. Pero daba igual, su canción “Sugar, sugar” molaba un montón. En España trabajó durante algunos años un presunto cómico chileno llamado Bigote Arrocet, que en realidad era un sucedáneo de Cantiflas, como si no hubiésemos tenido suficiente con el original. Billy Wilder fue considerado durante un tiempo un imitador de Ernst Lubitsch. El propio Wilder alentaba la leyenda contando que en su despacho colgaba un cartel en el que se podía leer: “¿Cómo lo haría Lubitsch?”. Me parece muy bien. Uno puede también demostrar su talento escogiendo a sus modelos. Si eres director de cine y quieres resolver una escena, nada mejor que preguntarte cómo lo haría Lubitsch. Cada vez que un director rueda una película de suspense se habla del “nuevo Hitchcock”, pero no son más que trucos publicitarios para acercar al público a la taquilla. Ojalá el cine actual estuviera lleno de nuevos Hitchcock, de nuevos Wilder y de nuevos Ford. También se ha dicho que Kevin Costner es un sucedáneo de Gary Cooper y que George Clooney lo es de Clark Gable. Yo no estoy de acuerdo con esto, ya que, como todo el mundo sabe, el único sucedáneo de Clark Gable es un conejo que se llama Bugs Bunny: “¿Qué hay de nuevo, viejo?”

En los dibujos animados podemos encontrarnos otros casos de sucedáneos: el cerdito Porky estaba basado en Oliver Hardy y el Gallo Claudio (“Oye hijo, digo hijo, digo hijo”) en un senador norteamericano que no conozco, pero al que debía de ser tronchante escucharle soltar un discurso. A veces es la realidad la que imita al arte: fíjense ustedes con atención y se darán cuenta que Álvarez Cascos es en realidad una mala imitación de Pedro Picapiedra.

Uno de mis sucedáneos animados favorito es Betty Boop, personaje creado por Max Fleischer con el rostro y la voz de Helen Kane, la popular interprete de canciones tan maravillosas como “I wanna be loved by you” (canción que seguramente podremos escuchar en el paraíso, cantada por una joven Marilyn, vestida con el traje que llevaba en “Con faldas y a lo loco”) y “Button up your overcoat”, que, por si no lo saben ustedes, les diré que es la canción que interpreta Susan Sarandon en “Primera plana”, película que me gusta más cada vez que la veo. En el cine los sucedáneos se llaman remakes. Alguien definió el remake como “hacer mal aquello que hizo bien otro antes que tú”. La mayoría de las veces es cierto, pero en esta ocasión no lo es. Esta vez Wilder hizo de maravilla algo que Hawks ya había hecho de maravilla antes. En “Primera plana” están Jack Lemmon, Walter Matthau y una jovencísima Susan Sarandon cantando al piano:

“Button up your overcoat,
When the wind is free,
Oh, take good care of yourself,
You belong to me!

Eat an apple every day,
Get to bed by three,
Oh, take good care of yourself,
You belong to me!”

Pero si nos ponemos ahora a hablar de remakes, nos pueden dar las tantas. No pensaba que el tema de los sucedáneos diera para tanto, así que punto final. Y para terminar este sucedáneo de artículo, nada mejor que escuchar a
Betty Boop y a Marilyn . Que lo disfruten.

249 comentarios:

«El más antiguo   ‹Más antiguo   201 – 249 de 249
txangu dijo...

El problema que yo veo al negocio, Licenciado, es que no me imagino casi nunca decidiendo con 24 horas qué voy a cenar y beber al día siguiente. El vino ademá me llegaría agitado y habría que esperar otras 24 horas.
Es una opción que funciona, en cambio, cuando uno quiere madurar una cantidad elevada de un mismo vino o si el almacén es realmente accesible a la clientela (llegar a pie, quicir).

Licenciado Vladimiro dijo...

Pues ése, Txangu, yo creo que es el menor de los problemas. Si te tomas la molestia de contratar este servicio y pagar con él, lo más seguro es que lo utilices para botellas de considerable valor cuya apertura no improvisas en esa misma mañana, sino como mínimo con unos días de antelación, en vistas a una cena especial, el fin de semana, una cata etc. No creo que haya mucha gente que improvise el descorche de un Borgoña de 200€ que lleva nueve años de guarda porque el cuñao ha aparecido de improviso a ver el fútbol...y si hay ese tipo de gente, imagino que el espacio será el mínimo de sus problemas =)
Buena crítica, no obstante.

Otra posibilidad serían "taquilleros" accesibles 24h. con llave y una cámara de vigilancia, pero entonces ya hablamos de un alquiler del sotanillo en un barrio "bueno" (eje Castellana) y la inversión se nos hace más riesgosa, amén de todas las dificultades que conlleva.

A mí el tema me empieza a tocar de cerca, porque me vuelvo a vivir / ejercer (que no es lo mismo) a España (a Barcelona en concreto: climatología de pesadilla), ya sentando la cabeza y al menos por unos años (en principio), y estoy pensando en comprarme un armario Sommelière de esos.

Espeto dijo...

Licenciado, por partes:

Yo tengo la suerte de contar con un sótano grande. Aunque el clima por aquí es igual o peor que en Barcelona (la humedad es tremenda y en verano se rebasan con facilidad los 30 grados) lo cierto es que a la hora de hacer la casa hubo con profundizar mucho hasta alcanzar el firme. Por eso, aunque no esté en condiciones óptimas si que el ambiente goza de cierta estabilidad y, más o menos me apaño para conservar unas 250/300 botellas. Las más delicadas suelo dejarlas en un armario climatizado aunque no te creas que el invento me terrmina de convencer.

Por otro lado, ese negocio que planteas yo lo he visto en Estados Unidos y Asia y, más cerca, en ciudades como Londres. Creo que Berry & Bros - que son unos grandes marchantes de vino - y otros lo ofrecen. También lo he visto en Alemania como servicio adicional que ofrecen algunos restaurantes, clubes sociales y hoteles. Es más, un buen amigo aquí en la Costa del Sol se planteó eso de los taquillas con llave y entrada independiente en su restaurante pero la cosa no cuajó.

El problema, creo yo, es que el consumo de vino en casa (o el descorche en los restaurantes) es una costumbre todavía demasiado incipiente en España. Personalmente conozco poca gente que conserve un número considerable de botellas de alto valor en sus bodegas. Y, los pocos que conozco, terminan acondicionándola. Creo que es obvio que ese servicio debe estar dirigido a conservar grandes vinos, a una clientela de poder adquisitivo alto. Y a día de hoy me da la impresión que ni Madrid da para un negocio así a una escala mediana, ni la mentalidad patria está preparada para ceder botellas, conservarlas y recuperararlas a cambio de un canon. Es más, me gustaría saber qué te dicen en una compañía de seguros de aquí de un negocio así.

En cualquier caso, alguien tiene que ser el primero y tampoco le veo unos costes excesivos. Buena suerte si te decides y cuenta conmigo si te puedo echar una mano en el asunto.

Ambrosio dijo...

Licenciado, la idea original pero mal negocio, los costes os comerían, no recuperaríais ni la inversión. Pongamos que os entregan 1.000 botellas a 10cts/botella serían 100€/día. Acondicionar el sótano no os cuesta menos de 180.000€, no sirve cualquier aparato de aire acondicionado ni cual quier pared, habría que aislar el local convenientemente, dotarlo de energía eléctrica trifásica, que las Consejerías de Industria y Sanidad os diesen los permisos correspondientes, como también que la empresa eléctrica te apruebe el proyecto firmado por un ingeniero industrial, con todo esto en regla y algo más que se me ha podido olvidar, tenéis que coger un reclinatorio de beata para que no os duelan las rodillas de implorar una póliza de seguro de compañía en compañía. Mira, yo que vosotros montaba un sex shop en Internet o me dedicaba a tupper sex, no tiene tantos inconvenientes como la bodega de alquiler. No lo digo por desanimaros.

Ambrosio dijo...
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Ambrosio dijo...
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Ambrosio dijo...

¡Coño!...

Nopisto dijo...

En Madrid ese tipo de bodegas de almacenamiento ya existen. Desde hace años aunque debo confesar que no conozco a nadie que las utilice. Los primeros de los que oí hablar fueron Los de popywine en Guzman el Bueno que alquilan nichos para guardar botellas. Mas elaborado, los de Pinkerton and Wine empezaron conel almacenaje con la opción de que tu decidías que vino te ibas a cenar esa noche y ellos te lo mandaban envasado al vacio ( esto no se para que,, pero era así) finalmente descubrieron que el negocio que era vender vino en le mercado de San Miguel multiplicando el precio por 10 y no se si seguirán con la idea primigenia. Finalmente, la mejor opción que he encontrado son los trasteros que suelen alquilar en las afueras de la ciudad en los que alquilan locales climatizados como bodega por precios relativamente asequibles.

Espeto dijo...

La verdad es que estaba pensando más en costes fijos que en la inversión inicial cuando te decía que le veía unos costes asumibles.

Quien quizás te pueda orientar un poco sobre el tema sea Weirdo. No tanto por el negocio en sí sino porque te hagas una idea de la inversión que puedes necesitar para acondicionar un local.

kalakahua dijo...

Esos trasteros en las afueras de la ciudad terminan siendo excusas para ir a ver a la chavalilla de las afueras de la ciudad. Tanta guarda, para luego morirse de repente y que se beban la herencia los cuñados.

Yo pensaría en un dispositivo de autodestrucción en caso de muerte. Eso sí que es negocio.

Jesús Melitón dijo...

No entiendo cómo podéis vivir con tanto vino en casa. Se nota que padecéis de dependencia relativa.

Espeto, si te mando a un par de fieras, en una semanita se soplan tu bodega entera. Solamente tendrías que darles (echarles) a ratos un poquito de jamón. Ahora, no les pidas exquisiteces (ni disfrutarlos ni sacar notas de cata).

Y otra cosa. Pediría al moderador que anule el toing de Txangu. Ha sido con paradinha.

Jesús Melitón dijo...

Y en efecto, un sótano fresquito en verano se puede alquilar por horas muy bien. Si os decidís, ya metidos en gastos poned un espejo en el techo y dejad hueco en el centro para una cama de agua redonda. Y un enchufe para un radiocasette. Y un lavabo y una silla.

Espeto dijo...

A ver si te crees que las 250 botellas son buenas. Hay un activo flotante de unas 50 para cuñados, primos, visitas y otra gente de mal vivir. De alguna forma tengo que deshacerme de años de regalos de empresa (ay, qué tiempos aquellos).

Yo a las fieras les pongo panchitos. Que no está la cosa para tanto jamón.

Carlos dijo...

Yo jamás guardaría un Volnay de Lafarge del 96, no tengo sitio y quizá me pensaría en contratar un espacio. Pero está bien que haya gente que lo haga, porque qué pedazo de vino-productor.

Si lo hiciera pensaría en un alquiler a 30 años vista. No me gustaría tener que trasladar mi bodega dentro de cinco años.

Carlos dijo...

Cosa rica el rabo de cerdo. Tengo que incorporarlo al recetario.

Licenciado Vladimiro dijo...

Gracias por los reveladores aportes.

El principal problema que veo a esta idea de bombero (esto no es más que una idea que hemos hablado una tarde...hasta ahora nuestro negocio más logrado fue una megapaella + capea de vaquillas, eso dice todo de nuestro nivel de zofisticazión...la heconomía del conozimiento) es lo que dice Espeto. Me temo que ni Madrid a día de hoy tiene masa crítica para este negocio. Mucha de la gente de alto poder adquisitivo vive en las afueras, en chalets con mucho espacio. En sitios tipo NY otro gallo cantaría.

Los problemas "regulatorios" que dice Ambrosio son el otro lastre. No obstante, ¿180.000 euros para acondicionar un sótano? :$ ¿Alicatado con mármol de Carrara, candelabros de época colgando del techo?

kalakahua dijo...

Espeto, te recuerdo que has dicho vinoso y activo flotante en un rato.

kalakahua dijo...

Lisensiado, es evidente que te quedaste en los precios de los 90. Si lo alicatas como dices no te baja de 300.000. Salvo que tu sótano sea como el de Buried.

Carlos dijo...

Le voy a proponer a Arzak/Arguiñano un reto. Dejarle los viernes el programa a Arzak para que cocine. Las cosas que propone los viernes Juan María me parecen, básicamente, una gilipollez y las amas de casa no son idem.

Ambrosio dijo...

No, no, Licenciado... algo sencillito, nada de materiales nobles. Sólo en permisos, licencias, tasas, honorarios de profesionales liberales (abogado, gestoría, arquitecto, ingeniero, algún otro que quizá olvide y, que no tengas que necesitar atención permanente de una enfermera para que vigile tu tensión arterial...), inspecciones, etc. se os van entre 12.000 y los 18.000€. Luego el fontanero, el electricista, el frigorista y de alicatar nada, piedra, madera cojonuda o corcho, e incluso ambos materiales... todo mimo es poco, porque ahí pretendes meter un un producto con vida y que continuamente está en desarrollo, por tanto, necesita respirar, así que le tienes que poner un apartamento sin vistas pero regio.
Nada, taberna de bocata de atún con mejillones o anchoas o bien el roller y a hacer reuniones de tupper sex.

Bueno voy a plancharme la cola de un salmón y cenármela con una "limoneta"

pedro dijo...

En Madrid Espacio Plus te ofrecen unos pocos m3 aclimatados. El vino lo llevas y lo traes tú. Alrededor de 80€/mes, 3 metros de altura y entre 1,5 y 2m2 de planta.

Lo de manejar el vino de los demás, en cuanto la cosa tomase algo de volumen, o lo tienes muy pero que muy bien montado --léase personal medianamente formado (risas), una gestión de almacén en condiciones-- o pienso que estás abocado a la catástrofe. Ya sabes, no es lo mismo un De La Romanée que un Romanée Conti de la Romanée Conti, un Echezeaux que un Grands Echezeaux (y ya Alemania ni te cuento); confusiones de añadas,...

Pero vete a saber, lo mismo te forras.

En Borgoña hay unos cuantos almacenes que te dan ese servicio, más orientado a gente que mueve bastante volumen: restaurantes, comerciantes, coleccionistas o aficionados con posibles. Y muchas veces, cuenta un restaurador que lo usa, las botellas cambian de dueño y precio sin moverse de allí.

En NY --Londres,...-- también hay servicios similares. Quiero recordar uno que en su argumentario de ventas citaba la improbabilidad de terremotos en la ubicación en que se hallaba.

Carlos dijo...

Premios nacionales de gastronomía 2010:

Mejor jefe de cocina

Elena Arzak (Arzak) y Pepe Rodríguez Rey (El Bohío)

Mejor director de sala

José Ramón Calvo (Mugarit)

Extraordinario al mejor sumiller

David Seijas y Ferran Centelles (El Bulli)

Mejor sumiller

Joan Roca (Can Roca)

Mejor labor periodística

Rosa Rivas

Luego os cuento el resto

Carlos dijo...

Resto de premios nacionales de gastronomía 2010:

A LA MEJOR PUBLICACIÓN 2010:

Libro:

"La cocina de la salud", de Valentín Fuster, Ferrán Adriá y Josep Corbella. - Editorial Planeta

Programa de radio

“Charlar, comer y beber” de Gonzalo Sol – Radio Intereconomía

Programa de televisión:

“Un país para comérselo”, presentado por Imanol Arias y Juan Echanove

Premio especial 2010

Mercado de la Boquería (Barcelona)

Carlos dijo...

Seguimos.

PREMIOS MEMORIALES 2010:

“Marqués de Desio” 2010, al mejor profesional de la restauración española. D. Carlos Tejedor (Grupo de Restauración La Máquina)

“Conde de los Andes” 2010, al mejor creador artístico relacionado con la gastronomía: D. Pascua Ortega, interiorista y decorador

“Doctor Marañón” 2010, al mejor científico en el campo de la alimentación,Dr. D. José Ordovás, Director de Nutrición y del Laboratorio de Genómica de la Universidad de Tufts (Boston, EEUU)y D. Santiago Orts, biólogo(“El Huerto de Elche”, Alicante)

“Víctor de la Serna” 2010: (a la mejor labor de promoción y difusión de los vinos españoles)
Doña Ángela de la Rosa (Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Copenhagen, Dinamarca)

“Sánchez Cotán” 2010, al mejor diseño de carta de restaurante, restaurante “La Terraza del hotel Ritz” (Madrid), con motivo de su 100º aniversario.

"Sánchez Cotán" especial a la innovación, restaurante Quique Dacosta” (Denia, Alicante)

Carlos dijo...

Y a preparar un fondo de cuellos de cordero para cocinar en su jugo una pierna.

Yerga dijo...

Son todo sorpresas en esos premios...
Nunca hemos hablado de la comida de los hospitales, es posible que después de este fin de semana convenza a Numeritos para que escriba sobre ello.

Carlos dijo...

A mí lo de Elena Arzak sí que me ha sorprendido.

Carlos dijo...

Pisto ha escrito una estupenda entrada sobre el tema del alquiler de bodegas del que discutiais ayer.

Espeto dijo...

Kalakahua, es que soy un tipo con luces y sombras.

Espeto dijo...

¿Alguien - borrachines - conoce un cóctel de 2 partes de ginebra (Tanqueray Ten), 2 partes de Vermout Rojo Izaguirre, un toque de bitter de naranja y tónica? Ayer me dio por hacer pruebas y entre los efluvios alcohólicos no fui capaz de encontrar si la mezcla ya existía o si, por el contrario, voy a convertirme en el nuevo gurú de la mixología. Está de coña.

Por cierto que ayer cené cojonudamente en La Hacienda. Todo maravillosamente ochentero. Con sus natas, sus mantequillas y sus harinas. Conseguí que me cediesen "mortis causa" las recetas de la pintada con uvas pasas y vino de Málaga y la del sabayón con oloroso. Pienso currarme un artículo y desvelarlas en exclusiva mundial en este nuestro blog.

Me extraña que les hayan dado un premio de esos antes a Imanol Arias que a nosotros. Somos el secreto mejor guardado del gastrointernet.

Numeritos dijo...

Aquí tenéis el informe de terrazas de Metrópoli. Buena referencia.

Los que tengáis problemas de espacio para guardar el vino, podéis traerlo a mi casa. Yo os echo una manilla.

Licenciado Vladimiro dijo...

Espeto, parece que tu bebedizo se encuentra fuera del estado de la técnica. Los primeros ingredientes (ginebra, vermouth dulce, orange bitters) son los propios del Martínez, el predecesor del actual Dry Martini, con la salvedad de que en vez de ginebra Old Tom utilizas gin seco...pero eso de echarle tónica y convertirlo en trago largo ya es actividad inventiva!

Por cierto que no sé que hace una persona de tu abolengo y categoría con vermú Izaguirre. Lo tuyo es el Carpano Antica Formula.

Anoche, ciego como un piojo, probé el mejor kebab de mi vida en un puesto libanés. Dicho así parece una gilipollez, pero esto llevaba carne de cordero asado, ensalada de perejil y limón, tahine, una salsa de morirse...otro mundo. Entiendo la justa fama del puestecillo entre los taxistas árabes de la ciudad.
La digestión, eso sí, imposible. Sobre todo cuando tienes que dormir la mona en el coche del vecino con un frío del carajo. Pero esto es otra historia.

Licenciado hic! Vladimiro dijo...

Se me olvidaba que el Martínez lleva también un golpe de Maraschino.

A mí me gusta más que el Dry Martini, un cóctel que antaño era mi favorito pero que cada vez me cuesta más acabar. Ahora cuando me apetece un trago muy seco de ginebra me he enganchado al Claridge Cocktail, básicamente un dry martini con una cucharadita de abricot brandy y otra de Cointreau.

Espeto dijo...

Algo tenía que hacer para acabar con el vermout Izaguirre...

Pues habrá que buscarle un nombre al invento. Algo que nos dé lustre como un dry ladl o un ligamix. Acepto sugerencias.

Yo también soy fan del Martínez. Lo preparan de coña en Le Bar del Plaza Athenée de París. Eso sí, como te tomes un par de ellos, sólo te quedará pasta para tomarte un kebab de esos para cenar.

Ayer - día duro - también descubrí otro cóctel que promete: el Angel Face. Ginebra, brandi de albaricoque y calvados a partes iguales.

Ambrosio dijo...

¿No será el Hierto del cura de Elche? ¡Ay! Que insensateces hay que leer

Ambrosio dijo...

Espeto, está demostrado que das una patada a una cepa y caen cuatro o cinco gurús, serios, circunpectos y sobraos de chinos y japos, en tu caso no hay ni que dar ni patada, es como sí pasa por al lado de una colmena,... No hace falta encabronar

Carlos dijo...

En Madrid no venden creme fraiche, o lo que venden son sucedáneos. Bien es cierto que hay, que yo sepa, una excepción, Bon Fromage. Por si usías se meten en faena.

Yerga dijo...

Que en los hospitales se come muy mal no es ninguna novedad, pero que en el que he estado hoy de visita se come espantosamente mal es una primicia.
No voy a dar datos , no es cuestión de arruinarle el negocio, pero mal,mal mal.Lo curiosos es que por una vez el cocinero ha salido a hablar conmigo,nunca me pasa , no se porqué,y ha sido una estupenda conversación sobre la técnica del corte de la ternera asada y la cocción de las judías verdes.
Le he dado una pasada , pero creo que no le he convencido.
Espeto, suena horrible,

Yerga dijo...

Carlos ,en el Carreful la venden . Es mas , cuando replico la receta de Nopisto,muy recomendable,de la pularda la compro en el de Majadahonda.

Yerga dijo...

Y hablando del Carreful , del cual no soy accionista, todavía, el Tondonia 2001 a 14 leuros,¡muy bueno!

Carlos dijo...

Los orcos acechan.

Esta tarde he estado en el carrefour, me ha gustado la cola única. Soy muy de erlangs.

Espeto dijo...

Ambrosio, ¿un gurú circunspecto? Pero si yo soy de los que como hasta guisantes con jamón (Oh, sacrilegio).

kalakahua dijo...

Y algunos desconfiabais de que los rechonchos dedos de Numeritos sirvieran para algo. Hombres de poca fe

angel dijo...

Pocas cosas te pueden dejar más tocado que una fiesta al aire libre de 12 horas de duración. Por dar solo un dato: alrededor de 70 personas y 38 kgs de carne...

emiliano dijo...

Nosotros, después de mucho tiempo, volvimos ayer a Faro Norte en San Sebastián de los Reyes, un sitio que nos gustaba mucho y que nos volvió a gustar. Ricas patatas bravas de aperitivo, buen pulpo, delicadísimos chipirones encebollados, risotto de pulpo, exquisitas verdinas con centollo y un estupendo pichón. No me gustó mucho la carta de vinos: champanes a 200 euros y cosas así. Parecía la carta de Aponiente antes de que llegara Juan Ruiz-Henestrosa, pero con más riojas y sin vinos de jerez. El servicio muy agradable. Me sirvieron de postre una torrija y una sopa de chocolate con helado, sin duda porque nadie les había dicho que soy poco goloso. Me sacrifiqué y me los comí todos. Un restaurante estupendo. Lástima que fuéramos los únicos clientes, por culpa de no se qué acontecimiento deportivo que había ayer.

Antes, “Medianoche en París”, la última de Allen. Más de lo mismo, o sea, estupenda. Pero si a estas alturas no os gusta el cine de Woody, no vayáis. Seguro que por esta película no vais a cambiar de opinión.

Fartón dijo...

Yo también vi la de Woody el viernes. No soy incondicional y esta me gustó bastante. París tuvo parte de la culpa, pero sólo parte. Me pareció divertida y encantadora.

emiliano dijo...

He buscado en youtube a Susan Sarandon cantando Button up your overcoat y esto es lo que he encontrado.

Empieza a cantar en el segundo 33.

juanjo dijo...

joer Ángel.

miedo me da saber con que se rego todo eso :-)

por cierto, vuelta por CHIRÓN. La comida bien pero el servicio pésimo. A toda velocidad. Entramos a las 22.00 por la puerta y a las 23.00 habíamos terminado el menú. Malos detalles... En fin, tardaremos en volver hay otros sitios mejores donde gastar el dinero.

nopisto dijo...

Se hace saber, por orden del señor alcalde, que El Cardeño es uno y trino y que, además de las dos sucursales de El Viso y la Cruz del Rayo en la Taberna Cardeño situada detrás de Telecinco sirven el mismo chichurro y los mismos callos que en la casa madre. Por si a alguno de ustedes le entra el ansia de casquería después de pelearse con la Esteban

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